sábado, 24 de marzo de 2012

Cuando la belleza de una mujer no puede tapar el horror de la violencia terrorista


He leído en La Nación del 23/03/12 una nota titulada “Tras las huellas de una historia sin final” del periodista francés Philipppe Broussard. Traza en ella un panegírico de la joven franco-argentina Marie-Ann Erize, modelo profesional integrante de la organización terrorista Montoneros, quien fuera abatida en Octubre de 1976.


Al respecto me permito comentar algunos aislados pasajes que, sin desmerecer en modo alguno la calidad del trabajo, denotan mínimamente o un desconocimiento de la verdadera trama de los hechos, o una subyacente toma de posición del autor.

Menciona, por ejemplo, que el recorrido de la infortunada Marie-Ann Erize era “de la pasarela a las villas" dados su carácter de top model y su simultánea actividad como integrante de la citada organización terrorista. Y los argentinos que fuimos testigos de aquellos momentos bien sabemos que la verdadera actividad de las organizaciones terroristas, por romántico que le parezca al autor, no era precisamente el prestar ayuda solidaria en las Villas, sino el sembrar el caos mediante secuestros, robos, asesinatos a traición a militares, jueces, políticos, sindicalistas, niños, mujeres etc. y demás lindezas con el fin de derrocar al gobierno constitucional del Gral. Perón y el de su sucesora. Fue en esa guerra no propiciada por el gobierno, por las Fuerzas Armadas ni por la ciudadanía, que argentinos de ambos bandos dieron su vida, unos por defender a la Patria y otros intentando traicionarla, entre ellos Marie-Ann Erize. Los sobrevivientes del primer bando hoy carecen no sólo de su libertad sino absolutamente de todo derecho, los terroristas de ayer son gobierno.

Omite absolutamente el Sr. Broussard mencionar las inocentes víctimas del terrorismo ni el calvario de sus familiares para quienes aún no ha llegado la justicia ni el reconocimiento. Intente, si le parece, acercarse a ellos. Seguramente tendrá material para otro libro.


Es que vivimos, como gráficamente describe Pilar Rahola, bajo la “mirada tuerta” de la historia y yo agregaría bajo la mirada ciega de la justicia.


También remarca el escriba que se vivía una “época de utopía y de violencia”. Y esta simple opción, parecería indicar una estanca división que imagina un único enfrentamiento: por un lado los utópicos ideales de aquellos “jóvenes maravillosos” y por el otro la “violencia” irracional de la represión. Así de simple.

Señor Brossard, deje la comodidad bucólica de lado, no fue así la historia. Y dada su profesión y reconocida capacidad lo invito a investigar, por ejemplo, los últimos meses del Padre Mujica, quien siendo integrante de Montoneros, realmente obraba en las villas a favor de los desposeídos.
Iniciados los ’70, y a raíz de los excesos, comenzó a tener una actitud crítica hacia la organización y como consecuencia tomó distancia de sus líderes (Abal Medina, Firmenich, Ramus, etc.), finalmente el 7 de diciembre de 1973 expresó públicamente su postura  “Hay que dejar las armas para empuñar los arados”.
Cinco meses después caía acribillado por las mismas armas que pretendía cambiar por arados.


Investigue Sr. Brossard, se llevará más de una sorpresa.

Juan Manuel Otero

por que esta jornada no sea signada por el odio, si no por la paz espiritual


Hoy en todo el país, por disposición del poder de turno, se celebra el Día de la Memoria… esa memoria incompleta y que solo hecha una mirada parcial sobre la guerra que desataron las organizaciones terroristas y para la cual el gobierno democrático de María Estela Martínez (a) Isabelita, viuda de Perón,  debió emplear a las Fuerzas Armadas para ponerle freno la violencia brutal que se dispersaba por la Argentina toda  y agredía a toda la sociedad. Hay que tener memoria completa.


El mismo Juan Domingo Perón alentó y promovió el aniquilamiento de las organizaciones terroristas, haciéndolo enfáticamente vestido de uniforme ante los oficiales sobrevivientes del intento de copamiento de la Guarnición Militar de Azul Regimiento de Caballería de Tiradores Blindado 10 y Grupo de Artillería Blindado 1. Posteriormente lo repitió en un mensaje a la nación, Perón habló de "aniquilar" y "exterminar uno a uno" a los guerrilleros a quienes calificó de psicópatas. Por primera vez un presidente constitucional usaba esos términos para definir el combate contra al flagelo guerrillero.


La amnesia colectiva anestesió el espíritu de la sociedad que clamaba porque se terminara con esa violencia y con el desgobierno que sumía al país en el mar de las tinieblas y la inestabilidad.

Hoy podrán decir todo lo que quieran, denostar una vez más a las Fuerzas Armadas, a todos quienes combatieron y vencieron el terrorismo que no hesitó en hacer un baño de sangre en la nación, pero debería ser un día de reflexión, aprender de los errores cometidos y enmendarlos bajo la igualdad de la ley.

Desde nuestro espacio promovemos la Pacificación Nacional Definitiva y la misma debe abarcar a todos los miembros de la sociedad, en una lectura objetiva del pasado y del presente todos somos responsables del país que construimos. “El que esté libre de culpas… que arroje la primera piedra”.

Por un mejor futuro a legar a las generaciones que nos precederán debemos dar todos los pasos posibles para lograr la “conciliación y justicia” que aquiete nuestros corazones y mediante el perdón a todos los que reconocieron sus errores en esa guerra interna alcanzar la ansiada unión nacional.

Es menester recordar que las Fuerzas Armadas han reconocido y aceptado sus responsabilidades en esa guerra, no hemos escuchado ni visto actitudes similares en los líderes del terrorismo. Muchos ancianos soldados se han sometido a derecho y no han recibido una respuesta justa de los tribunales, muchos han muerto en prisión y otros esperan sus condenas en una prisión preventiva, que excede todo tiempo legal… mientras que los terroristas gozan de total impunidad.

Nosotros no reivindicamos los actos de gobierno del Proceso de Reorganización Nacional, solo aspiramos a una historia y memoria justa que ponga a los hombres rodeados de las circunstancias violentas de la época y no sacadas de contexto como si fueran una banda armada… no señores! fueron nuestras Fuerzas Armadas, de Seguridad y otros organismos del estado que cumplieron las demandas de la sociedad y el mandato de un gobierno democrático encabezado por la viuda del general Perón.
Como hoy todos se expresarán en contra de los soldados y civiles que defendieron la patria, a modo de colaboración y para acercar luz sobre la verdadera historia deliberadamente ocultada por el “relato oficial”, les dejamos la tercera y última parte de la entrevista que el periodista español Ricardo Angoso le efectuara al ex presidente de facto Jorge Rafael Videla, aportando de esa manera el testimonio de uno de los principales protagonistas de la época.

Confirmamos que el señor Angoso ya escribió y envió a España, para su primera publicación un libro electrónico cuyo título es: “Videla se confiesa”, pensaba que ese libro podía salir a la luz en el día de la fecha pero no fue posible por razones editoriales. Apenas tengamos la confirmación de su publicación electrónica, lo informaremos por este medio.

Deseamos que todos tengan un buen día, que la serenidad del Espíritu Santo anide en todos los argentinos de buena fe y la jornada no sea signada por el odio, si no por la paz espiritual.

Una vez más pedimos reconocimiento y reparación histórica a las Víctimas del Terrorismo en la Argentina, las que han sido sistemáticamente olvidadas y discriminadas por todos los gobiernos, inclusive el de las Fuerzas Armadas; inmediata liberación de los miembros de las Fuerzas Armadas, de Seguridad, Policiales y civiles que se encuentran detenidos como "Presos Políticos" por haber cumplido con el deber demandado por la Patria.

Sinceramente,

Pacificación Nacional Definitiva


TERCERA Y ÙLTIMA ENTREGA
ENTREVISTA CON JORGE RAFAEL VIDELA
POR RICARDO ANGOSO
ENTRADILLA:
Terminamos con esta entrega, la larga entrevista con el ex presidente y general Jorge Rafael Videla, antaño todopoderoso hombre fuerte del régimen militar argentino y hoy encarcelado por delitos considerados de lesa humanidad. Sin querer entrar en lo polémica desatada en Argentina por las declaraciones del detenido, reivindicamos este texto y esta serie de entrevistas como un simple ejercicio en defensa de las libertades de expresión y de información que algunos nos pretenden negar desde su pedestal de inmaculados defensores de los derechos humanos y su peculiar forma de entender la democracia.

TITULARES:
“Pérez Esquivel cuando recibió el Nobel de Paz era un absoluto desconocido para todos”.

“Me reuní con Carter y traté con toda su crudeza el asunto de los derechos humanos”.

“Los socialdemócratas europeos lideraron la oposición internacional a nuestro régimen”.

“Tuvimos diferencias con los Estados Unidos, como por ejemplo cuando el embargo comercial contra la URSS tras la invasión de Afganistán”.

“El Partido Comunista fue tolerado durante el régimen militar, como todos los partidos”.

ENTREVISTA:
Ricardo Angoso: Quiero concluir esta serie de entrevistas preguntándole algunas cuestiones que han quedado en el tintero, como por ejemplo ¿cómo fue su relación con el almirante Massera y de qué forma observaba sus pretensiones políticas?

Jorge Rafael Videla: No sé si siempre tuvo pretensiones políticas, pero sí puso de manifiesto su vocación política mientras formó parte de la Junta Militar. Ambición legítima desde todo punto de vista pero, a mi juicio, inoportuna, formando parte de un gobierno tripartito. La política es rica en matices que pueden llegar a convertirse en diferencias; y esa posibilidad constituía un grave riesgo en medio de una guerra interna cuyo éxito radicaba en la cohesión de las tres fuerzas armadas que constituían nuestro ejército. Hasta donde llegaban esas ambiciones, no puedo precisarlo; pero lo cierto es que luego de pasar a retiro fundó un partido cuya finalidad no podía ser otra que llegar al poder.


R.A.: ¿Qué relación mantuvieron con los partidos políticos argentinos de entonces?
J.R.V.: El Proceso de Reorganización Nacional mantuvo la existencia de todos los partidos –inclusive el comunista- pero suspendió la política partidaria. Esta situación se daba por primera vez en la Argentina donde, por norma, los gobiernos de facto disolvían a los partidos políticos, al momento de hacerse cargo del poder. Incluso se permitió que los integrantes de los distintos partidos políticos desempeñaran cargos de embajadores, gobernadores, intendentes, integrantes del poder judicial, etc. El partido peronista no gozó de esa ventaja, dado el desprestigio que habían acumulado sus dirigentes en el ejercicio del gobierno que resultó depuesto (el de María Estela Martínez de Perón). No obstante, muchos de sus integrantes colaboraron lealmente con nuestro gobierno, en relación con la guerra interna librada contra el terrorismo.

R.A.: ¿Cuál fue su papel en el gobierno militar de entonces y còmo evalúa su gestión al frente de sus responsabilidades?
J.R.V.: El éxito de mi gestión se debe a que la misma se ajustó a las normas reglamentarias en vigor. En efecto, el Estatuto para el Proceso de Reorganización Nacional preveía la existencia de un órgano supremo del Estado: la Junta Militar, integrada por los comandantes de las tres fuerzas armadas que constituían el ejército argentino. Por debajo de ese órgano supremo, estaba dispuesta la figura del Presidente de la Nación (oficial superior del ejército en situación de retiro), con las atribuciones y competencias propias que la Constitución de la Nación determinaba para dicho cargo, pero con algunas limitaciones; por ejemplo, el comandante supremo de las Fuerzas Armadas que la Carta Magna otorgaba al Presidente del país, la Junta Militar se la reservaba para ello. Dada la situación de guerra interna que vivía el país, la Junta resolvió, por unanimidad, y con carácter de excepción, que el cargo de la presidencia fuera desempeñado por mí, con retención de mi cargo de Comandante General del Ejército. A mediados de 1978, con la subversión dominada, aquella excepcionalidad había quedado superada y la Junta resolvió, por unanimidad, nombrarme Presidente de la Nación, coincidentemente con mi pase a situación de retiro, lo que se denominó como el “cuarto hombre”. Asimismo, se fijó como término de mi mandato el 29 de marzo de 1981, cumplido el cual entregué el cargo a mi sucesor designado, el general Roberto Viola, que había pasado recientemente a situación de retiro. Recuerdo que yo asumí como Presidente, con retención del cargo de Comandante, el 29 de marzo de 1976.


R.A.: ¿Quiénes fueron los más críticos con su gobierno en la escena internacional?
J.R.V.: Las socialdemocracias europeas, por razones ideológicas, alentadas a su vez por los “exiliados argentinos” radicados en Europa y los Estados Unidos cuyo presidente enarbolaba la bandera de los “derechos humanos” para su campaña presidencial apuntando fundamentalmente a la URSS y a sus satélites, pero no se podía soslayar y separar de la realidad que en tal sentido se vivía en el subcontinente americano con motivo de la guerra contra el terrorismo que afectaba a toda la región.

R.A.: ¿Cómo  recibieron la noticia de que Pérez Esquivel había sido galardonado con el Nobel de la Paz, fue una sorpresa para ustedes?
J.R.V.: Diría que fue una inesperada sorpresa e ilustro esta afirmación con una anécdota. Presidía yo ese día la reunión de gabinete  de los viernes, con asistencia de todos los ministros, el Secretario General de la Presidencia, el Secretario de Inteligencia de Estado y el jefe de la Casa Militar. En su momento, interrumpió un edecán y se  acercó a mí para decirme al oído que acababa de escuchar por radio de la designación del señor Adolfo Pérez Esquivel como destinatario del Premio Nobel de la Paz. Interrumpí la reunión,  di la noticia a los asistentes y quedé a la expectativa. Todos se miraban entre sí sin aventurar comentarios. Preguntados: ¿Quiénes conocen a este señor? La respuesta fue unánimente negativa. Ordené entonces al ministro del Interior que abandonara la reunión y buscara información. Momentos después el ministro se hizo presente e informó que el señor Pérez Esquivel era un arquitecto que no ejercía su profesión, que era un activista de los derechos humanos pero sin un papel protagonista ni de liderazgo, y ese perfil bajo se mantuvo durante todo mi periodo de gobierno al frente del país. Nadie le conocía, era un perfecto desconocido.


R.A: ¿Y cómo se desarrollaron las relaciones entre la Argentina y los Estados Unidos?
J.R.V.: No fueron “relaciones carnales” como las calificó un ex canciller. Fueron relaciones maduras como corresponde a países soberanos. Ello no quita que hubiera problemas e incomprensiones, dentro de las cuales puedo citar como dato puntual el embargo cerealero decretado por los Estados Unidos contra la URSS, con motivo de la invasión soviética a Afganistán, al cual la Argentina se negó a adherir por resultar no consultada; por afectar a nuestro país de forma unilateral (por razones climáticas, todos los países cerealeros del hemisferio norte habían vendido sus cereales o estaban impedidos de hacerlo por tener sus puertos congelados). Por su parte, los Estados Unidos se abstenían de vender grano a la  URSS, pero seguía vendiéndoles bienes de otra índole, cosa que no podía hacer la Argentina. Nuestro país, desconociendo la imposición que se intentaba ejercer sobre nosotros, se limitó a cumplir con sus compromisos previos adquiridos con la URSS, sin vender ni un grano más ni uno menos de lo pactado.


El otro problema, con mayor persistencia en el tiempo, fue el de los derechos humanos, cuya bandera hacia como propia el presidente Jimmy Carter, asunto que tratamos en una reunión mantenida entre ambos con oportunidad de la firma de los acuerdos por el Canal de Panamá a fines del año 1977. En dicha ocasión tuve la oportunidad de reunirme con el presidente Carter. Allí se trataron, entre otros asuntos, el tema de los derechos humanos, y se hizo con toda la crudeza por ambas partes, sentando las bases de comprensión necesarias para que los Estados Unidos disminuyeran sus presiones sobre nuestro país. Vale la pena recordar que para fines de 1977 la guerra interna librada contra el terrorismo iba llegando a su fin y sus consecuencias fueron dejando de ser materia de críticas

jueves, 22 de marzo de 2012

Carta de los "Presos Políticos" de Marcos Paz a la sociedad argentina


Carta Nº1: Quienes somos, qué deseamos.
Somos los presos políticos, que el poder tiene cautivos en sus cárceles en pleno siglo XXI.

Deseamos con estas cartas llegar al corazón de cada argentino para motivar una mesurada reflexión sobre nuestra realidad y existencia.

Estamos detenidos en el Complejo Penitenciario Federal Marcos Paz, imputados por hechos genéricamente conocidos como de Derechos Humanos.

Pretendemos promover un análisis sereno, profundo, justo y veraz, como así también hacernos conocer como seres humanos.

Se nos atacó sistemáticamente. Se ignoro el contexto histórico de los hechos, para que parezcamos lo que no somos y representemos la parodia, que un reducido sector social necesita o pretende.

Si la reflexión propuesta se realiza alejada de inquinas y mezquindades personales, permitirá obtener respuestas equilibradas que promuevan una solución política, a un problema que también es político.

Esta solución debe estar consagrada por su mesura, ser factible en su aplicación y ajustada a derechos, en el marco de una justicia ecuánime e independiente.

Al amparo de esta alquimia de ideas, buscamos motivar un replanteo sustentado en la verdad, eliminando las atrocidades judiciales que se han implementado para falsear la realidad.

Estamos hoy de pie, desde Marcos Paz, aquellos que en la década del '70 fuimos jóvenes oficiales, suboficiales, civiles de entre veinte y treinta años, para lanzar con estas cartas un grito que llame la atención de nuestra sociedad.

Hemos sido presionados mas allá de lo que persona o familia alguna puede sobrellevar.

Se nos convirtió sin serlo, en los únicos protagonistas y responsables de una etapa de la historia nacional que es patrimonio de todos y que solo dejo frustraciones, desencuentros y confrontaciones.

Nos dedicamos a formar familias, transformándonos de hijos en padre y abuelos, nos capacitamos, estudiamos y nos desenvolvimos en todos ámbitos sociales. Trabajamos como profesionales, empresarios, comerciantes, empleados públicos, privados y estatales, como también en otras incontables tareas.

Nos conoce nuestro entorno; amigos, vecinos, socios y clientes.

Hemos respetado y mantenido el orden social, sin transgredir la ley, con dedicación, entrega y armonía en la comunidad que nos cobija.

Reconocemos el agobio que producen en nuestro pueblo otros grandes temas como, los económicos, de seguridad, salud, educación o laborales, pero a pesar de ello intentamos levantar la voz para pedir verdad y justicia, para nosotros los presos políticos.

NO es necesario mancillar nuestro nombre y honor para salvar errores cometidos por un reducido número de personas.

NO se debe mantener una política parcial de Derechos Humanos, con la funcionalidad de ocultar la realidad social, ensayando para ello un ensañamiento hacia las Fuerzas Armadas, sus integrantes y sus familias.

NO se entiende porque ninguno de los poderes constituidos se hace eco de semejantes arbitrariedades e injusticias, abocándose a investigar lo actuado en las causas, mientras se nos mantiene, por años, privados de nuestra libertad.

Prisión de Marcos Paz


miércoles, 21 de marzo de 2012

Guardia de Granaderos en Yapeyú

Gracias a información proporcionada de muy buena fuente, podemos afirmar que el Destacamento Yapeyú no fue retirado de ese lugar histórico. continúa a órdenes de un Teniente Coronel, alrededor de cinco suboficiales y una veintena de granaderos.

La filmación corresponde a febrero del 2009 cuando la presidente hizo replegar a los cuarteles de Palermo a esa subunidad para conmemorar el natalicio del Libertador en la sede principal del Regimiento, en circunstancias de la visita a Yapeyú, para esa efemérides, del entonces Vicepresidente Julio Cobos.

Corregimos el error y les dejamos el vídeo, con la debida aclaración formulada por un hombre del Ejército Argentino, digno del mejor crédito.



Según el decálogo de funciones del destacamento militar Yapeyú una de las funciones primordiales de la Guardia de Honor del Regimiento de Granaderos a Caballo es “Brindar una Guardia de Honor diaria en el Templete (Casa Natal del Gran Capitán) donde descansan, además, los restos de sus señores padres”. 

martes, 20 de marzo de 2012

De héroes y de tumbas


Triste destino éste, el de las Provincias Unidas del Sur. Hoy en ellas todo se reduce a eliminar u obligar a olvidar aquellas cosas que nos dieron una identidad, esa suma de lealtades, sacrificios y dolores que al igual que un martillo y un cincel van modelando  el carácter de una Nación. Los ejemplos de esta malevolencia sobran, más aún, pareciera que se tratara de una competencia para ver quien derriba más banderas, para ver quién de ellos se lleva la cucarda que le permita avizorar un día solo las ruinas de esta Nación.

Días atrás, un concejal de salta elevó, acompañado por sus “pares”, un proyecto para obligar al Ejército Argentino a destruir el monumento a los Bravos de Manchalá, ¿Por qué este rapto de iconoclastia?, ¿Por qué querer olvidar un combate donde se jugaba nuestro destino como Nación? En el autor del proyecto era una cuestión de ideología ¿Cómo aceptar que el Ejército Argentino cumpliendo el mandato de un gobierno Constitucional había combatido, y vencido, a una guerrilla apátrida y en los que lo acompañaban solo ignorancia?
Tiene la ciudad de Salta cientos de problemas irresueltos, pero un concejal entiende que esos problemas son menos importantes que destruir un monumento y que como consecuencia de esto es mejor relegar al olvido a once salteños que combatieron a pura bravura.


No nos confundamos no es -el concejal de marras- un irresponsable, es alguien que ha entendido muy bien la lección, que si la presidente de la República puede desairar al Regimiento de Granaderos a Caballo en el Bicentenario de su creación, por que razón no puede él, so pretexto de ideologías encontradas, humillar a once salteños que combatieron bajo la Bandera Nacional.


Ejemplos como estos, el de la presidente y el del concejal, se suceden todos los días. Hay que -para la salud de un modelo político, cuya política manifiesta es el odio y la desunión- tirar abajo cuantos héroes sean posibles, más si llevan uniforme, Sean estos Los generales San Martín y Belgrano, sean estos los once humildes colimbas de Salta.

Y mientras esta caza sigue, vemos que día a día se acumulan muertos. Muertos que no llegan a mojar con su sangre o los deudos con sus lágrimas las alfombras de la señora. Desde los solitarios y cotidianos muertos por la inseguridad, hasta los chicos marginales, que marginados del modelo terminan su vida desnutridos antes de los dos años. Desde los apagados por el subsidiado libertinaje de la droga hasta aquellos que la desidia, el robo y la irresponsabilidad terminó con su vida, los cincuenta y dos muertos de Once.

Congreso Nacional marcha por Axel Blumberg

 Sepultureros vocacionales que no saben que hubo demasiada enjundia y que por ello hay demasiada herencia de quienes, llamados por el deber, combatieron por estas Provincias Unidas del Sur, desde la Reconquista a Maipú, desde Río Bamba a Ituzaingó, desde Obligado a Manchalá desde Curupaytí a La Tablada, desde El Juncal a Monte Longdon como para que a su resentida tarea la corone el éxito. Preocupados por derribar héroes solo siguen abriendo, en su ineptitud perversa, nuevas tumbas en la República.
JOSE LUIS MILIA
Josemilia_686@hotmail.com

lunes, 19 de marzo de 2012

Contra todos nuestros buenos deseos de un país mejor


Sinceramente nos habíamos propuesto no hablar más de “ella”, pero son tantos actos que vemos nos alejan cada vez más del país que anhelamos, que resulta imposible no tentarse y subir a nuestro blog el artículo del amigo Carlos Manuel Acuña, ese viejo soldado periodista que no se dá por vencido, vence sus delicados problemas de salud y sale siempre al ruedo con una pluma más afilada que un bisturí.

Breve perfil de un posible futuro político
marzo 19, 2012            
By Carlos Manuel Acuña


Nunca como ahora la incertidumbre alcanzó el nivel con que reina en la sociedad argentina. Todos los planos, todos los espacios han sido ocupados por la duda y la inquietud, fenómeno que se desliza en el ánimo cotidiano de varias maneras. Físicamente, como alimento de la inseguridad pública con sus muertos y heridos, e intelectualmente, al hacer imposible cualquier planificación empresaria o de la que corresponde a los más diversos contenidos. Las instituciones ya no rigen y la Argentina ha descendido a los estratos más bajos: sólo las generaciones mayores poseen los recuerdos suficientes para añorar lo perdido. Las más jóvenes ya ingresaron a la etapa donde las vivencias comparativas son imposibles y salvo excepciones no entienden aquello de la alteración de la historia, de la construcción de falsos recuerdos y de un nuevo ingrediente que ha comenzado a introducirse en la cotidianeidad de los hechos: los enfrentamientos sociales y el resentimiento.

Los ejemplos abundan. Hace apenas unas horas, desde el centro del poder se tomaron medidas para avanzar sobre uno de los emblemas más sólidos de nuestro pasado histórico, del nacimiento de la Patria: la fundación del Regimiento de Granaderos a Caballo. La reacción se extendió pero fue reducida en sus exteriorizaciones. Ahora venimos a saber que no se trata de un episodio más y espontáneo, sino de un plan organizado en sus formas y en su contenido: la guardia de honor que en Yapeyú custodiaba el lugar donde nació el general José de San Martín fue levantada y retirada para siempre. La indignación popular fue mayúscula pero insuficiente para retener a los Granaderos y hasta ahora la noticia quedó oculta, de acuerdo con una metodología progresiva que evita los actos frontales para que el acostumbramiento facilite una nueva realidad acorde con los términos de una “burguesía” distinta que se quiere construir pero que, imprecisa, todavía no se define. Esto también forma parte de la estrategia que está en marcha.

El otro extremo de lo que sucede es el insólito mausoleo levantado en Río Gallegos para recordar a Néstor Kirchner. Así es todo. ¿Acaso no circula un libro que desnuda las intimidades de lo que se quiere cambiar y presenta al “camporismo” en una función política distinta a lo que fue en realidad…? ¿Acaso los jueces no dictan sentencias contra quienes cumplieron las órdenes del Estado que necesitó defenderse…? ¿Acaso no se imponen medidas fiscales que poco a poco acosan la capacidad productiva y supeditan a los creadores de riqueza y progreso a la voluntad del funcionario de turno? ¿Acaso la falsificación de los datos oficiales no contribuyó al aislamiento del país…? Es innecesario, repetimos, abundar en los detalles que configuran este escenario que recoge otro fenómeno social digno de estudio: el silencio de los políticos, que disimulan lo que sucede como si su ignorancia permitiera modificar la realidad que nos agobia y la insertara en una normalidad que ya no existe… El parecido con los setenta no es una mera casualidad y, por el momento, las diferencias son tácticas, dentro de una estrategia que marca un objetivo disimulado bajo el título de “el modelo”.

Así nos leen en el exterior

Esto ya es suficientemente conocido como para volver sobre un escenario donde lo cultural corre paralelo con el agotamiento económico, lo económico con el preanuncio de una debacle social, en tanto se promueve la limitación a armarse para la defensa personal, lo que se convertirá en una de las causales del incremento del delito. Así lo dice la experiencia y la lógica, factores que se quieren negar en este extraordinario proceso de valorar lo invertido y perseguir el pasado formador.

Cristina insiste con lo suyo y de la mano de Carlos Zannini todavía quiere imponerse sobre el peronismo que le permitió ganar las elecciones a su marido. Intuye que está acorralada pero persiste pese a su mala salud. La autorización a utilizar discrecionalmente las reservas del Banco Central marca un tiempo que ubica el posible desenlace de la crisis en medio de un debate silencioso que, como lo dijimos hace poco, divide las opiniones de los analistas: unos lo esperan para este primer semestre en tanto otros consideran que será durante el segundo. Los más optimistas se aferran a los buenos resultados de la cosecha gruesa de este año y la eterna esperanza argentina de que un milagro extenderá los plazos; los más realistas se preparan para momentos de una gravedad inimaginable originada, entre otras cosas, en una rebaja disimulada de los salarios, en una caída de la actividad industrial gracias a los impedimentos para importar materia prima, en el consecuente incremento de la desocupación y el atraso cambiario. Si Cristina renuncia al compás de los estallidos sociales, Amado (Boudou) no está en condiciones intelectuales ni morales para reemplazarla y la señora de Alperovich, milagrosamente tercera en el orden sucesorio, tampoco. ¿Elecciones? Es probable que el tema de la convocatoria ronde en algunas cabezas que miran principalmente a los dos distritos electorales más importantes: la provincia de Buenos Aires y la Capital Federal. En tal caso, aún no hay respuesta para las especulaciones, excepto en lo que hace a la viabilidad formal de la política partidaria. Por algo, el gobierno ha elegido como enemigos principales a Daniel Scioli y Mauricio Macri.

Aquí es donde vienen las especulaciones. ¿Cómo se repartiría el poder? La sumatoria del carácter y estilo de ambos protagonistas facilita las dudas respecto de la severidad que requerirán los tiempos por venir. El desorden y su sucesora, la anarquía, ya se han asomado y observan cada vez más cercanos, con la paciencia de quienes saben que llegarán a destino. Todos miramos en derredor en busca de liderazgos posibles, nos informamos sobre los acontecimientos que en el sur chileno provocan los indígenas de ese país y nos preguntamos por qué se oculta lo que hacen en territorio argentino, evaluamos la posible marcha de los acontecimientos mundiales y tratamos de desentrañar los pasos que debería dar la ex República Argentina para readquirir una categoría mínima que asegure la supervivencia e integridad territorial. Nada más y nada menos.


domingo, 18 de marzo de 2012

La letra... "kon" sangre entra y algunos callan por miedo


En una breve escapada por nuestros pagos, encontramos el artículo de nuestro socio Horacio Palma, el que nos interesó poner en nuestro blog, ya que Horacio hace una “sintonía fina” de algunos temas que se han deslizado en los últimos días en la República Argentina, tales como: “legislación sobre el aborto” por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la censuraa Alberto Fernández en C5N por presiones del gobierno, recuerda “algunos actos de la época del terror” perpetrados por los jóvenes asesinos y hace comparaciones con los viejos asesinos,   la reforma a la carta orgánica del Banco Central; pero lo peor es la frase que refleja a los "ciudadanos que callan por miedo".


“Suponte que estás durmiendo una placida siesta, soñando con lo que harás cuando despiertes y entra alguien por la puerta, sin darte tiempo a escapar, te amordaza y toma una sierra y te parte en pedazos mientras vos observas impotente. Eso es un aborto.”
(Andrew Gladstone)

“La letra con sangre entra”… decía mi abuelita, que murió convencida que esos terroristas que dos veces le hicieron volar los vidrios de su austero departamento de Buenos Aires, terminarían sus años en la cárcel y no en el gobierno. La primera vez que los vidrios de las ventanas de la casa de mi abuela estallaron gritando terror, fue cuando Montoneros hizo volar la concesionaria de autos Laprida, que vendía autos Volvo a una cuadra de su casa. La otra, cuando el Erp hizo volar una estación de servicio a la vuelta de su casa, frente al Hospital Rivadavia. Frente a la estación de servicio estaba mi tía Cristina esperando el colectivo. Por suerte mi tía salió ilesa de cuerpo, aunque de espíritu no tanto. Yo recuerdo que le pregunté entonces a mi abuela el “¿porqué” de semejante violencia asesina (en ambos atentados murieron personas conocidas del barrio). Mi pregunta era un “porqué” de niño de 11 años. “Es que hay gente que aún piensa que la letra con sangre entra…” contestaba mi abuelita con cara de fastidio sincero.


Varios años después encontré en un hermoso libro de pintura que adornaba una mesa baja de vidrio en el tercer piso de la residencia universitaria del Opus Dei donde yo vivía, curiosamente, la residencia estaba a unas pocas cuadras del departamento donde había vivido siempre mi abuela. Decía que encontré allí una foto de una hermosa pintura, aunque algo oscura (luego supe que la oscuridad de la pintura tenía un exacto sentido estético) del gran pintor español Goya. Es una pintura de finales del 1700 que refleja una crítica ácida y genial de Goya al sistema educativo de aquellos tiempos. Un maestro en una pequeña aula con muchos estudiantes alrededor está sentado castigando el trasero desnudo de un alumno. Hay otros dos alumnos que parecen haber recibido ya su castigo y lloran desconsolados, mientras los demás se esmeran en el estudio… como asustados por lo que les espera si no lo hacen. Un pequeño perro es testigo del castigo, tal vez como para hacer un poco más tierna una imagen tan violenta.


Aprende o ya verás. Apropiarse del relato. Dividir para reinar. Acaparar poder a cualquier precio para eternizarse en un trono. Utilizar todos los medios del Estado para imponer un discurso, mentir mentir hasta que la mentira parezca verdad, estigmatizar al que piensa distinto, echar a la hoguera al que no me gusta, crucificar al que osa levantar un voz disidente o utilizar los aprietes bajo el viejo lema “la letra con sangre entra” son políticas conocidas a lo largo de la historia de la humanidad. Los emperadores romanos, los judíos, la Santa Inquisición de la Iglesia Católica, Maquiavelo, Hitler, Goebbels, Fidel Castro, Hugo Chávez, Stalin, Pol Pot, Firmenich… y así podríamos hacer una lista de todos los que han intentado lo que hoy intentan, con éxito aunque con métodos menos crueles, los integrantes del régimen que nos gobierna en Argentina.


Esta semana estaba viendo el programa de Marcelo Longobardi en C5N. Primero habló el escritor peronista Jorge Asís y palabras más palabras menos, dejó entrever que el destino del actual vicepresidente de Cristina Kirchner estaba lejos del lugar que hoy ocupa. Luego el periodista sentó a su segundo entrevistado, el ex funcionario kirchnerista Alberto Fernández. Había un tercer invitado esperando, el periodista económico mexicano Alberto Padilla. Pero cuando Alberto Fernández explicaba que lo que Cristina derogaba del Banco Central no eran artículos ni medidas de gobiernos liberales sin justo las dos medidas que Néstor Kirchner (Él, para el militante necrofílico) había impuesto en el Banco Central para las reservas de libre disponibilidad. Es decir, explicaba que lo que Néstor escribió con la mano, Cristina lo borraba con el codo de sus necesidades de caja. Una especie de K vs. K. Y justo en ese preciso momento del programa suena fuerte una música y lo sacan del aire. El acto de censura corrió rápidamente por las redes sociales. Antes de la medianoche ya era el tema del momento en Twitter. En su cuenta de Twitter, el periodista mexicano que se quedó en la antesala de su entrevista, comentó que por un llamado de De Vido de parte de la presidenta, el canal había decidido sacar del aire abruptamente el programa. Lo mismo dijo Alberto Fernández en las primeras entrevistas que le hicieron en la madrugada siguiente.

Lo raro, lo extraño, lo vergonzante, lo indignante fue lo que sucedió al otro día en el programa de Radio 10. Longobardi, víctima de la censura brutal, entabló una charla un tanto burlona sobre lo sucedido con Alberto Fernández, que desmentía en cierto sentido lo que había estado declarando 10 minutos antes en otra radio, y Daniel Haddad, el dueño del grupo Infobae, se disculpó por el levantamiento del programa con las siguientes palabras… “en realidad no fue censura sino un exceso de formalismo”. Así, daba a entender que Longobardi se había pasado del horario… único caso en el mundo que alguien se pasa de horario media hora antes de tiempo!!.

El periodista mexicano, lejos de las presiones políticas del régimen argentino, jamás se desdijo, y Alberto Fernández no pudo luego seguir tapando el sol con las manos. Semejante acto de censura en un gobierno supuestamente “democrático” da bronca… pero ojo, también transmite miedo.

La letra con sangre entra. Claro que ya no hay enemigo en las hogueras, ni blasfemos crucificados, ni perseguidos asesinados en cámaras de gas, ni juicios revolucionarios de Montoneros fusilando al “enemigo”. Sí hay servicios haciendo escuchas, fuerzas de seguridad espiando militantes molestos, testigos falsos acusando a enemigos de antaño, publicidades oficiales que se quitan y campañas de calumnias e injurias hacia cualquiera que ose contradecir al régimen y amenazas de expropiación para quien no se reporte sumiso. La letra con sangre entra… y ese temor sembrado que vuelve a los asustados sumisos. Silenciosos. Sordos ciegos y mudos. No te métas… el terror que se instala y el miedo que gana y el silencio que otorga.

Ciudadanos que callan por miedo. Y esto, en una democracia es un estadía imposible de aceptar. Y una República que se esfuma. Y los Poderes republicanos que se desdibujan. El Ejecutivo legislando por decreto. Y el judicial legislando con sentencias bochornosas, sumiso, atado de pies y manos ante esas “carpetas” que son ases en la manga de un Poder sin escrúpolos.

La letra con sangre entra…  la corte que legisla sobre el aborto. Guiño a un Legislativo cómplice de la República perdida, que no puede o no quiere. Y todos los abortistas defendiendo “supuestamente” a la mujer. Nadie al niño por nacer. Como si lo que estuviera en la panza de la mamá fuera un oso o una jarra y no un SER HUMANO. El estado se mete en tu panza y te mata gratis a tu hijo. Sol “libre”. ¡Felicitaciones! Según este progresismo, el violador es más persona que tu bebé, de lo contrario, también pediría que se mate el violador. Total, un poco más de sangre argentina ¿a quién le va a molestar?

Horacio R. Palma
El Dia de Gualeguay
Gualeguay
Entre Rios