Terminando el año,
les pido a los jóvenes lectores
militantes políticos que no pierdan la esperanza. Es muy triste después
de años de entrega pensando que servían al pueblo y a la justicia, darse cuenta
que han malgastado horas para consolidar el
latrocinio organizado e impune de verdaderos gánsteres que los han engañado y
usado sin escrúpulos.
Alguno de mis jóvenes
amigos sufrió una pesadilla en la que un
"Papa Noel" que se reía a
carcajadas, tenía el rostro de un multimillonario latifundista sureño que se
cree acosado por el periodismo
independiente...
No te extrañes de que
aún haya ciegos que no quieren ver: el fanatismo o el aprovechamiento
personal los ha cegado para la realidad
más evidente; ocurrió con las juventudes hitlerianas o stalinistas, y seguirá
ocurriendo.
Siempre se es dueño
de las propias decisiones. No pierdan la esperanza, y recomiencen aprovechando la experiencia amarga que les tocó
vivir.
¡Feliz Navidad!
Santiago
Floresa
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