Un
mensaje diferente
Otro año se va y
nuevamente las Fiestas remarcan el balance de lo negativo. Navidad con presos
políticos: otro año de injusticia y
abuso del Poder.
Este año, subrayando
la desigualdad de tratamiento ante igualdad de condiciones: se asesinó a un Teniente General y se ungió
a otro.
El Teniente General Jorge Rafael Videla
fue asesinado en nombre de los Derechos Humanos y Cesar
del Corazón de Jesús Milani fue ascendido a Teniente General con el beneplácito de los mismos organismos
“defensores” de Derechos Humanos que festejaron el asesinato de Videla. Por las
mismas razones.
La
única y misma razón por la que se asesina a uno y se corona a otro es el Poder,
la ostentación de Poder, el mantenimiento del Poder.
Navidad es la fiesta
del “antipoder”: un niño pobre, de una familia pobre, nacido en las más duras
condiciones por orden del Poder. Se realizaba un censo y las personas debían
volver a su lugar de origen para ser contadas, sin importar si tenían los
medios para contribuir con el decreto. Un niño despojado de todo a excepción de
una familia que lo amaba y lo cuidaba.
Nuestros presos políticos son niños despojados
de todo, incluso de la familia que los ama y que desea cuidarlos pero no se lo
permiten. Videla, como tantos otros presos políticos, era un
anciano secuestrado por jueces prevaricadores, alejado de su
familia, separado de sus seres queridos. Su familia sólo podía visitarlo
algunas horas, algunos días de la semana. El poder lo alejó de quienes podían y
deseaban cuidarlo y cuando estaba más vulnerable, le retiró la atención médica
indispensable para sobrevivir, igual que
hoy hace con tantos otros. Tampoco permitió que su familia le proveyera la
atención médica que el poder le negó, como hace con tantos otros a los que no
les permiten ir a los hospitales que pagan. Videla, como tantos otros, fue asesinado por los que se dejan el
pelo largo y usan la camisa fuera del pantalón, posando de rebeldes. Los hábitos no hacen monjes y los disfraces
no construyen renegados.
Los presos políticos bajo la égida de un
disfrazado “hombre araña” fueron y son asesinados por un poder cimentado en la
hipocresía y el absolutismo. El poder
que corona un Teniente General por la misma condición legal que encarcela a
otros.
Espero que esta
sociedad hipócrita que permite injusticias en el trato -distinto trato en
igualdad de condiciones- no tenga una Navidad de paz ni de amor. No es muy
cristiano de mi parte pero no me importa: reservo todos mis buenos sentimientos
para los pobres y despojados, no para los que se abarrotan de pavo y bebidas
alcohólicas, sin importarles el prójimo.
Espero que esta
sociedad no tenga paz ni tenga amor hasta que todos, incluso los niños pobres y
despojados puedan encontrarse en ese abrazo que les han prohibido desde el
Poder. No vivimos un reino de buenos sentimientos y espero que lo bueno llegue
para todos o no llegue para nadie.
Espero que los pavos
fermenten en las entrañas de los jueces
prevaricadores que se llenan los
bolsillos escupiendo sobre los valores que les han dado en custodia. Espero que
los diputados y senadores revienten por las costuras de su cínica máscara que con una
sonrisa ingenua ha aprobado pensiones para los hartamente saciados. Espero que
los ministros y secretarios de Estado sufran el miedo y la ansiedad detrás de su
mueca de “quemeimporta” cada vez que la playa de la realidad les devuelve el
resultado de su océano de inoperancia. Espero que los periodistas se asfixien y atraganten con todas las verdades que
callan. Espero que la presidente se
sature de pastillas para no conseguir el descanso que una buena conciencia
depara.
Espero, por último,
que la sociedad indolente y boba
sufra mucho, en carne propia, su desgano y displicencia; que llore el resultado
de abandonar la cosa pública, a sabiendas, en manos de corruptos.
Todos
mis buenos deseos son para el ideal de país que nos han robado. Todas mis anhelos
son para los presos políticos y sus familias, a quienes guardo en mi corazón y
por quienes estaré rezando una plegaria a la hora en que el más Inocente nos
recuerda con su nacimiento que Dios es grande y que a Él le pertenece la
verdadera Justicia.
Andrea Palomas
Alarcón
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
No dejar comentarios anónimos. Gracias!