jueves, 24 de marzo de 2011

¿El 24 de Marzo... Día de la Memoria?

El 24 de Marzo de todos los años ha sido instítuido como el  Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia con el fin de conmemorar a las víctimas del llamado “terrorismo de estado”, pero sin darle categoría de día no laborable. Tres años después, durante la gestión del presidente Néstor Kirchner, se impulsó desde el mismo Poder Ejecutivo Nacional que la fecha se convirtiera en un día no laborable, pudiéndose mover a lunes o viernes para poder crear un fin de semana largo.

Este día comete la imperdonable injusticia de ignorar en su “verdad y memoria” a las miles de víctimas del terrorismo, que sufrieron la muerte despedazados por una bomba, secuestros hasta llegar al martirio, asesinados como “prueba de iniciación” para ingresar a la orga, mujeres, niños y civiles que fueron presa fácil para las balas de estos asesinos esquizofrénicos y muchísimos atentados terroristas que pretendían socavar el poder del estado y hacerse cargo del mismo por medio de la violencia.

El 2 de agosto de 2002 el Congreso de la Nación Argentina promulgó la ley 25.633, que establece la conmemoración mencionada siendo promulgada por el Dr. Eduardo Duhalde durante su Presidencia Interina de la República Argentina. El Dr. Duhalde es hoy uno de los actuales precandidatos a Presidente por el Peronismo Federal en las elecciones del corriente año.

Varias organizaciones de derechos humanos se opusieron a la propuesta por considerar impropio que un día donde se debía recordar pudiera convertirse en una ocasión aprovechada por los entes turísticos para la obtención de ganancia por los puentes o fines de semana largos. Finalmente, el Congreso aceptó la propuesta del ejecutivo y declaró al 24 de marzo como día no laborable, estableciendo sin embargo su inamovilidad, es decir, la imposibilidad de que se traslade al lunes o viernes más próximo.

La actual señora Presidente de la República Argentina, Cristina Fernández Vda. de Kirchner, por decreto 1584/2010 del Poder Ejecutivo Nacional determino que los días Jueves 24 y Viernes 25 de Marzo en el corriente año calendario serán Feriado Nacional. ¿Con qué propósito? ¿Promocionar el turismo? ¿Mejorar su imagen como posible candidata del FPV? No se entiende muy bien… pero sí queda muy claro que todos los gobiernos condenan al olvido a las “víctimas del terrorismo” y la justicia acompaña fallando que los crímenes cometidos por la “juventud idealista” han prescriptos.
Como el estado los ignora, algunos camaradas los han olvidados, y otras personas simplemente no los conocen, les invitamos a reflexionar y recordar a esas víctimas olvidadas por la historia y que sin embargo es una verdad que no podrán seguir ocultando. Por favor lean la larga lista de víctimas del terrorismo que se encuentra en la página de más arriba bajo el título de: "Víctimas "olvidadas" del terrorismo" y al hacerlo recen una breve oración en su memoria y acompañando a sus familiares en la soledad. Sin olvidar las 126 personas que fallecieron en cautiverio como “presos políticos del modelo”.

Amén.

Grupo por la Pacificación Nacional
Por una nueva década en paz y para siempre.

martes, 22 de marzo de 2011

Para los más jóvenes

El Doctor Pedro Cossio es hijo del famoso Pedro Cossio, médico personal y una de las personas de mayor confianza del Tte. Gral. Juan Domingo Perón (3 veces Presidente de la Nación). Cossio por lo tanto se sumó al equipo médico que atendía a Perón y tuvo el privilegio de compartir el último año de vida del único líder del Partido Justicialista  siendo testigo directo de charlas y acontecimientos y muchas veces hombre de consulta del General Perón que era conciente de las pretensiones de Cámpora y que estaba abrumado por la izquierda violenta de aquellos años.

Hace unos días Pedro Cossio escribió una carta en la que intenta dar testimonio de una época de la que hoy se habla mucho pero que no siempre se cuenta la verdad ya que considera que es fundamental para el país conocer realmente el pensamiento de Juan Domingo Perón en sus últimos años. Es muy importante que los más jóvenes lean esta carta, ya que "a ellos les están vendiendo un peronismo cambiado"... igual que la historia.

El siguiente es el texto completo de la carta:

CARTA DEL DR. PEDRO COSSIO A LA CAMPORA

Señores miembros del movimiento La Cámpora ,
Presente

Por la presente me dirijo a Uds. en conocimiento de su reciente formación para, con el mayor de los respetos, repasar algunos aspectos de nuestro pasado, muchos de ellos ligados al General Perón.

Ante todo deseo dejar bien en claro, que acepto cualquier tipo de convicción e inclinación política, porque de las diferencias surgen las verdades y las soluciones, pero lo que siempre trato de hacer, es no confundir conceptos, y atenerme a la verdad.
Por otra parte, en el caso particular de Uds., si desean apoyar la gestión tal o cual, me parece legítimo y respetable, siempre que no utilicen conceptos equivocados en sus descripciones.

Pero, al ser un argentino de 70 años, médico, hijo de Pedro Cossio quien fuera médico de cabecera del general Perón entre 1973 y 1974, y además tuve la responsabilidad de colaborar con él en su asistencia, es que deseo aclararles ciertos conceptos, que veo que no los tienen claros. Entre el 28 de junio y el 12 de julio de 1973 estuve en su cuarto de Gaspar Campos 12 horas por día junto al General, lo que me permitió presenciar el final del gobierno de Cámpora y los desaires que Perón le hizo. Y luego junto a mi padre lo visité numerosísimas veces, como así también lo hizo el Dr. Carlos Seara quien estuvo en su guardia médica hasta el 1° de julio de 1974, y fue uno de quienes le realizó las maniobras de resucitación, es por todo ello que deseo expresarles con el mayor de los respetos los siguientes conceptos:

1.     Todo lo que diré está escrito en el libro de nuestra autoría 'Perón, testimonios médicos y vivencias' donde se transcriben documentos únicos y muchos inéditos sobre la salud del General Perón.
2.     Nuestro ánimo no fue el de develar hechos frugales, sino el de dejar para las futuras generaciones la verdad cruda de esa circunstancia.
3.     El General Perón estaba muy disgustado con la gestión presidencial del Doctor Héctor Cámpora, por haberse rodeado de gente que consideraba no debía estar ahí, como el Dr. Righi o Puig. También de la forma en que se había llevado a cabo la amnistía del 25 de mayo de 1973. Nos dijo a Seara y a mí claramente que no deseaba ser Presidente, que si no era posible que hubiera alguien mas joven. También al Dr. Seara le dijo claramente que él había confiado en Cámpora porque Evita le había dicho siempre que era la persona en quien mas podía confiar. Pero luego dijo 'ocurrió lo impensado: Cámpora se dejó copar por la izquierda, y no solo por la izquierda, sino por el hijo, que además de ser de izquierda, tiene algunas debilidades. Y aquí me ve, aquí me tiene, ahora de presidente, teniendo que enfrentar esto'.

Directamente atribuía al hijo de Cámpora el haber contribuido a rodear al padre de gente que él no deseaba y que le hacia mucho mal al movimiento.

También le atribuía costumbres no muy varoniles, y lo decía con todas las palabras.

4.     El General Perón estaba convencido, y murió convencido, que en Ezeiza grupos terroristas de izquierda iban a matarlo, para a partir de su muerte iniciar una revolución socialista. Es por ello que el avión que lo traía de España aterriza en El Palomar, y también que rechaza la invitación de Cámpora de vivir en Olivos, decidiendo personalmente irse a Gaspar Campos donde se sentía mas seguro, custodiado por su gente de confianza.

5.     Tenía orgullo de ser militar, y de la importancia de la institución militar.

6.     A esa altura de su vida estaba convencido que los pueblos, a pesar de sus diferencias, progresan con concordia, y no con gobiernos confrontativos. Por eso el disgusto con Cámpora.

7.     Es muy claro el efecto negativo que sobre su salud tuvieron los disgustos, ya que lo del 20 de junio de Ezeiza deriva en un infarto de miocardio, y claramente luego de la expulsión de los montoneros de la Plaza del 1° de mayo, comienza con una angina de pecho cada vez mas grave que termina con su vida el 1° de julio de 1974.

8.     Es importantísimo tener en cuenta que el 'último acto político de su vida' fue aceptar la renuncia como embajador de Cámpora y por sus propias instrucciones, para dejar este hecho para la historia argentina y de su movimiento, da las órdenes necesarias para que en ella 'no se le agradezcan los importantes y patrióticos servicios prestados', lo cual es un gran desaire. De éste hecho fue testigo presencial mi padre, que fue quien le acercó el decreto para su firma. Recién entonces hace la transmisión del mando en la vicepresidenta y muere 48hs después.

He resuelto hacerles llegar estos conceptos, no para confrontar con ustedes, pero al ser jóvenes creo que es necesario que estén bien informados respecto de lo que sentía el General Perón por Cámpora. Respeto lo que ustedes sientan por él, pero también tienen que tener en cuenta la verdad histórica de cual era el sentimiento del General Perón.
Por ello, para no mezclar conceptos, si se es camporista no se es peronista.

No pongo en duda la buena fe de cada uno de ustedes, pero consideré necesario advertirles cual era la verdadera posición del General Perón, para que los hechos no resulten deformados ni aprovechados por quien no debe.

Esperando le lean este texto a sus compañeros, y luego una respuesta, los saluda atentamente.

Pedro R Cossio

Nota: quienes esta carta transcriben solo desean que los jóvenes conozcan el verdadero pensamiento ideológico de Juan Domingo Perón. Quien fuera tres veces Pesidente de la Nación y falleciera durante su tercera gestión, antes de solucionar el grave problema que el "ala izquierdista" de su partido político le había planteado a la república a través del terrorismo asesino.

lunes, 21 de marzo de 2011

Derechos Humanos y legalidad

No habrá una real Pacificación Nacional Definitiva sin Justicia y Concordia, tal como lo propone hoy el Dr. Alberto Solanet en su artículo publicado por La Nación.

Derechos humanos y legalidad
Por Alberto Solanet para LA NACION

                                                            Lunes 21 de marzo de 2011 | Publicado en edición impresa
Seguramente el jueves, 24 de marzo, el Gobierno desplegará toda su artificiosa liturgia para celebrar el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia. La institución de ese feriado y su denominación muestran una visión sesgada, parcial y engañosa de la historia. Si de memoria y de verdad se trata, resulta inconcebible que el 24 de marzo de 1976 no sea considerado como la consecuencia de una profunda y caótica crisis que estaba caracterizada por la degradación, el vacío de poder, la corrupción y una guerra ya desatada contra un terrorismo apabullante. Así fue visto en aquel entonces por la mayor parte de los argentinos.

Como siempre, la fiesta abundará en la exaltación de los derechos humanos a través de genuinos intérpretes de una concepción groseramente restringida de tales derechos, opuesta a la nota esencial de universalidad que debe caracterizarlos. Es una concepción viciosa, para no andar con eufemismos, que hoy, para una parte importante de los argentinos, sustituye a la legalidad. Ya no rigen ni las garantías constitucionales ni el Código Penal para aquellos que han sido fulminados por la acusación de haber cometido delitos de "lesa humanidad", figura difusa que alcanza, además de a los militares y fuerzas de seguridad que participaron en la guerra contra la subversión en los años 70, a cualquier ciudadano a designio del Gobierno. No es una afirmación retórica. Con esa calificación utilizada para alegar la imprescriptibilidad, la señora Herrera de Noble y sus hijos sufren una implacable persecución judicial; José Alfredo Martínez de Hoz y Jaime Smart están presos y desde la Presidencia de la Nación se impulsó el procesamiento y encarcelamiento de conocidos empresarios vinculados a los medios de prensa más importantes.

Esta política de venganza por motivaciones ideológicas y resentimiento se intensificó a partir del gobierno de Néstor Kirchner, a cuya instancia el Congreso resolvió anular los indultos que habían sido homologados por la Corte Suprema y las leyes de obediencia debida y punto final que habían extinguido las acciones penales. Estas leyes habían sido sancionadas por gobiernos constitucionales y por parlamentos plenamente representativos, que interpretaron la voluntad ciudadana de superar un pasado de violencia y confrontación. Las leyes de amnistía fueron declaradas constitucionales por el mismo alto tribunal que luego, a través de los fallos "Arancibia Clavel", "Lariz Iriondo", "Simón" y "Mazzeo", obedeciendo órdenes del Poder Ejecutivo, posibilitó la reapertura de los procesos.

De esta forma se vulneró la garantía de la cosa juzgada, violando de modo manifiesto el principio de legalidad, aplicando retroactivamente normas penales, desnaturalizando la forma republicana de gobierno y desconociendo la presunción de inocencia que tienen todos los procesados. Se ha negado la detención domiciliaria a quienes en derecho les corresponde. Se ha excedido en mucho el límite de dos años impuesto para la prisión preventiva por la Convención Americana sobre Derechos Humanos y su ley reglamentaria. Se ha ejecutado, además, un amplio abanico de medidas persecutorias que sólo sirven para profundizar la discordia y frustrar la necesaria unión nacional. Así, hay hoy mil presos políticos y ciento veinte muertos en cautiverio. Son presos políticos por cuanto su persecución y encierro obedece a una voluntad política, con la necesaria complicidad de los legisladores que anularon las leyes mencionadas, haciendo tabla rasa con un principio elemental: el Congreso no puede anular las leyes, sino, en todo caso, derogarlas para el futuro. Sin duda, lo más grave ha sido la disposición de la mayoría de los ministros de la Corte Suprema de Justicia, que terminó avalando esas nulidades.

Quienes juzgaron a la junta de comandantes fueron entrevistados en el suplemento Enfoques, editado por este diario, el 15 de agosto de 2010, y Julio César Strassera afirmó: "Este gobierno quiere prolongar estos juicios como forma de agitar la banderita de los derechos humanos". En tanto, Guillermo Ledesma dijo: "Nosotros, en 1985, no juzgamos a las Juntas por delitos de lesa humanidad, juzgamos por delitos comunes". Y más adelante: "Yo creo que si se admite la imprescriptibilidad, que como dije viola el principio de legalidad, también debían ser juzgados hoy en día los líderes de la subversión". Finalmente, sostuvo que "el principio de legalidad no puede ser derogado por nada, porque es uno de los logros más importantes de la civilización". Por último, Luis Moreno Ocampo opinó: "Yo creo que es válida la objeción de Ledesma de que los crímenes de lesa humanidad, si no se utilizaron en el juicio, no se pueden utilizar para la prescripción. Aquí hay un problema grave de prescripción".

En varias oportunidades el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, ante ministros, políticos, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, ha declarado que "no habrá marcha atrás en los juicios de derechos humanos", que el avance de estas causas no sólo es el resultado de una decisión política, sino del involucramiento de todos los poderes, y en especial, enfatizó, del Poder Judicial. Manifestó además que "el avance de los juicios por derechos humanos son el resultado del esfuerzo institucional de los tres poderes del Estado". Y afirmó que valoraba la decisión del Congreso de anular las leyes de punto final y de obediencia debida, así como la de la propia Corte de declarar imprescriptibles los delitos de lesa humanidad. Por último, agregó que se había creado una comisión inter-poderes para llevar adelante esa política de derechos humanos como una política de Estado. Con estas manifestaciones cometió un grosero prejuzgamiento, revalidó el funesto error en el que incurrió la Corte y evidenció que se ha operado la sustitución del Código Penal por una difusa política de derechos humanos.

El desprecio por los grandes principios del derecho y el abandono de la legalidad significan la destrucción del sistema civilizado de convivencia. Ningún ciudadano debería consentirlo y ningún hombre de derecho debería dejar de denunciarlo. Es necesario reaccionar con la fuerza de la ley para que se restablezca un orden justo, soporte indispensable de la paz y la concordia. © La Nacion

El autor es presidente de la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia