viernes, 23 de agosto de 2013

LA CULTURA DEL ENCUENTRO

Papa Francisco

Viernes 23 de agosto de 2013 | Publicado en edición impresa

Por Eduardo Duhalde  | Para LA NACION

En su reciente visita a Río de Janeiro y en su mensaje a los fieles argentinos reunidos en la Iglesia de San Cayetano, el papa Francisco interpeló a quienes tuvieron el privilegio de verlo personalmente y a los millones que seguíamos su prédica por televisión con esta apelación: "Necesitamos crear una cultura del encuentro". Cada quien puede reflexionar al respecto en su propia interioridad, pero entiendo que la intención del Santo Padre apunta a que compartamos como hermanos ciertas conclusiones de su sabio mensaje; no se trata de confrontar con el otro para imponer nuestra voluntad, sino de emprender un camino de "diálogo, diálogo y más diálogo" para arribar a verdades compartidas.

Este viejo principio cristiano ha sido resuelto en lenguaje fresco, moderno y llano por el Santo Padre como ningún otro pensador, filósofo o político lo haya enunciado antes, aun cuando hace más de una década que nos lo demanda a través de sus escritos y mensajes. Así, la cultura del encuentro, piedra angular de la fe, es reinaugurada y destinada a proyectarse como un verdadero instrumento de cambio social.

Hemos sufrido demasiado por la confrontación. Aun hoy, en pleno siglo XXI, se ensalza el conflicto permanente como una forma -ilusoria- de acumular poder político, basándose en teorías de intelectuales que jamás tuvieron la responsabilidad directa de resolver cuestiones de Estado.

Pero la vocación por el encuentro, con actitud abierta y sin prejuicios, hizo que el cardenal Jorge Bergoglio, en su labor al frente del Arzobispado de Buenos Aires, solicitara sin éxito numerosas audiencias a las más altas autoridades del país. Consultado por la prensa sobre esa frustrada tarea, su respuesta sorprende y emociona: "He llegado a preguntarme si no he pecado, porque debería haber insistido; no hice lo suficiente". Esta clara expresión de humildad constituye, en verdad, uno de los pilares de la construcción colectiva en democracia.

De allí que lo verdaderamente importante sea hacer propias estas enseñanzas, el reconocimiento del otro y la humanización integral, de modo que las lleven a la práctica quienes ven la actividad política como un servicio a la sociedad. Hay ejemplos que demuestran que es posible marchar por un camino que deje de lado la confrontación y el desencuentro, experiencias que se realizaron en condiciones de extrema dificultad. Me estoy refiriendo al Diálogo Argentino, puesto en marcha en 2002, cuando nuestro país atravesaba la peor crisis de su historia moderna, cuando todos los vínculos sociales parecían disolverse.

Ya antes de que me tocara asumir la presidencia del país, el Episcopado Argentino había alzado su voz para alertar sobre los peligros de una desintegración social. En el espíritu de la cultura del encuentro, sus representantes, con el apoyo técnico del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ayudaron a mi gobierno a llevar adelante el Diálogo, al permitir que se sentaran a una misma mesa los ahorristas desesperados por lo que sentían como una confiscación; los sindicatos de filas menguadas por el desempleo; jubilados con ingresos licuados; los empresarios empobrecidos de una industria casi parada; dueños de campos que habían logrado sobrevivir a los remates de establecimientos de la década anterior; los desocupados que apelaban como único recurso a los cortes de ruta, a lo que se agregaron más de 800 organizaciones que representaban todo el espectro sociopolítico y religioso del país.

Con paciencia infinita, la mesa del Diálogo comprendió que, ante semejante emergencia, era preciso distribuir los costos, ideando lo que sería la primera acción concreta para alcanzar la paz social: la implementación del Plan Jefes y Jefas de Hogar. Era poco lo que podíamos ofrecer desde un Estado quebrado, pero mucho para las familias que carecían completamente de ingresos. Todo tenía un costo político que aceptamos pagar, pues sacar del hambre a esos millones de argentinos era nuestra prioridad.

Cuando ya las miradas de odio se habían ablandado, las palabras duras dieron paso a otras que buscaban comprendernos y la crisis ya estaba bajo control, lamentablemente el nuevo gobierno optó por dejar de lado esta formidable iniciativa.

La principal responsabilidad siempre es de quien conduce, de quien asume las decisiones desde el poder. Cuando desaparece el diálogo, se imponen las ideas como verdades absolutas y se desprecia lo que otros puedan aportar. Cuando nos preguntamos cómo pudimos llegar a esta situación de conflicto constante entre argentinos, la primera explicación que puede darse es, tal vez, la más sencilla: porque hemos dejado de escucharnos, porque quienes deben dar el ejemplo no quieren dialogar más que con sí mismos.

Encontrarse implica reconocer en el otro a alguien que nos complementa, a quien debemos intentar comprender porque ese otro es quien puede comprendernos y devolvernos redoblada toda la dimensión de nuestra humanidad. Esto es lo que nos puede ayudar en el tránsito hacia la adultez republicana en busca de un futuro de grandeza.

Después de todo, la Argentina es el país que ha dado al nuevo sucesor de Pedro. No podemos quedarnos en un orgullo pueril: si queremos reivindicar el pensamiento de Francisco, lo menos que debemos hacer es escuchar su palabra y hacer lo posible por practicarla. En Brasil, el Santo Padre fue muy claro: "La hermandad entre los hombres y la colaboración para construir una sociedad más justa no son un sueño fantasioso, sino el resultado de un esfuerzo concertado de todos hacia el bien común [...] el único modo de que una persona, una familia, una sociedad crezca; la única manera de que la vida de los pueblos avance es la cultura del encuentro, una cultura en la que todo el mundo tiene algo bueno que aportar, y todos pueden recibir algo bueno a cambio".


Ante estas palabras que emocionan y nos impulsan a buscar el verdadero camino, creo que es hora de que la Iglesia vuelva a convocar a todos los sectores de nuestra sociedad a fin de recrear las condiciones para que fructifique el diálogo entre los argentinos.


NOTA: Las imágenes y negritas no corresponden a la nota original.

jueves, 22 de agosto de 2013

EL COMANDANTE CASTRO Y EL GENERAL VIDELA

agosto 18, 2013

By Carlos E. Viana


“El iracundo promueve contiendas, el que tarde se enoja aplaca las rencillas”. Proverbios, 15/18.

En septiembre de 1979, se celebró en La Habana la VI Conferencia Cumbre de Naciones No Alineadas. Fidel Castro como anfitrión fue el presidente de la misma.


Uno de los invitados especiales del Comandante Castro fue el General Jorge Rafael Videla, a la sazón, Presidente de Argentina. Videla se excusó y envió en representación de la República a Mario Amadeo, uno de los más experimentados diplomáticos.

Mario Amadeo cumplió bien su misión diplomática, porque el gobierno cubano obtuvo que las naciones no alineadas apoyaran a la Argentina en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra. Este apoyó evitó una condena contra Argentina, ante las denuncias de los gobiernos de Carter (EEUU) y de Mitterrand (Francia), por violaciones de derechos humanos. Por supuesto el gobierno de Leonid Brezhnev (URSS) también apoyó a la República Argentina, en dicho foro.

Actualmente para cualquier lector desapercibido le parecerá rara esta coincidencia, cuando Argentina había sido atacada por la guerrilla entrenada en Cuba desde 1960 en adelante.

¿Cómo entender esta contradicción?

Lo primero que debemos aclarar que para 1977 el ataque había terminado. ¿Por qué?

La victoria de Argentina sobre la guerrilla setentista no fue solo militar. Es muy difícil una victoria terminante sobre insurgentes apoyados, financiados y entrenados en el extranjero. ¿Qué ocurrió entonces?

La victoria fue diplomática. ¿Qué paso, que ocurrió que ignoran la mayoría de los políticos, periodistas y actores argentinos?

Regímenes cruzados

Todo parece haber comenzado en 1976. Leamos el siguiente comunicado del partido Comunista: 25 de Marzo de 1976: “Los comunistas y la nueva situación Argentina, declaración del P.C.:

“Ayer 24 de Marzo, las FF.AA. depusieron a la presidenta María E. Martínez, reemplazándola por una Junta Militar integrada por los comandantes de las tres armas. No fue un suceso inesperado. La situación había llegado a un límite extremo “que agravia a la Nación y compromete su futuro”, como dice en uno de los comunicados de las FF.AA. Cargan por esta situación, inmensa responsabilidad el lopezrreguismo reaccionario y su protectora María E. Martínez, que habían pisoteado el programa por el cual había votado el pueblo en 1973… La muerte rondaba las calles y caminos, fabricas, universidades, hospitales; penetraba en la intimidad de los hogares. Nunca se había visto en nuestro país nada tan cruel… Los actores de los sucesos del 24 expusieron en sus primeros documentos sus objetivos, que podríamos resumir de la siguiente manera: “…Fidelidad a la democracia representativa con justicia social; revitalización de las instituciones constitucionales; reafirmación del papel del control del Estado sobre aquellas ramas de la economía que hacen al desarrollo y a la defensa nacional, defensa de la capacidad de decisión nacional…” El P.C., aunque no comparte todos los puntos de vista expresados en los documentos oficiales, no podría estar en desacuerdo con tales enunciados”.

Como vemos, estas palabras desmienten que el golpe de estado fue dado para imponer las normas económicas del Consenso de Washington.

La Unión Soviética fiel al maquiavelismo de su fundador Lenin, apoyaba dos políticas, una la que terminamos de ver mediante la declaración del Partido Comunista y otra al ataque armado del ERP y de Montoneros, entrenando a sus comandantes y financiando sus acciones militares en medio de la Guerra Fría, que en Argentina fue caliente. En esta guerra se siguió la doctrina, de los agresores, enunciada por el Che Guevara en su discurso a la comunidad argentina en la Habana, en 1962: “Nosotros demostramos que las condiciones especiales de Cuba, las condiciones subjetivas iban madurando al calor de la lucha armada, que la lucha armada era un catalizador que agudizaba las luchas, que llevaba basta el paroxismo estas luchas” (Discurso pronunciado en La Habana, el 25 de Mayo de 1962, ante la comunidad Argentina).

El vuelco de la URSS y Castro a favor del General Videla

¿Qué cambió la parte violenta de la política soviética?

Brezhnev había incentivado la política expansiva de la URSS, apoyando las guerrillas en Mozambique, Angola, Hispanoamérica y otras regiones, donde los soviéticos combatían con la sangre cubana, salvo en la invasión de Afganistán, donde operaron directamente tropas de la URSS. Se temía además una invasión soviética a Europa Occidental.

Por otra parte la producción agrícola socialista de la URSS era un fracaso y a pesar de contar con una de las llanuras más feraces del mundo, no alcanzaba para alimentar al pueblo soviético. La URSS no podía depender de las potencias occidentales.

A su vez Argentina soportaba el ataque guerrillero pero también tenía problemas para colocar su producción agrícola ante las barreras arancelarias de Europa y las sanciones económicas y financieras impulsadas por el Presidente Jimmy Carter, quien fue uno de los sostenedores del Consenso de Washington.

Brezhnev que era un político avezado, vio esta oportunidad y encontró en la Argentina el apoyo de otro hábil político, el ministro de economía Martínez de Hoz. Esto desmiente nuevamente a los que afirman que el golpe de estado fue para satisfacer al Consenso de Washington.

En 1977 se impuso el pragmatismo en ambas naciones.

El gobierno soviético explicó su política internacional en este sentido, arguyendo que el gobierno militar argentino estaba dividido en dos facciones, una liberal que quería retornar al gobierno representativo y otra reaccionaria que deseaba institucionalizar el autoritarismo. Para ellos el Presidente Videla era un General Progresista que encarnaba la posición pro democrática.

Por supuesto que la URSS debió suspender el ataque armado de sus organizaciones guerrilleras. Fidel Castro sabía que con la comida no se embroma y cumplió la orden. El ERP cesó sus ataques armados para mayo de 1977, y se disolvió en ese mismo año, en una asamblea que realizaron en Italia. Los Montoneros debieron irse de la isla. Se refugiaron en Beirut con el ala más extremista de la OLP, Septiembre Negro, al lado de la naciente Hezbollah (Cómplice de los atentados a La Embajada de Israel y la AMIA) financiada por Irán y de ahí nacen sus simpatías por el terrorismo musulmán, que los vincula al muy posterior atentado contra la AMIA y sus acuerdos actuales con Irán. El Mossad por su parte comenzó a operar aliado con los servicios de inteligencia argentinos. Esto es para los que afirman que el gobierno de Videla fue antisemita. No obstante sin el apoyo del poder de la URSS, la ofensiva montonera de 1978 y 1979 fue un fracaso.

La URSS se transformó en el principal cliente de Argentina, comprando más del 30 por ciento de sus exportaciones. Se firmaron convenios importantes, como la construcción frustrada, de la inmensa represa del Paraná Medio y los pesqueros soviéticos pudieron venir al Atlántico Sur, pese a algunos incidentes impulsados al principio por el Almirante Massera, quien pasó a negociar también diplomáticamente con los montoneros, que protegía Mitterrand en Francia.

Por supuesto el gobierno militar reconoció la legalidad del Partido Comunista y de sus organizaciones colaterales, como el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos y Credicoop. Como vemos estas instituciones no solo no fueron perseguidas, sino protegidas por el gobierno militar. Habría que preguntarle detalles a Carlos Heller, dirigente del PC y de las cooperativas mencionadas por aquellos años.

Argentina se negó a unirse al embargo cerealero impuesto por Estados Unidos y Europa Occidental contra la Unión Soviética, lo cual salvo del hambre a esta superpotencia y a Cuba. La dirigencia soviética había previsto y efectuado una maniobra estratégica que los salvó de las consecuencias del embargo cerealero. El General Videla y su equipo ahorraron vidas, quitándole a la guerrilla su principal apoyo militar, mediante una maniobra diplomática y económica, donde la Nación se benefició por partida doble.

Las diferencias entre el Comandante Castro y el General Videla

La diferencia más visible entre estos dos políticos militares, es que mientras uno, el General Videla no pretendió perpetuarse en el poder y lo transfirió voluntariamente al General Viola, Fidel Castro después de 54 años mantiene su poder y solo lo transfirió, en parte, dinásticamente a su hermano, Raúl, por motivos de salud.

Otra es que Fidel Castro ambicionó siempre el poder, mientras que Videla se vio obligado a tomarlo por la presión de sus camaradas en una situación de anarquía, en medio de una guerra.

Videla fue un militar democrático que quiso llamar a elecciones, pero la presión del bando más autoritario del ejército se lo impidió, mientras que Castro considera a las elecciones libres como una antigualla burguesa. No obstante, en Argentina, el gobierno militar llamó finalmente a elecciones democráticas, como pensaban hacerlo desde que tomaron el poder político.

El General Videla debió enfrentar una guerra de guerrillas terroristas que mataron a 2000 argentinos. Que fue una guerra lo reconocieron Raúl Alfonsín y Eduardo Luis Duhalde (ex secretario de DDHH), cuando fueron abogados defensores de los terroristas Santucho, Montanaro y otros, por el crimen de Oberdan Salustro.

El enemigo sufrió mediante el contraataque de las FFAA y de Seguridad argentinas, comandadas por Videla, más de 9.000 muertos, en una guerra.

Fidel Castro, sin guerra, fusiló a 30.000 cubanos, se exilaron dos millones y todavía continúa el éxodo de los que escapan de Cuba en botes, sorteando los tiburones y tormentas del Caribe. Además mantiene cientos de los presos políticos. Agreguemos también a 200.000 seres humanos, que mataron las tropas cubanas, que intentaron expandir su “Revolución” por el resto del mundo.

Una injusticia paradojal

Fidel Castro es hoy venerado por líderes americanos, que se dicen democráticos, Jimmy Carter, Cristina Fernández de Kirchner, Michele Bachelet, Dilma Rousseff y tantos otros, que parecen ignorar, que sus países sufrieron la agresión del terrorismo comunista, para implantar un régimen totalitario marxista-leninista.

El General Videla condenado a prisión perpetua en abierta violación del artículo 18 de la Constitución Nacional y de tratados internacionales de derechos humanos, fue mantenido en prisión, en condiciones penosas, hasta su extraña muerte. Murió pobre.

Uno impuso una férrea tiranía en su patria, el otro debió enfrentar una guerra subversiva que él no buscó, con tropas infiltradas por la guerrilla y en medio de un desorden generalizado del Estado.

El tipo de guerra subversiva que impusieron los soviéticos a Hispanoamérica se baso en la doctrina que manifestó el Che Guevara, en el órgano de la Tricontinental, “Revista Tricontinental” de 16-4-67:

“El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar… Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla total. Hay que impedirle tener un minuto de tranquilidad, un minuto de sosiego fuera de sus cuarteles, y aún dentro de los mismos: atacarlo donde quiera que se encuentre; hacerlo sentir una fiera acosada por cada lugar que transite”.

Castro siguió esta doctrina y gozaba matando, Videla un católico militante, lamentó las bajas inevitables, que en una guerra ocasionan las operaciones militares. Se lo acusó a Videla de genocida, en un uso exagerado e inapropiado del término, que le causaría envidia a Gramsci. Pero los que mataron impiadosamente a quienes no pensaban como ellos fueron los terroristas.

La dictadura del Transformista relato oficial

Después vinieron los gobiernos de Alfonsín, de los Kirchner y los supuestos organismos de derechos Humanos, compuestos por ex terroristas. Los mismos, desde 1983, han impuesto su Transformista relato oficial: “Castro el liberador, Videla el genocida”. John Stuart Mill, en su obra “Sobre la Libertad”, temía precisamente a esto, a la tiranía de la opinión pública, que es diabólica porque la notan muy pocos y atemoriza a políticos y periodistas, que anonadados por el terror de ser criticados públicamente, terminan sometiéndose al relato oficial. Fue este el tipo de tiranía la que asesino a Sócrates y crucifico a Cristo.

Carlos E. Viana

FUENTE: http://site.informadorpublico.com/?p=35189

NOTA: Algunas imágenes y las negritas no corresponden a la nota original.

EL TEMA MILITAR NO ESTÁ EN LA AGENDA POLÍTICA

El 16 de agosto de 2013 en el portal TERRA se publicaron noticias relacionadas al segundo juicio por presuntos delitos de lesa humanidad en Formosa. De las mismas destacamos la siguiente:

“Por otra parte, el Tribunal decidió dar curso a la denuncia contra los testigos presuntamente "plantados" -ofrecidos por la Fiscalía- que realizó el abogado querellante Pedro Velázquez Ibarra y, en consecuencia, fueron remitidas las actuaciones al Juzgado Federal de turno para que se investigue la posible comisión del delito de falso testimonio”.

La utilización de “testigos estrellas, falsos o plantados”, previamente “operados” por la querella y/o fiscalía, para perseguir y enjuiciar a los imputados en las causas de presuntos delitos de lesa humanidad, es un modus operandi diseñado en Cuba, e implementado por los gobiernos pertenecientes al ALBA. Si bien nuestro país no integra formalmente la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, en ese tema se comporta como tal y en todos los juicios celebrados hasta el momento, las fiscalías y querellas   han utilizados testigos de esas características.

Peor aún… los tribunales han condenado sin pruebas convincentes, que no dejen lugar a duda alguna, vulnerando el derecho a la presunción de inocencia y la garantía que todo acusado que no será condenado sin que existan pruebas suficientes que destruyan tal presunción y demuestren su culpabilidad. El derecho penal establece que en los casos donde surja alguna duda razonable, debe absolverse.

Hemos tomado el ejemplo del Tribunal de Formosa, ya que actualmente se desarrollan en el país 13 juicios orales por presuntos delitos de lesa humanidad -se prevé que en los próximos días se inicien 3 juicios más- y donde los derechos jurídicos de los imputados son violados diariamente.

Esas personas detenidas como Presos Políticos, están sufriendo  interminables procesos y sometidos a prisiones preventivas que excedieron todas las seguridades que el estado, bajo cualquier circunstancia, debe ofrecer a los detenidos. El Ministro de Defensa, Agustín Rossi, sin tener jurisdicción para ello ha prohibido la asistencia a los ancianos soldados enfermos en los Hospitales Militares. Es sabido que dadas sus avanzadas edades y sus condiciones de salud tan dañadas, que no existe garantía de supervivencia alguna.

Ante tal situación: testigos falsos, pruebas no convincentes, prisiones preventivas excesivas, prohibición de asistir a hospitales militares, etc., tenemos el derecho a pensar que los jueces y el estado, al menos están cometiendo los delitos de  “abandono de persona” u “homicidio por omisión”. Las Unidades Carcelarias del país no están en condiciones de asistir en tiempo y forma a los ancianos enfermos y que necesitan atención médica urgente y especializada, esto lo saben muy bien los jueces que deben velar por sus derechos y garantías. Sin embargo ya tenemos 214 muertos en calidad de Presos Políticos y este problema: “el tema militar” está ausente en la Agenda Política y la única solución es de carácter político… hoy no existe otro camino.

Sinceramente,

Pacificación Nacional Definitiva
por una Nueva Década en Paz y para Siempre

martes, 20 de agosto de 2013

LARRABURE AÚN LES DA BATALLA


IN MEMORIAM

INVITAMOS: 

A usted y familia a concurrir al acto que se realizará en

conmemoración del 38 aniversario del asesinato de nuestro camarada, 

CORONEL DON ARGENTINO DEL VALLE LARRABURE 

El próximo viernes 23 de agosto a las 11:00 hs. 

Lugar: Panteón Militar del Cementerio de la Chacarita

PROMOCIÓN 82 – CMN


DESTITUCIÓN, JUICIO Y CASTIGO

Sección: Nota de portada


Por Nicolás Márquez (*)

¿Progresismo culposo?


Independientemente de las muchísimas diferencias ideológicas que desde estas líneas nos separan del periodismo progresista (incluso en su versión opositora), no podemos menos que reconocer que quienes probablemente sean hoy sus dos exponentes más representativos (Nelson Castro y Jorge Lanata), desde sus respectivos lugares de influencia están brindado un auspicioso servicio a fin de concientizar a la opinión pública respecto de la naturaleza siniestra que encarna y representa el gobierno nacional, capitaneado por Cristina Kirchner.


En efecto, el médico y periodista Nelson Castro ha insistido en sus últimos editoriales en que la Presidente padece una peligrosa patología mental que la aleja de la realidad (síndrome de Hubris), en tanto que el taquillero Jorge Lanata por su parte, ha demostrado por medio de numerosos informes que la Presidente se habría enriquecido ilícitamente.

Insistimos en lo siguiente, más allá de las enormes discrepancias filosóficas que tenemos para con los periodistas mencionados, desde ya que confiamos en la seriedad de sus acusaciones y asumimos entonces, que ambos tienen razón: no sólo nos estaría gobernando una desequilibrada mental sino también una delincuente.


Pero ocurre que detrás de estas aseveraciones, fueron sendos comunicadores quienes concluyeron sus respectivas editoriales televisivas de esta semana deseando y exigiendo que Cristina termine los dos años que resta de su mandato presidencial. En efecto, ambos íconos del periodismo progresista, temerosos que desde las tribunas oficialistas los tilden de “destituyentes”, tras mostrar serias evidencias que ponen de manifiesto el ejercicio inconveniente o ilegítimo de Cristina como Presidente, luego tropiezan con la insalvable contradicción de clamar para que la susodicha prosiga detentando su cargo y mandato.


En efecto, si damos por sentado o por válido que nos gobierna una desquiciada y una malhechora: ¿por qué tenemos que anhelar que termine el mandato?; ¿por qué desearle al país algo tan negativo como prolongar el cargo de quien no posee las cualidades mentales o morales como para ocupar tamaña responsabilidad? Si Castro y Lanata están en lo cierto respecto a sus duras acusaciones, Cristina no sólo merece ser destituida ipso facto sino que luego debería caer sobre ella una sanción legal que la destine a un establecimiento penal o sanitario, según se determine.


Luego, advertimos que impulsar la destitución de Cristina no sólo no es una arbitrariedad “golpista” sino que implica el cumplimiento estricto de la Constitución Nacional. Justamente, conforme lo establece la Carta Magna, los Diputados de la Nación pueden y deben acusar ante el Senado a la Presidente, tanto sea por “por mal desempeño o por delito en el ejercicio de sus funciones”[1] y a la vez, es el Senado a quien le compete juzgar[2] y “destituir al acusado, y aun declararle incapaz de ocupar ningún empleo de honor, de confianza o a sueldo en la Nación”[3]. Vale aclarar que la condena en cuestión, importa apartar a la Presidente del cargo para que seguidamente la acusación, juicio y castigo sean conformes las leyes de los tribunales ordinarios.

Opositores de utilería


Pero dejemos a un lado el rol del periodismo progresista y tomemos nota del papel del grueso de los Diputados del llamado “arco opositor”: ¿qué postura toman respecto a la eventual destitución? Ninguna, puesto que si bien éstos se regocijan de lo que el periodismo independiente denuncia respecto del Poder Ejecutivo Nacional, nadie propone otra cosa superadora que no sea apostar al “diálogo y al consenso”. ¿Es válido proponer dialogar y conceder con inmorales o malvivientes? Interesa la pregunta porque en oportunas y certeras definiciones de San José María Escrivá de Balaguer: “Cuando un hombre transige en cosas de ideal, de honra o de Fe, ese hombre es un… hombre sin ideal, sin honra y sin Fe”[4].

Pero más allá de las definiciones categóricas del citado Santo español y volviendo al elástico comportamiento del grueso de nuestros congresistas, podría argumentarse que la petición de juicio político sería en vano, puesto que las mayorías exigidas para impulsar tal medida no están dadas, dado que los bloques oficialistas impedirían esa justa maniobra institucional. Pero eso ya sería un dilema de los Diputados eventualmente apañadores del delito, y en modo alguno un obstáculo para que los legisladores opositores cumplan con la función de solicitar lo que corresponde, más allá de las resultas de la votación parlamentaria.


Finalmente, celebramos las investigaciones y acusaciones que desde diferentes lugares se están llevando adelante contra el seno del kirchnerismo, pero exhortamos también a que éstas no acaben siendo abstractos reproches verbales que, a la postre queden en la nada. Es indispensable entonces, que seguidamente se apunte, impulse y promueva con toda la energía del caso una punición concluyente para con los sindicados delincuentes de Estado.

(*) Twitter: Nickymarquez1

La Prensa Popular | Edición 226 | Martes 20 de Agosto de 2013


NOTA: Las imágenes y negritas no corresponden a la nota original.



[1] Artículo 53 - Sólo ella ejerce el derecho de acusar ante el Senado al Presidente, vicepresidente, al jefe de gabinete de ministros, y a los miembros de la Corte Suprema, en las causas de responsabilidad que se intenten contra ellos, por mal desempeño o por delito en el ejercicio de sus funciones; o por crímenes comunes, después de haber conocido de ellos y declarado haber lugar a la formación de causa por la mayoría de dos terceras partes de sus miembros presentes.
[2] Artículo 59 - Al Senado corresponde juzgar en juicio público a los acusados por la Cámara de Diputados, debiendo sus miembros prestar juramento para este acto. Cuando el acusado sea el Presidente de la Nación, el Senado será presidido por el Presidente de la Corte Suprema. Ninguno será declarado culpable sino a mayoría de los dos tercios de los miembros presentes.
[3] Artículo 60 - Su fallo no tendrá más efecto que destituir al acusado, y aun declararle incapaz de ocupar ningún empleo de honor, de confianza o a sueldo en la Nación. Pero la parte condenada quedará, no obstante, sujeta a acusación, juicio y castigo conforme a las leyes ante los tribunales ordinarios.
[4] Camino, referencia 394. San José María Escrivá

ES SOLO EL PRIMER PASO.

Al plantearse una meta, el camino siempre supone varias etapas. Es una secuencia, a veces larga y otras no tanto. Nunca es un sendero recto. Su recorrido propone escollos, desafíos, barreras y tragos amargos.

Lo importante es que la brújula siga mostrando el norte, para que el itinerario y las férreas creencias puedan seguir intactas. No existe un atajo que lleve hacia el objetivo sin sobresaltos. Mucho menos cuando se trata de la vida en sociedad. Allí, una inmensa cantidad de factores operan simultáneamente y alteran el entorno presentando diversos problemas.

El populismo es hoy una plaga que destruye a las sociedades. Promete un mundo donde unos trabajan para que otros no, invita a saquear a los que se esfuerzan para derivar recursos hacia el aparato político clientelar, ese que hace de la maquinaria electoral un verdadero fin en sí mismo.

Su erradicación supone permanentes aprendizajes, porque solo lo que se internaliza produce reales cambios de hábito. Los rechazos circunstanciales pueden ser solo espasmódicos gestos de repudio a un aspecto aislado del régimen demagógico. Se percibe a diario la seducción que engendra el populismo cuando propone progreso como un derecho sin esfuerzo previo, casi como un acto mágico, cautivando a los más abúlicos y a los que, durante generaciones, demandaron necesidades sin ofrecer nada a cambio.

Los tropiezo del populismo en los comicios es siempre importante. Pero no se debe caer en la trampa del exitismo, ese que se proviene de las pasiones deportivas y que transmite la falsa idea de que el torneo concluyó.

La historia siempre es un proceso, su evolución muestra como se recorre una transición de la fase actual hacia una novedosa forma diferente, casi siempre desconocida e impredecible.

Las circunstancias en política siempre exhiben una dosis de realismo, de pragmatismo, que resulta imprescindible para interpretar el presente y diseñar las acciones que conforman el próximo paso hacia la meta deseada.

Siempre se construyen opciones con lo que hay y no con lo óptimo. Hay que comprender aquello de que ";lo excelente es enemigo de lo bueno";. La idea de buscar lo extraordinario es un desafío constante, pero no debe impedir el paso a paso que cualquier ciclo conlleva. No se llega de un lugar a otro, sin pasar previamente por los anteriores. No existe mecanismo alguno que traslade de una instancia a otra sin pesares, contratiempos o amarguras.

El camino al éxito está plagado de obstáculos, dilemas morales e incómodas decisiones. Habrá que poner a prueba el temperamento y las profundas convicciones, lo que en política implica ";buscar lo mejor, dentro de lo posible";, pero también exigir mucho para potenciar a los destacados y estimular a los que aun no están, para que sean parte del cambio.

El trabajo de la sociedad civil debe operar al mismo tiempo en dos dimensiones. La de lo factible, tratando de que los menos malos desplacen a los peores, y en un plano más riguroso, convocando a los sobresalientes para que sean protagonistas del futuro, y así integrar a la política a los más decentes, íntegros, honestos, idóneos, creativos e inteligentes.

No se puede esperar a que estos últimos ingresen a la política para iniciar el camino hacia el porvenir. Se debe poder operar de modo sincrónico para que en algún momento se unan los puntos que encaminen a lo deseable.

Salvadas las enormes distancias, durante la segunda guerra mundial, occidente decidió aliarse a su peor adversario, el comunismo. Lo hizo pese a sus evidentes diferencias y a su rivalidad manifiesta. La prioridad era  terminar con el inmoral régimen nazi, que era indudablemente lo peor que le sucedía al planeta. Aquella alianza entre el marxismo y el mundo occidental seguramente fue criticada por muchos con dureza, pero resulto imprescindible. Prevaleció un objetivo superior, el de dejar atrás una de las historias más nefastas y crueles de la humanidad. El tiempo pondría las cosas en su lugar y el fracaso comunista se agotó varias décadas después.

La lucha política se hace por etapas, secuencialmente y merece ser entendida para no perder la perspectiva global cayendo en cierta ingenuidad. Las alianzas circunstanciales son siempre una coyuntura, una necesidad ocasional para ir de ese escalón al siguiente, en un paso a paso.

Hay que armarse de paciencia, de pragmatismo en el corto plazo, pero sin claudicar en las convicciones, porque son ellas, las que en la medida que se mantengan intactas, marcaran el sendero a recorrer.

Nunca los triunfadores de la última elección son lo perfecto, de hecho muchos de ellos son indignos, pero en el contexto actual no son lo peor de lo peor. Son tal vez un mero instrumento, que permite la transición de lo pésimo a lo menos malo. Con ese criterio, debe ser analizado el presente.

Cada turno electoral invita a tomar decisiones, muchas veces con dudas que suponen gran perturbación. Hay que animarse a superarlo, tratando de no renunciar a los principios básicos y ser atropellado en las propias convicciones, pero comprendiendo que no se está al final del camino, sino que este hito es solo el primer paso.

FUENTE: http://opinion.infobae.com/alberto-medina-mendez/2013/08/18/es-solo-el-primer-paso/

Alberto Medina Méndez
albertomedinamendez@gmail.com


LOS GANADORES EN EL "VOTO MILITAR", MASSA Y DE NARVÁEZ

Elecciones 2013
Martes 20 de agosto de 2013 | Publicado en edición impresa

Por Mariano De Vedia | LA NACION

En contraste con el resultado electoral de la Antártida , donde el kirchnerismo llegó casi al emblemático 54% (contabilizadas el 55,5% de las mesas), la oposición predominó en el voto militar de la provincia de Buenos Aires. Las boletas más elegidas fueron la de Sergio Massa, por el Frente Renovador, y, en menor medida, la de Francisco de Narváez, de Unidos por la Libertad y el Trabajo.


Así surge de estimaciones recogidas por LA NACION en fuentes de las Fuerzas Armadas, donde suelen realizarse sondeos y bocas de urna informales con resultados que pocas veces se vuelcan por escrito. Se estima que la familia militar comprende un universo de 500.000 personas en todo el país, contando los cerca de 100.000 efectivos en actividad y retirados y sus familias. Una cifra con más envergadura que los 122 votantes habilitados de la Antártida.


Según esas fuentes, el voto por Massa prevaleció en las mesas de Campo de Mayo, que comprende parte de los partidos de San Miguel y de Tigre (donde el Frente Renovador ganó con el 46,4% y el 63,9%), así como en Mar del Plata y en Puerto Belgrano, donde la Armada tiene su principal base naval. Las simpatías por De Narváez habrían quedado reflejadas en Zárate y otros destinos con bases fluviales.


"El 90% eligió candidatos contrarios al kirchnerismo", confió a LA NACION una fuente naval que tuvo acceso a reuniones de jefes castrenses en las que se comentaron los resultados de las primarias.


La tendencia en el distrito bonaerense es inversa a la que predominó en la Antártida, donde crece la sospecha de que el jefe del Ejército, general César Milani, ordenó a los militares de esas bases votar por los candidatos del Gobierno.


"En la Antártida el escenario electoral es más concentrado y es más fácil que existan presiones para inducir el sufragio. Pero en las unidades de todo el país los militares y sus familias votan en mesas comunes, donde todo se dispersa y cualquier presión se diluye; es imposible ejercer un control para direccionar el voto", reflexionó un uniformado.


Según pudo saber LA NACION, en las distintas fuerzas es común realizar encuestas informales, antes y después de la elección, para conocer hacia dónde está orientado el voto. Tanto en los suboficiales como entre los oficiales se toman, incluso, casos testigo y se miden, por ejemplo, las preferencias entre cabos, suboficiales primeros y mayores, y entre los tenientes, mayores o capitanes de corbeta y coroneles o capitanes de navío, para conocer las orientaciones políticas en distintos grados generacionales.


El escrutinio del domingo dio algunas puntas para captar hacia dónde fue el voto militar. La mayoría del personal de la Armada se concentra en la base naval de Puerto Belgrano y votó en la ciudad de Punta Alta, distrito bonaerense de Coronel Rosales. Allí ganó la lista de De Narváez, con el 29,13%, seguida de Massa, con el 24,9 por ciento.

En Punta Indio, donde se encuentra la base aeronaval, el Frente Renovador se impuso con el 28,61%, aunque el FPV quedó cerca: 27,9%.


Fuentes castrenses advirtieron que "luego de varios años en que el salario y el presupuesto de las Fuerzas Armadas sufrieron un visible deterioro, sumado a escándalos como el embargo de la Fragata Libertad, es lógico que la familia militar tenga posiciones antikirchneristas".


Al respecto, recordaban como símbolo del desánimo la notoria falta de mantenimiento de aeronaves y embarcaciones, como el destructor Santísima Trinidad, que en enero se fue a pique mientras estaba amarrada a un muelle de Puerto Belgrano.

"Si a eso se suma la política agresiva, con pases a retiro y postergaciones de ascensos por motivos de portación de apellido y la preeminencia del área de inteligencia, la tendencia del voto militar tiene una explicación", añadió una fuente castrense.



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ORGANIZACIONES VIOLENTAS AMENAZAN A LA JUSTICIA

Lunes 19 de agosto de 2013 | Publicado en edición impresa

Editorial I

Agreden verbal y físicamente a magistrados para presionarlos, restándoles independencia a la hora de fallar, con el consecuente daño para la República


La Declaración Universal de Derechos Humanos consagra específicamente el derecho de toda persona a que se presuma su inocencia, así como el de ser juzgado por un tribunal competente, independiente e imparcial. Esos derechos están hoy gravemente amenazados en la Argentina, lo cual es serio puesto que los jueces son quienes adoptan decisiones definitivas respecto a la vida, la libertad, la honra y los bienes de los ciudadanos.


Por ello, los Principios Básicos Relativos a la Independencia de la Judicatura, aprobados por las Naciones Unidas en 1985, disponen que los Estados Miembros de esa organización tienen el deber de garantizar y promover la independencia de la Justicia, y determina que "los jueces resolverán en los asuntos que conozcan con imparcialidad basándose en los hechos y en consonancia con el derecho, sin restricción alguna y sin influencias, alicientes, presiones, amenazas o intromisiones indebidas, sean directas o indirectas, de cualquier sector o por cualquier motivo".


La independencia de la Justicia es no sólo un componente central de la democracia, sino también del Estado de Derecho. Cuando la Justicia pierde su independencia e imparcialidad, la democracia, que es mucho más que ejercer el derecho de voto en las urnas, queda malherida. Si la presunción de inocencia se deja de lado, se ofende a la dignidad humana. Si la Justicia está expuesta a presiones, su imparcialidad queda en riesgo. Pero, además, si las presiones son abiertas, reiteradas y evidentes, hasta la confianza pública en los jueces se desvanece.


En los últimos tiempos, algunas organizaciones sociales que cuentan con apoyo oficial han amenazado, a cara descubierta, la independencia judicial. Entre ellas, cabe recordar las amenazas por parte de militantes de la agrupación kirchnerista La Cámpora de las que fue víctima, en junio pasado, Juan Carlos Maqueda, uno de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. A lo que se suma la presencia violenta y reiterada de militantes de la agrupación Tupac Amaru que, sin vergüenza ni pudor, amenazan a magistrados que intervienen en algunos casos con impacto político.


Una columna de esa presunta "organización barrial" jujeña agredió, hace pocos días, al directivo del Grupo Clarín, Héctor Magnetto, cuando éste concurrió a la fracasada mediación en el caso vinculado con el cuestionado periodista Víctor Hugo Morales. Las agresiones fueron físicas y particularmente violentas, tanto contra Magnetto como contra sus abogados, Damián Cassino y Nicolás Novoa, quienes a duras penas pudieron sortear la incalificable agresión.


Esa acción de los airados militantes de Tupac Amaru se ha evidenciado y reiterado también con relación a la causa que tramita ante un tribunal federal de Jujuy conocida como "Caso Ledesma". La agrupación Tupac Amaru, en marzo de 2012, ingresó en forma amenazadora en el juzgado en el que se encontraba el despacho del doctor Carlos Olivera Pastor, titular del Juzgado Federal 2 de Jujuy. Las presiones violentas de la organización contra ese magistrado se reiteraron, culminando con su renuncia, que fue celebrada públicamente por sus militantes como un triunfo. En su reemplazo asumió el juez Fernando Poviña, que imprimió a la referida causa un sello diferente, al permitir insólitamene que un ex abogado de una parte querellante se transformara en fiscal de los actuados dejando de lado los requerimientos de independencia e imparcialidad como si no existieran y no se hubiese generado la nulidad insanable y absoluta que provoca esa inaceptabe confusión de roles. La misma organización presionó al camarista Renato Rabbi-Baldi Cabanillas, quien también renunció a su puesto, alegando "violencia moral".


Como si lo antedicho fuera poco, los militantes de Tupac Amaru también agredieron al doctor Carlos Pedro Blaquier, el 10 de julio de 2012, cuyo vehículo fue destrozado a la vista de todos, con violencia inusitada, en un atentado que hasta pudo costarle la vida al empresario si el auto no hubiera estado blindado.

Queda claro que el accionar de la organización Tupac Amaru es intimidatorio y que está cuidadosamente planificado, financiado y organizado. Sus grupos de choque actúan disciplinadamente y parecen haber sido entrenados en el uso jacobino de la violencia.


Con su presencia procuran amedrentar y asustar. No sólo al público en general, sino muy especialmente a los propios magistrados intervinientes en las causas en las que presionan, afectando con abiertas amenazas la capacidad de los jueces de actuar con total independencia.


Ese repudiable accionar apunta particularmente a los magistrados, cuyo temple y coraje se ponen a prueba. Es realmente condenable que las autoridades permitan que esta forma indigna de presión sobre la Justicia se transforme en una inevitable constante.

La historia determinará quiénes han sucumbido a las presiones y quiénes -como corresponde- han defendido, pese a la violencia desplegada, la dignidad que el ejercicio de los altos cargos judiciales requiere. El país todo advierte, estupefacto, lo que sucede.



NOTA: Las imágenes y negritas no corresponden a la nota original.