miércoles, 31 de diciembre de 2014

NUESTROS DESEOS PARA ESTE AÑO NUEVO


Para este Año Nuevo 2015, deseamos:

Que todos los Presos Políticos mayores de 70 años reciban el beneficio de la prisión domiciliaria.

Que todos los Presos Políticos enfermos graves reciban el beneficio de la prisión domiciliaria.

Que todos los Presos Políticos que necesiten atención médica sean atendidos en los nosocomios previstos en sus obras sociales.

Que todos los Presos Políticos en prisión preventiva y hayan superado en prisión el tiempo establecido por ley, sean excarcelados.

Que todos los Presos Políticos sean puestos en libertad y los juicios sean declarados nulos.

Que todas las Víctimas del Terrorismo en la Argentina sean reconocidos y reparados históricamente.

Que la Concordia, la Justicia se instalen en la sociedad argentina, para poder aspirar a un futuro digno de ser legado a las generaciones venideras.

Sinceramente,

Pacificación Nacional Definitiva
por una Nueva Década en Paz y para Siempre

domingo, 28 de diciembre de 2014

UN SALUDO DE NAVIDAD DIFERENTE: LA ORANGUTANA SANDRA, EL MONODEMONIO Y SU RELACIÓN CON EL MERCADO DE LA CARNE

Por Andrea Palomas Alarcón


Es que a una la tildan tanto y tantas veces de gorila que le toma cariño al gremio. La orangutana Sandra es sujeto de derechos y la felicito, en un país en donde los niños duermen en la calle, los jubilados molestan y los Presos Políticos carecen de todo derecho, como los esclavos de la antigüedad.

A los 1800 Presos Políticos militares y policías más les valdría pedir traslado al zoológico para que los jueces recuerden que las prisiones son para seguridad y no para castigo.

País torcido que llama chocolate a la mierda y mastica impostando una sonrisa “progre” de sublime satisfacción.


Los jubilados y los Presos Políticos deberían ponerse un disfraz de orangután si quieren ser tenidos en cuenta por esta sociedad perversa, que rechaza a sus congéneres pero se emparienta con criaturas de cromosomas bestiales.


¿Quién sabe? Tal vez una prejuzga. Seguramente la orangutana Sandra no habría destruido tanto el país como la sultana de Tolosa. Algún botón se tiene que embocar de vez en cuando, cuando no se tiene tanta mala fe si hasta un reloj descompuesto acierta dos veces al día la hora.

Sólo el ser humano es capaz de tanta maldad; de utilizar a sus ancianos como materia descartable. De riguroso traje y rostro adusto los jueces pesan en la balanza de la Justicia a los Presos Políticos en un platillo, y en el otro los oros y beneficios que reciben por aniquilarlos.


La justicia se ha convertido en un mercado de la carne humana en donde los que pierden el poder se compran y se venden por peso y por cantidad.

La justicia hizo lugar a un hábeas corpus por una orangutana mientras ancianos enfermos agonizan en prisión. En esta década infame hemos visto acusados ser llevados en camilla a los tribunales. Hemos visto pantallas frente a convalecientes en un hospital, pomposamente llamadas “teleconferencias”. Hemos visto que jueces le tomen indagatoria a un viejo general en estado de semiinconsciencia, en la terapia intensiva de un hospital. Hemos visto acusados arrastrando con dificultad su tanque de oxígeno, en un carrito con ruedas que se chocaba con su bastón y sus propias piernas lastimadas. Hemos visto a un acusado ser cortado en rebanadas, hasta que se quedó sin piernas, sin que el mal llamado “juicio” se suspendiera un solo día ni dejaran de torturarlo con la pantalla de la teleconferencia frente a su cara. Hemos visto (todos) a un ex presidente militar ser llevado a declarar con fractura de coxis, con las costillas fracturadas y con evidente pérdida de memoria ¡SUBIR AL ESTRADO Y DECLARAR! Hemos visto literalmente como se mata en nombre de los Derechos Humanos.

Hemos visto todo en el mercado de la carne humana, por peso y por cantidad, ni siquiera por grado o por responsabilidad. Por peso y por cantidad.

Los jueces como hienas disputándose el botín con otros jueces, despedazándolos, despedazando la Justicia y a las personas. Con un traje sobrio, circunspectos pero chorreando sangre por los colmillos, con las garras manchadas de sangre. Dejando una estela de sangre tras de sí.

Miro a mi país y me esfuerzo por seguir queriéndolo. Esta no es la Argentina que mi padre me enseñó a amar. Esa Argentina ya no existe.

La Navidad se ha convertido en un grupo de insomnes comprando de madrugada cosas que no necesitan. Indiferentes, egoístas, ignorantes de lo que pasa fuera de sus cuatro baldosas.

¿Qué es la Argentina? ¿Qué nos aglutina? Si es más lo que nos separa que lo que nos une.


Nada tengo yo en común con esos chacales de traje que despedazan a la Justicia y a las personas. Menos aun con el periodismo que colabora en la construcción de una realidad imaginaria, reducidos como adolescentes a cien palabras huecas “pipiripipí… dictadura… pipiripipí… represores… pipiripipí…” Que nadie ose salir de las cien palabras para reclamar memoria completa pues saltarán como zombies “¡teoría de los dos demonios!”

Y así marcha este país a la deriva, con la teoría del monodemonio a cuestas, con un mercado de carne humana que emite sus vapores fétidos sobre todos nosotros, sobre los que hablamos y sobre los que callan, apestando su bandera que alguna vez fue pura y santa y hoy no es más que un trapo sucio.

Entre mis propósitos para el año que se acerca estará el de encontrar motivos para seguir considerándome compatriota de un montón de mercachifles indolentes que compran y venden como única actividad ciudadana.

No será una tarea fácil.

Andrea Palomas Alarcón
Derecho para todos


NOTA: Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.

AMARGA NAVIDAD

"I have a dream"  Martin Luther King

La omnipresente mala pata que acompaña a doña Cristina desde su reasunción, en 2011, llegó en Navidad transformada en una fractura de tobillo que, ante la falta de aparatología adecuada en Santa Cruz -¿y la "década ganada"?- la obligó a regresar a Buenos Aires y, seguramente, la hará cancelar su inminente agenda internacional.

Desde los tribunales federales siguen llegando gigantescas olas de malas noticias a las playas de la Casa Rosada, agravando rítmicamente el grave stress -¿se deberán a eso los recurrentes problemas de salud?- que padece su inquilina; qué sucederá con ella cuando sea citado a prestar declaración como imputado el propio Máximo es una de las grandes incógnitas que plantea el año que iniciaremos el jueves.

Lo más repulsivo de la semana fue, sin dudas, la información de compras presidenciales de joyas por más de un millón de dólares anuales que puso en tapa la revista Noticias; ya se abrió una investigación penal sobre el tema, por la denuncia de una ONG, pero lo más grave fue la impudicia que trasluce esa actitud de nuestra "reina de los humildes". Resultará interesante ver a qué dislates apelan los aplaudidores habituales para justificar esta locura.

La otra mala nueva provino del campo del Tte. Gral. Milani, cuya indagatoria ha sido pedida en la causa por la desaparición de Agapito Ledo, cuando éste se desempeñaba como conscripto a las órdenes del primero; recordemos que, con muchas menos pruebas, hay 1.600 militares presos, para los cuales no rige el principio de inocencia.

Además, la Cámara Federal rechazó todas las nulidades planteadas por Guita-rrita, nuestro aún (increíblemente) Vicepresidente. La lista de funcionarios actuales requeridos por la Justicia se ha visto engrosada con los nombres de Axel Kiciloff, Julio de Vido, Florencio Randazzo, Di Cesare (PAMI) y varios segundones enriquecidos, y pronto llenará tantas páginas como la guía telefónica. ¿Estarán todos ellos dispuestos a inmolarse solos en el altar cristinista o empezarán a contar lo que saben, arrastrando a la jefa?

La Presidente demostró que, como afirmara en la editorial de la semana anterior, se ha transformado en un club sin semillero para designar testaferros de confianza y recurrió a toda su familia -Máximo y Florencia, Giselle, Rocío, Romina y Sancho- para integrar, en un acta llamativamente postdatada, el nuevo Directorio de Hotesur, del cual desplazó a varios amigos de Bóvedas Báez. La inexplicable y arriesgada maniobra pone a todos ellos en la primera fila de la línea que recibirá el fuego graneado de Comodoro Py.

Desde Estados Unidos, Suiza, Uruguay y Brasil siguen, también, soplando vientos contrarios a los intereses espurios de la noble viuda. Además de Báez, ahora se investiga por corrupción a Cristóbal Timba López, que también podría tener algo que ver con las 123 sociedades de Nevada, a cuyos datos accederá Jorge Lanata en los próximos meses por decisión judicial.

Esta semana, como Martin Luther King, debo decir "tengo un sueño"; si se hiciera realidad, la Argentina podría tener un promisorio futuro. Lo contaré primero, para luego intentar analizar sus ventajas e inconvenientes, si es que los últimos existen.

Soñé que Macri, Massa, Sanz, Aguad, Carrió y muchos otros constituían un grupo de trabajo para hacer el inventario real de la herencia que dejará la "década ganada" en todos los aspectos: moral, económico, social, educativo, estadístico, energético, geopolítico, fiscal, laboral, judicial, de marco legal, de seguridad y narcotráfico, de corrupción, de defensa, etc. Ese inventario era dado a conocer al gran público, como máximo, a fines de febrero.

El listado así confeccionado daba a toda la ciudadanía el pleno conocimiento de cuál es la verdadera magnitud de los problemas que deberemos afrontar cuando, finalmente, los Kirchner sean desalojados del poder, y ponía de relieve el gigantesco apoyo parlamentario y social que se requerirá para adoptar las medidas necesarias para corregir tantos desaguisados y mamarrachos.

Ese mismo día, todos ellos anunciaban la designación de Mauricio Macri como único candidato a presidente de ese conglomerado, acompañado por Sanz como vice, y ambos asumían el irrevocable compromiso de ejercer los cargos sólo por cuatro años. A la vez, Sergio Massa era designado como único candidato a gobernador de la Provincia de Buenos Aires.

Así y con el respaldo de casi todo el arco político, ambas cámaras del Congreso serán ocupadas por legisladores que se habrán comprometido a respaldar al Ejecutivo cuando adopte esas imprescindibles medidas.

Desde el punto de vista político, creo que si mi sueño se concretara tendría ventajas importantes para cada uno de los actuales candidatos. Macri, quien parece no haber hecho pie en la Provincia de Buenos Aires, donde se juega el 40% del padrón electoral, encontraría allí el respaldo que necesita.

Massa, diez años más joven que el candidato del Pro, dedicaría sus cuatro años como gobernador a mostrar qué es capaz de hacer en materia de gestión transparente en el distrito más grande del país, y despejaría las dudas que aún tiene la clase media respecto a que sea kirchnerismo con otra cara. A pesar del costoso tren fantasma que lo acompaña, creo que atribuirle esa posición resulta injusto, toda vez que su triunfo en el 2013, precisamente aliado con Macri, fue el hecho que enterró definitivamente el proyecto de modificar la Constitución para permitir una nueva reelección de doña Cristina.

Los radicales, que hoy constituyen un partido que ha casi desaparecido de las preferencias del gran público, brindarían el conocimiento que, sin dudas, poseen sus principales líderes y, además, recuperarían capacidad de gestión en muchas provincias, hoy en manos de los señores feudales del más rancio peronismo. Lilita, a quien casi nadie quiere como presidente pero muchos ven como controlante del poder, será unánimemente designada como Procuradora General, en reemplazo de la nefasta ¡Giles! Carbó.


El sueño de Martin Luther King, de integración racial en los Estados Unidos, se ha ido concretando, a pesar de los esporádicos problemas que acarrea la marcada disparidad de ingresos entre negros y blancos, sobre todo en el sur del país. La asunción de Barack Obama como Presidente fue innegablemente, la frutilla que coronó ese postre, acompañada por la presencia de magistrados afroamericanos en la mismísima Corte Suprema.

Si todo eso, que parecía absolutamente inimaginable hace menos de cuarenta años, cuando el apartheid y la violencia racial se imponían, hoy se ha transformado en una realidad, ¿podremos nosotros concretar algo tanto más simple si queremos sobrevivir como país independiente?

Por ahora, y antes de despertarme completamente, le envío mis deseos del mejor 2015 posible -que no será mucho- para todos.

Enrique G. Avogadro

DERECHOS HUMANOS, DINERO, PODER Y CORRUPCIÓN

Bajo la supuesta defensa de los valores supremos del hombre, se han desviado fondos públicos y se han pagado indemnizaciones sin mínimos controles
  

El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, propuso terminar con "el curro" asociado a la política de derechos humanos de la era kirchnerista. El candidato presidencial Sergio Massa invitó a "cerrar bien una etapa de los derechos humanos y abrir otra nueva". Julio César Strassera, ex fiscal del juicio a las juntas militares, "aplaudió" lo que dijo Macri reconociendo la existencia de abusos y también Graciela Fernández Meijide, ex legisladora y madre de un desaparecido, puso distancia entre sus principios éticos y los escandalosos negociados del programa Sueños Compartidos, llevado a cabo por la Fundación Madres de Plaza de Mayo y el gobierno kirchnerista.


El juez de la Corte Suprema, Raúl Zaffaroni, respondió a Macri y a Massa, invitándolos a confrontar ideológicamente, pues aquellas expresiones implicarían "ideologías inhumanas". En cambio, el flamante secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, descalificó a Massa, tratándolo de "bruto e ignorante", y a Macri, tildándolo de ser "una bestia".

Hablar de derechos humanos es hablar de valores supremos de la condición humana. Lograr su efectiva vigencia, en todo el planeta, es el mayor desafío que pueden plantearse las naciones. La otra cara de la moneda es que toda política de derechos humanos debe ser administrada en forma límpida e intachable.

En la Argentina, el debate sobre derechos humanos se ha centrado en los crueles episodios de subversión y la represión consiguiente, ocurridos en los años setenta, olvidándose de que también configuran valores para la reconciliación y el esfuerzo colectivo hacia el futuro.


La Corte Suprema estableció que sólo son delitos de lesa humanidad aquellos cometidos por organismos del Estado a través de una política sistemática que vulnere derechos de la sociedad civil o de un grupo determinado de ésta. Tal definición restrictiva, que sólo incluye la violencia ejercida por acción estatal, se diferencia de la doctrina internacional y excluye a los terroristas de su alcance (beneficiándolos con la prescripción, entre otros muchos principios del derecho penal) y también a sus víctimas inocentes, quienes no pueden acogerse a las leyes de reparación.

Es tan grave la responsabilidad que se atribuye al Estado por el uso abusivo de su poder en materia de "lesa humanidad", que simétricamente debería ser gravísima la sanción por desvirtuar esa potente herramienta institucional, en provecho de fines subalternos. Investigar eventuales desvíos no afecta ni daña los pilares de la doctrina, sino que los fortalece, evitando que el poder y el dinero los corroan, los debiliten y los destruyan.


¿Quién habría de "rasgarse las vestiduras" al insinuarse abusos en el manejo pecuniario o político de esa doctrina, si el Gobierno no ha demostrado manejo transparente en casi ninguna de sus gestiones públicas? Hemos visto la valija de Antonini Wilson, la bolsa de Felisa Miceli, la imprenta de Amado Boudou, los aviones de Ricardo Jaime, los fondos de Santa Cruz, el asesoramiento a Formosa, las obras públicas de Lázaro Báez, los casinos de Cristóbal López y, ahora, los hoteles de la Presidenta[1], entre muchísimos otros escándalos.

Las irregularidades de la sociedad de la familia presidencial Hotesur constituyen sólo la punta de un gran iceberg de corrupción, al que no es ajena una particular concepción del poder vinculada al uso de la función pública como medio de enriquecimiento. La propia jefa del Estado ha dicho públicamente en alguna oportunidad que a Néstor Kirchner lo obsesionaba el dinero, porque sin él no era factible dedicarse a la política.

La jerarquía superior de los derechos humanos configura el cuadro perfecto para que la política y el dinero hagan de las suyas, fuera del radar de las auditorías, las sindicaturas y los periodistas. Algo así como asaltar un banco y luego ocultarse en una Iglesia, detrás del altar mayor.

La política mostró una de sus peores hilachas con el caso de Felipe y Marcela, los hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble. En 2002, las Abuelas de Plaza de Mayo denunciaron a la directora de Clarín como "apropiadora" de hijos de desaparecidos, llegando a lograr su detención. Años después, con la persecución que sufrieron los medios periodísticos por parte del Gobierno, el proceso judicial fue impulsado por organismos de derechos humanos, con medidas que fueron calificadas como "tortura psicológica y daños personales". En definitiva, luego del examen realizado en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), quedó probado que Felipe y Marcela no eran hijos de los querellantes, ni tampoco de personas desaparecidas en 1975 y 1976, año este último en que nacieron los hermanos.

El dinero también suele ser una motivación irresistible para el desvío del poder estatal. Este diario ha pedido en reiteradas oportunidades al Ministerio de Justicia y a la Secretaría de Derechos Humanos información, que por su naturaleza debiera ser pública, para conocer cuánto dinero se pagó y cuántas víctimas y familiares percibieron indemnizaciones conforme a las leyes de reparación, pero no hubo respuestas. En total, el Estado habría pagado entre 1700 y 1900 millones de dólares en casos que rondarían los 220.000 dólares cada uno. Por curioso que parezca, en esos trámites no interviene la Justicia.

El Poder Judicial investiga actualmente indemnizaciones irregulares a parientes de guerrilleros que, en realidad, murieron mientras atacaban comisarías y cuarteles durante los gobiernos constitucionales del peronismo, entre 1973 y 1976. También investiga irregularidades en indemnizaciones y pensiones de por vida a personas detenidas desde 1955 en situaciones que no configuraban delitos de lesa humanidad.

Uno de los casos más escandalosos donde el poder y el dinero se han conjugado de la peor forma ha sido el citado programa Sueños Compartidos, de la Fundación Madres de Plaza de Mayo y gerenciado por Sergio y Pablo Schoklender. El "sueño" consistía en obtener fondos públicos para construir 4757 viviendas por 1295 millones de pesos y ejecutar sólo el 30% de ellas utilizando el 70% de las sumas recibidas. Este pase mágico habría sido posible mediante un festival de pagos sin control. La Auditoría General de la Nación detectó transferencias a distintas personas por un monto de unos 52 millones de pesos. De dichos pagos, Sergio Schoklender recibió unos 23 millones de pesos, su empresa constructora Meldorek S.A, 4 millones, y su hermano Pablo, algo más de 13 millones. Además de pagos sistemáticos con cheques inferiores a 50.000 pesos cobrados por ventanilla, por un monto total de 30.000.000 de pesos. Una sola persona cobró la suma de 4 millones mediante 85 cheques.


También habrían compartido los sueños de los Schoklender varios funcionarios públicos, quienes debían controlar y aprobar las obras realizadas por la fundación. Alejandra Bonafini, hija de Hebe de Bonafini, tampoco se privó de hacer negocios con Meldorek y se encuentra investigada por ello.

Para salvarse de la quiebra, en 2011 se constituyó un fideicomiso con el propósito de blindar los bienes de la Fundación Madres de Plaza de Mayo "para que pueda continuar con su obra". De ese modo, la radio AM 530, la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo, el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi) y la fábrica de paneles para viviendas quedaron bajo ese paraguas legal. Pero no fue suficiente, y, hace un par de meses, el kirchnerismo tuvo que estatizar la fundida Universidad para evitar un escándalo mayor.

La defensa de los derechos humanos no se agota con la condena a los crímenes de lesa humanidad y, mucho menos, con el pago sin control de cifras millonarias a quienes militan en el partido gobernante.

Esa defensa obliga a investigar a quienes pudieron haberse aprovechado de esa doctrina, para mantenerla impoluta. Y a recordar que los derechos humanos no son solamente un espejo retrovisor para juzgar el pasado con una perspectiva parcial y revanchista, sino que configuran una agenda de acción pública destinada a erradicar el hambre, dar vivienda digna, educar a las nuevas generaciones, asegurarles la salud, la seguridad personal, el acceso a la justicia y oportunidades de empleo genuino, sin dádivas ni clientelismo. Es decir, un país en serio, pero en serio de verdad.

FUENTE: http://www.lanacion.com.ar/1755830-derechos-humanos-dinero-poder-y-corrupcion

NOTA: Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.



[1] 


Recientemente la presidente de la Nación, a consecuencias de la adquisición de joyas por más de un millón de dólares anuales y en negro, ha sido denunciada por: Enriquecimiento Ilícito, Lavado de Dinero, Incumplimiento de los deberes de funcionario público, Estafa, Abuso de Autoridad, Administración Fraudulenta y Malversación de Caudales Públicos, Asociación Ilícita, VIOLACION DE LA ETICA EN EL EJERCICIO DE LA FUNCION PUBLICA, al art. 172, 174, 176, 210, 248, 253, 265, 266, 268 (1), 268 (2) 268 (3), 305 y 3006, del Código Procesal Penal de la Nación.

EN QUÉ CONSISTIÓ REALMENTE EL "CURRO" DE LOS DERECHOS HUMANOS

Por: Claudia Peiró

Los escándalos que han rozado a organizaciones del rubro no son más que efectos secundarios de una gran impostura, inspirada por un episodio del 2001. Una oportuna "política de DDHH" que negó los antecedentes que la hicieron posible


Un joven panelista de un programa de actualidad dijo esta semana que sólo Raúl Alfonsín y Néstor Kirchner "enfrentaron" a los militares.

Por otro lado, un fiscal advirtió hace poco: "Ojo, los pibes de hoy creen que la dictadura terminó en 2003".

Son dos afirmaciones que permiten medir hasta qué punto, con todo lo ignominiosas que son, las malversaciones de fondos que salpican a la Fundación Madres de Plaza de Mayo o la transformación de la bandera de los desaparecidos en un cómodo medio de vida para un colectivo cada vez más amplio, entre otras desviaciones, no constituyen el más grave "curro" de los derechos humanos.

La promesa del precandidato presidencial Mauricio Macri de acabar con "el curro de los derechos humanos" parecía aludir esencialmente a esos bastardeos.

Pero el verdadero "curro" estuvo en la impostura. En el relato.

En el oportunismo de un gobierno que abrazó la causa por conveniencia y que, basándose en logros ajenos sin los cuales no hubiera podido hacer lo que hizo, se dedicó a negarlos y a instalar la idea de una "Argentina hora cero" en la materia.


La realidad es que en el país rigen las garantías y las libertades individuales desde el primer día de la restauración democrática; algo que ni siquiera pudieron alterar algunas transiciones accidentadas.

Pero la crisis del 2001 fue un campo orégano para las improvisaciones. Toda crisis es una oportunidad, pero tanto para el bien como para el mal.

Cómo se les ocurrió la idea

Era el 25 de diciembre del año 2001. Argentina vivía la febril semana de gobierno provisorio de Adolfo Rodríguez Saá –abortada por el ánimo destituyente de otros gobernadores, Néstor Kirchner incluido-. En medio del fárrago de audiencias que el efímero mandatario mantuvo en Casa de Gobierno ese día, hubo una reunión cuyos efectos no pasaron inadvertidas para el santacruceño.

Rodríguez Saá recibió en su despacho de la Rosada a las dos agrupaciones de Madres de Plaza de Mayo, la de Hebe de Bonafini y la llamada Línea Fundadora. Más tarde, hizo trascender que revisaría el decreto de Fernando de la Rúa que prohibía extraditar militares a España –donde eran requeridos por el juez Garzón, metido desde hacía varios años a juzgar los hechos de nuestro pasado-, aunque el anuncio no fue oficializado.


Hubo euforia entre las ONG de derechos humanos. De inmediato circuló entre ellos una corriente de simpatía hacia Rodríguez Saá, hasta ese día impensada. El mismísimo Horacio Verbitsky apareció como improvisado movilero desde Casa de Gobierno comentando exultante las novedades para el programa Detrás de las Noticias que conducía Jorge Lanata.

Como lo relató una persona del círculo íntimo del santacruceño en aquellos tiempos, ese fugaz idilio de los referentes de los DDHH con el ex gobernador de San Luis le hizo comprender a Néstor Kirchner, de magro caudal político propio, que allí había un filón sin explotar. Una veta a la que hasta entonces ni él ni su esposa habían prestado la más mínima atención.

A esa tarea se lanzó sin embargo de lleno cuando llegó a la presidencia. Comenzó entonces la construcción del relato, sin el menor respeto por la verdad. El mito de la pareja perseguida en el sur y del coraje del Presidente que se les animaba a los militares. "No les tengo miedo", repetía, ya en su condición de jefe de las FFAA a las promociones que egresaban del Colegio Militar, generacionalmente ajenas al Proceso.

El clímax del fingimiento tuvo lugar el 24 de marzo de 2004, cuando Kirchner ordenó descolgar el retrato de un señor que estaba "muerto" mucho antes de su desaparición física, y luego entregó las instalaciones de la ESMA al colectivo de Derechos Humanos que todavía no ha hecho allí nada a la altura de la épica declamada.


Quien se dedique a la historia, sabrá que una de las cosas más difíciles de reconstruir no son los hechos sino el clima de una época. Que a emergentes de las generaciones post dictadura les cueste comprender lo que significaba vivir en un país donde las fuerzas armadas –en dictadura, democracia plena o pseudo democracia, según la etapa de que hablemos- eran siempre un factor de poder es algo entendible. El que no lo vivió difícilmente pueda darse una idea de hasta qué punto el Ejército principalmente fue un actor preponderante de la vida pública.

Desde ya, no es el caso de Néstor Kirchner ni de su esposa, que por generación sí conocieron ese clima. Al igual que su entorno y la mayoría de los operadores de los organismos de derechos humanos.

Por eso mismo, todos ellos eran perfectamente conscientes de que, en el momento en que Kirchner llegó al gobierno, por primera vez en años de historia argentina, las Fuerzas Armadas ya no era más un factor de poder. Nunca como en ese momento, hubo unas Fuerzas Armadas tan carentes de capacidad de presión; la mejor prueba de ello es que la política del kirchnerismo –que no fue sólo la de rehabilitar los juicios, sino una abiertamente antimilitar, de atomización y despojo a la institución- no enfrentó la menor reacción por parte del cuerpo; ni amotinamientos, ni "planteos", ni protestas. Nada.


Por eso las alegaciones del santacruceño sobre su falta de miedo sonaban grotescas para cualquiera que tuviese la menor conciencia histórica y honestidad intelectual.


Todo lo que sí se hizo en años anteriores

Pero la otra gran impostura del acto en la ESMA fue el pedido de perdón por los "años de haber callado", algo cierto en su caso, pero absolutamente falso en general, porque fue precisamente por todo lo que se hizo con anterioridad, del 83 en adelante, que Kirchner pudo "enfrentar" -como inocentemente dice el panelista antes citado- a los militares.

Después del juicio a las Juntas, una de las primeras decisiones de Raúl Alfonsín al asumir, algunos jueces iniciaron procesos contra las segundas líneas de las fuerzas armadas. Esto generó descontento y activismo por parte de los oficiales involucrados.

El gobierno radical promulgó entonces la llamada Ley de Punto Final, que establecía la extinción de la acción penal por violaciones a los derechos humanos contra quienes no fuesen llamados a declarar en un plazo de 60 días a partir de su promulgación. El resultado fue el contrario al deseado ya que los jueces aceleraron la apertura de causas y las indagatorias.

Eso desencadenó la reacción del movimiento "Carapintada". El primer levantamiento se produjo en la Pascua de 1987, con la conducción de Alfo Rico, un oficial de destacada actuación en Malvinas.

Alfonsín tampoco les temía, propiamente hablando, pero convengamos que no es lo mismo tener a los militares acuartelados y a punto de movilizarse que gritar –a 20 años de los acontecimientos– frente a una ESMA vacía ya de actores del Proceso...

Lo cierto es que, en junio de 1987, se promulgó la Ley de Obediencia Debida, por la cual se aceptaba como presunción que, de Coronel para abajo, los militares habían actuado en cumplimiento de órdenes. Esta ley sí tuvo el efecto de limitar los juicios a los más altos mandos.

El segundo alzamiento carapintada, en enero de 1988, ya no estuvo motivado por los juicios sino por el proceso que le seguía la justicia militar a Aldo Rico por la sublevación anterior.

Un tercer levantamiento tuvo lugar en diciembre de 1988 con otro líder, Mohammed Seineldín. El reclamo incluyó por primera vez un pedido general de amnistía.

Cabe señalar que, por ese entonces, el grueso de la dirigencia justicialista –Kirchner incluido- participaba de un proceso de acercamiento con los carapintadas en aras de la reconciliación nacional.

LA CAUSA PRINCIPAL QUE ABROQUELABA A LA OFICIALIDAD HABÍA DESAPARECIDO CON LOS INDULTOS

Fue por estas razones que Carlos Menem dictó los indultos en 1990, no sólo para los militares sino también para los jefes de las organizaciones guerrilleras.

Pese a los indultos, hubo un cuarto levantamiento, liderado por Seineldín, cuya finalidad era condicionar al gobierno de Menem, dado que los reclamos sectoriales ya habían sido respondidos. Esta fue la primera vez que un alzamiento carapintada fue enfrentado y reprimido de modo drástico.

Fue también el último conato de rebelión. Es que la causa principal que abroquelaba a la oficialidad en torno a jefes como Rico y Seineldin había desaparecido con los indultos.

Al quitarles su principal bandera de lucha, Menem les quitó también su razón de ser y los desmovilizó. Seineldín ya estaba aislado antes de sublevarse.

Retroceso en la integración de las Fuerzas Armadas

El resultado de esta política fue reconocido por el propio fiscal del juicio a las Juntas, Luis Moreno Ocampo: "Hoy ningún país de América Latina tiene tan bien resuelta la integración de las Fuerzas Armadas como la Argentina, y hay que reconocer que los indultos, aunque fueron dolorosos, colaboraron en esto. Con los indultos, se logró lo que se intentó con el Punto Final y la Obediencia debida" (revista Noticias, 28/3/98).

Esto es lo que Néstor Kirchner, con más oportunismo que falta de memoria –ya que él había vivido esos episodios y conocía bien sus causas y consecuencias-, negó en su discurso en la ESMA.


Cuando Kirchner llegó a la presidencia las fuerzas armadas estaban pacificadas e integradas a la sociedad. Hasta habían empezado a recuperar imagen ante la sociedad; entre otras cosas, por su participación en misiones internacionales de paz. Fue el kirchnerismo, para fortalecerse a costa de la institución, el que reabrió la grieta y las volvió a instalar en el sitial de enemigos, pese a estar compuestas ya en su inmensa mayoría por elementos que no habían tenido actuación durante la dictadura.

Un hombre de Estado toma decisiones en función de las condicionantes y posibilidades del momento. Como también admitió Federico Storani cuando, al votar la derogación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, dijo: "Hoy los radicales estamos aquí para derogar lo que sirvió en su momento para sostener la democracia".

Es que el oportunismo no fue solo de Kirchner. Un juez de la Corte Suprema -el fallecido Enrique Petracchi- declaró inconstitucionales los indultos que años antes había declarado constitucionales.


Otros dos elementos contribuyeron en los años 90 a sacar a las Fuerzas Armadas de su rol de factor de presión política: la desarticulación de la UCD, la fuerza política que los representaba en el plano civil, y la eliminación del servicio militar. Una decisión esta última controvertida y de dudoso beneficio para el país pero que claramente les quitó a las Fuerzas Armadas una poderosa herramienta de control social.

Los 90 fueron una pausa en los juicios; pero esa decisión tuvo beneficios para el país en materia de estabilidad política y le dejó a Kirchner una realidad diametralmente opuesta a la que enfrentó Alfonsín. El uso que hizo el santacruceño de eso es otro tema: como se dijo, Kirchner no se limitó a reabrir los juicios: se dedicó a re-estigmatizar a las Fuerzas Armadas lo que explica por qué muchos jóvenes de hoy creen que la democracia se instauró en 2003. En el Museo de la Casa Rosada, el oficialismo dividió en dos el período democrático inaugurado en 1983: hasta el 2003, "La democracia y sus límites" y desde el 2003 en adelante "La recuperación política, social y económica de la Argentina". La impostura al palo.

Los 90 podrán haber sido una pausa en los juicios, pero la política de reparación a las víctimas de la dictadura se inició en esta etapa, con una medida de la cual las autoridades de entonces no se jactaron nunca: la indemnización a los presos políticos y a los familiares de cada detenido desaparecido.

La verdadera estafa es este relato, que antes que una política de derechos humanos es una lectura acomodaticia del pasado. Los derechos humanos como abstracción, además, de momento que no se cuida la vida de los argentinos en el presente.

Finalmente, la mejor prueba de que la de Kirchner fue una decisión dictada por la oportunidad, es que hoy su viuda reanuda con el peor aspecto de la politización de los militares en el pasado, cuando, luego de haber denostado a la institución hasta el cansancio, le devuelve poder a cambio de que se asuma como facción al proclamar lealtad, no a la Nación, a la democracia, a la institucionalidad, sino al "modelo".



NOTA: El vídeo no corresponde al publicado por Infobae.com

sábado, 27 de diciembre de 2014

LA “CHIQUI” Y EL GENERAL

Por: Fernando Morales

Me gusta imaginarlo –querido amigo lector- rondando el medio siglo de vida (década más década menos) es por ello que generalmente confío en que cuando hago una mención a un hecho de mi adolescencia, usted sabe perfectamente de que estoy hablando. Usted lo vivió tal como yo.

Bromeando con amigos, días pasados llegamos a una  conclusión primaria que sostiene que, aún nos queda al menos un gran ícono inter generacional, algo que estaba presente en nuestra juventud y que se mantiene exactamente de la misma forma en la actualidad, una cosa sobre la que usted puede hablar con sus hijos y nietos sin necesidad de usar frases tales como “bueno, en mi época no era así” o “cuando yo era chico no pasaba esto”…. Si aún no adivinó se lo digo; estoy hablando de los históricos almuerzos de la Sra. Mirtha Legrand.  La diva ha hecho degustar toda clase de manjares a miles de personajes famosos desde 1968 hasta la fecha con su tradicional formato. Increíble! Bravo por ella.

Entre broma y broma, comenzamos a intentar buscar otras cosas que nos tiendan un puente con la juventud; pero, claro, se hace difícil; con excepción de la Sra. Legrand y  la bebida cola del imperio podríamos decir parafraseando a Mercedes Sosa que  “cambia todo cambia”. Hasta la propia Mercedes ya no está entre nosotros.

No quiero ser cargoso pero piense, querido amigo; ¿cómo explicarle a un adolescente que era un honor para usted o para mí, hacer de Cristóbal Colón en el acto del “Día de la Raza”? Para comenzar habría que explicarle que significa eso de “Día de la Raza”. ¿Será en todo caso  sinónimo de “dia de los pueblos originarios”? No podremos tampoco explicar fácilmente que no existían los “feriados puente” y que los feriados nacionales no eran para hacer mini turismo sino para honrar la memoria de algún que otro señor que hizo algo por este país y que aunque no lo crean, tuvo poder y no obstante murió casi pobre. Inútil será tratar de explicar que Roca o Sarmiento no eran definitivamente malos; que Juana Azurduy no era la madre Teresa y en definitiva que había una Argentina antes de 2003.

Pero, de tanto pensar y pensar, fueron apareciendo uno tras otro, diversos hilos conductores de esta Argentina “moderna, progresista y próspera” con aquella de nuestra pasada juventud y hasta más atrás aún. Desde la inflación y sus efectos, hasta la inseguridad en las calles, se cuentan entre esos denominadores comunes; sobre la primera, huelgan los comentarios; sobre la segunda, digamos que antes la muerte venía de la mano de la guerrilla asesina o de la represión a ésta y ahora es fruto de la violencia irracional de los delincuentes, pero la sensación de pánico es la misma.

Así también Evita en los billetes;  en la 9 de Julio y a espaldas de la Presidente en los actos oficiales; apellidos como Shoklender y hasta el reciente protagonismo mediático del Dr. Barreda conectan en forma directa pasado y presente tal como también lo hacen los nombres de Fernando Vaca Narvaja, ahora aspirante a consuegro presidencial, y de una manera más terrible y dolorosa los de Nora Cortiñas y Adolfo Pérez Esquivel reclamando el pase a retiro de un general sospechado de haber participado en la desaparición de un soldado durante los años de plomo.

Luego de la ley de autoamnistía de 1983, del  posterior Juicio a las Juntas, de las leyes de  obediencia debida, la de punto final, los indultos de Menem y la declaración de nulidad de casi todo lo anterior, podíamos comenzar a pensar que una parte de nuestro pasado, comenzaba a quedar precisamente allí; en el pasado. No hablo de olvidar;  sino de separar lo que pasó de lo que está pasando. No hablo de apoyar o repudiar los hechos del pasado  y  sus consecuencias o hacerlo con las posteriores decisiones judiciales, políticas y legislativas derivadas de los dos primeros. Hablo de la posibilidad de tener bien claro en nuestras mentes y corazones, la diferencia entre el recuerdo  de nuestra historia, la vivencia de nuestro presente y la esperanza por nuestro futuro.

Ha sido esta gestión de gobierno la que más ha cargado las tintas con un absoluto cambio de paradigma en la forma de abordar la temática de la lucha contra las organizaciones terroristas que asolaron la patria en los 70, los vulnerados derechos humanos de los guerrilleros apresados y de la ilegítima apropiación de una cantidad aún no determinada de hijos nacidos en cautiverio. Así entonces pasamos de diferenciar a quienes idearon los planes e impartían ordenes de quienes las cumplían a poner en un píe de igualdad a generales, almirantes y brigadieres, con tenientes, suboficiales o cabos e incluso con civiles que por acción u omisión hubieran tenido responsabilidad en los hechos

Estéril resulta para esta columna, discutir sobre antinomias tales como: guerrilleros o jóvenes idealistas; cumplimiento de un decreto emitido por un gobierno constitucional o malinterpretación del mismo; guerra antisubversiva o matanza genocida; plan sistemático de apropiación de bebes o apoderamiento por cuenta y orden de mandos inferiores que no tenían directivas de hacer semejante atrocidad. Los hechos son estos: Comandantes y comandados van yendo uno tras otro a prisión en la medida que las actuaciones judiciales  determinan que de una u otra manera han participado en aquellas operaciones. Muchos militares han perdido su carrera por ser familiares de otros militares sospechosos; otros por tener esposas un tanto “vehementes” y las cárceles están llenas de ex tenientes que seguramente no conocieron en persona ni a Videla ni a Massera; hecho que en las actuales circunstancias nos los hace menos responsables a la hora de enfrentar sus dilatados procesos ante los diferentes tribunales federales.

Es un hecho histórico irrefutable, que el emblemático Alfredo Astíz fue apenas un teniente de fragata en los años de la represión, con apenas un grado más fue a Malvinas y fue ascendido a capitán de corbeta por Alfonsín y a capitán de fragata por Menem. No se inquieten amigos lectores sub 40; esto no es opinión; es pura información. Y si alguien se siente turbado por lo que digo, tal vez sea precisamente porque con los parámetros actuales en la materia, ver a un “represor” ascender en democracia parece descabellado; ahora no pasaría téngalo por seguro…

¿Qué curioso no?, tenemos al frente del Ejército a un Señor que ascendió de  Coronel, a General de Brigada, de División y a Teniente General en democracia. Y no solo en democracia, sino que además en esta democracia, en la nueva democracia de la década ganada. Pasó todos los filtros cumpliendo con los requisitos del “modelo”, pero algo salió mal y una perla de su historia asomó a la luz.

El problema no es Milani, ni que sea oficial de inteligencia, ya que el Estado Argentino lo formó en su especialidad porque era necesario hacerlo. El problema no es tampoco si cuando era un simple subteniente; el ahora general  firmó un papel sabiendo o no lo que había detrás de la “deserción”  del soldado Ledo. El problema es que  las cárceles están llenas de tenientes y de cabos que tal vez tuvieron un rol parecido al del joven e inexperto subteniente Milani.

El “relato” se volvió “circular”. Podríamos haber desagraviado a la ex ESMA, dado que sus instalaciones fueron creadas para educar y no para torturar. Pero elegimos condenar al edificio a la par de a quienes lo mal utilizaron. Podríamos haber entendido que aquellos soldados de 2004 no merecían que se les gritara “no les tengo miedo” mientras no hacían otra cosa que rendir honores al nuevo Presidente;  pero los maltratamos igual. Podríamos haber encarado la relación cívico militar de otra forma pero elegimos esta. Tan severa, inflexible y ejemplificadora que dejó bien en claro que quienes cumplieron órdenes inmorales eran tan responsables como quienes las impartieron. Mucho camino recorrido hasta que “el caso Milani” llevó a la parte más épica del relato al principio del camino. Una vez más un general de uniforme  enfrentando a la justicia y al borde del banquillo. Como en el juicio a las juntas; el mismo formato; distintos invitados; como hace 30 años; como el programa de Mirtha, con mucho menos glamour claro está.

viernes, 26 de diciembre de 2014

ESTE AÑO TE CANTO LAS CUARENTA


Va finalizando el 2014, y repasando como hace todo mundo, según la moda que ya es modo, trasciendo la mirada más allá de mi propio pupo. Digo… uno empieza por revisar la vida propia y mirando que ya está cada vez más adulto se pregunta qué hizo de valioso al momento; la vida, como quien dice, me pasa como una película, pero como las películas argentinas me resultan fantasiosas… decido mirar más allá, entonces: ¿Qué hemos hecho como Nación? Objetivos: salir campeones del mundial de fútbol (ay, casi); no, mejor no hablemos de los objetivos, que me deprimo, mejor de los hechos: somos la segunda mejor selección de fútbol del mundo, estamos casi en guerra con los EE.UU. (bueno, en realidad nos estamos peleando con unos de sus jueces), casi entramos en default, pero CASI, Tinelli es personaje destacado de la cultura, Maidana le peleó a Mayweather, se discutió sobre el aborto (aunque no hubo quórum), el vicepresidente está procesado por corrupción, la Presidente está siendo investigada por lo mismo, renunció Zaffaroni; Massa, Macri, y hasta Leis, Fernandez Meijide y Strassera cuestionaron el álgido tema de los Derechos Humanos en Argentina; y da para seguir en mil cosas… pero en eso último me detuve yo ¿justo ahora que estamos a casi 39 años del Golpe Militar en Argentina? ¿Justo ahora a un poco más de 38 años de cuando surgieron, como fuente borbotona, todos los males políticos y civiles argentinos? ¡¿Cómo?! ¿Si se enseña por todos lados que estamos en pleno proceso redentor de toda injusticia? ¿De dónde salieron estos bichos raros? No era eso lo que enseñaba mi profesor barbudo en la secundaria.

Así, con la testa media nublada paso por una librería… “Los otros muertos” de Manfroni y Villarroel… “La otra parte de la verdad” de Márquez… “In memoriam”… ¡che, esos bichos no son tan raros! … vengo a enterarme que las bombas, las muertes, las torturas no tienen 38 años… de hecho no hay que ser ducho ni matemático: la sangre a metralla no empieza con unos Videla, sino con unos Santucho y amigos: en 1970 las agresiones a las instituciones democráticas eran cada vez más frecuentes; y organizaciones armadas al margen de lo institucional ya operaban bien organizados y cada vez mejor armados, fruto de sus contactos con Moscú, Pekín y la Habana en el exterior y el robo y secuestro en el interior… no es suposición, lo han atestiguado ellos.

Veo que solo este año se cumplieron 40 de las muertes de una Hilda Casaux de Gay (20 de enero), esposa del Cnel. Gay, asesinado la noche anterior por militantes del ERP; no contento con eso secuestraron a su esposa, y sus hijos, de 14 y 16, años, quienes vieron morir a su padre, pero también a su madre a la mañana siguiente, cuando ya no les servía a los “jóvenes idealistas”, como los ha llamado Sábato; es triste saber que Patricia Gay, la niña de 14 años, perdió la razón y luego fue internada en un hospital psiquiátrico al enterarse que los asesinos de sus padres fueron puestos en libertad, y con el tiempo también ella se quitó la vida; que la misma noche que mataron al Cnel. Gay (19 de enero, cuando atacaron el Regimiento de Azul) y secuestraron a su familia, también secuestraron al Cnel. Ibarzabal, pero lo mataron recién diez meses después, cuando su cuerpo ya no soportaba más torturas; que en ese mismo año secuestraron al Cnel. Larrabure, pero como no estuvo a punto de ser descubierto su cuerpo tuvo que soportar torturas por más de un año para ser muerto, con 40 kilos menos de su peso original; que en 20 de agosto del mismo año el ingeniero José María Paz es acribillado a balazos tras resistirse a las trompadas a que miembros de Montoneros lo secuestrasen, su alma valiente tuvo 20 días para resistir en su cuerpo maltrecho; que se cumplen 40 años de la muerte del profesor Genta (27 de octubre), asesinado de once balazos frente a su familia por enseñar y escribir contra la Revolución,; que también fue muerta en Tucumán Cristinita Viola (1° de diciembre), de tres añitos, asesinada junto a su papá, joven militar, dejando a su mamá, ahora viuda, embarazada de cinco meses, tratando de socorrer a su hermana de 5 años, herida en la cabeza por las mismas armas. Hermana que sufrirá en su adolescencia vivir a pocas cuadras de uno de los asesinos de su familia (militante a las órdenes del ERP), porque para ellos la justicia no era severa; que HOY 22 DE DICIEMBRE SE CUMPLEN CUATRO DÉCADAS DEL ASESINATO DEL PROF. SACHERI, también baleado cuando volvía en su auto familiar, según lo relata unos de sus hijos, sobreviviente del ataque, que pese a ser muy pequeño al momento del atentado guerrillero tiene “recuerdo vivo” del auto que se apostó a su lado, de los gritos de su madre y la sangre de su padre sobre su rostro.

Ese, por ser general y para no dar más detalles, era el estado de caos del año 1974, hace cuarenta y no 38. Y si lo argentinos eran como son, se habrán estado preguntando ¡¿CUÁNDO VAN A SUBIR LOS MILITARES?!

Pero a ver, apenas unos meses después la famosa Compañía Ramón Rosa Jimenez, que decían eran brava como una leona, quedaba como la mona al ser derrotada por un puñadito de conscriptos salteños a los que habían atacado en número de 10 a 1 (117 fuertemente armados contra una docena de soldados que estaban pintando una escuelita en Manchalá) y al tiempo (5 de octubre) Montoneros atacaba, fallidamente el regimiento 29 de Formosa, dejando esa vez varios soldados muertos, la mayoría jóvenes conscriptos desarmados.

Ni hablemos de los empresarios, gremialistas, periodistas, funcionarios públicos, sacerdotes, diplomáticos, empleados, dirigentes estudiantiles, víctimas de atentados públicos, subversivos arrepentidos, resto de esposas y niños de militares, además de policías, gendarmes, y penitenciarios que han sido asesinados en esa época por los entonces jóvenes idealistas, muchos de los cuales son hoy viejos pragmáticos y millonarios. Y sobre todo impunes.

El año pasado destruyeron el monumento al Combate de Manchalá, condenando al olvido a sus entonces jóvenes héroes, algunos de los cuales hoy pasan hambre y este año los sobrevivientes y los pocos padres que quedan vivos del ataque al Regimiento 29 de Formosa lamentaron: “Los montoneros fueron indemnizados, pero nosotros no.” La población los homenajea, el Estado los condena.

Este año unos bichos, cada vez menos raros, pusieron voz en cuello: esto de los Derechos Humanos está politizado. “Se condenan [y se procesan] a muchos sin pruebas ”, dijo Strassera (y baste a modo de ejemplo revisar lo que está sucediendo con la causa Marengo en Jujuy, entre muchos otros); algunos de ellos HÉROES DE MALVINAS MUNDIALMENTE RECONOCIDOS, menos acá.

Ninguno de los asesinatos antes nombrados tienen caratula de Lesa Humanidad, aunque los familiares chillen y pataleen, no hay ni un preso por esas causas atroces; y la cosa se pone dulce, porque Marengo acusó hace poco una persecución sistemática a militares de la época por parte de la Justicia argentina, condenando en muchos casos a inocentes a morir en cautiverio y de manera deshonrosa, humillando a su familia y su apellido.

Dicen que la Memoria es justa y que la Justicia es ciega, pero para mí que es más tuerta que El Tuerto. Y también me parece que la Argentina no es adulta, todavía es adolescente, de las rebeldonas, ojalá la sepamos conducir a la sabiduría y la justicia de la edad madura. Dios nos dé una mano.

Diego Ezequiel Amante

D.N.I. 31.845.904

OPORTUNISMO POLÍTICO CON PLUS


Se ha dicho bastante sobre el reciente acuerdo entre Cuba y EEUU. Si bien muchos analistas prefieren buscar ganadores y perdedores como si se tratara de un juego, vale la pena hacer un abordaje más integral sobre el tema, para no quedarse con el simplismo que propone el corto plazo.

No es un secreto que la política se suele manejar con prioridades de carácter meramente utilitario, y que las mismas intentan siempre sacar provecho de cada situación. No menos cierto es que esas acciones se producen bajo determinadas circunstancias y no en cualquier instante.

Y no es que para uno de los gobiernos se trate de una actitud genuina, desinteresada y humanitaria mientras para los otros no. Ambas naciones, Cuba y EEUU, han actuado, paradójicamente, bajo la misma matriz, tratando de maximizar su rentabilidad política, seleccionando el contenido, el modo y el momento para optimizar resultados internos y externos.


El gobierno de la isla, sabe que su sistema político y económico ha fracasado de forma categórica. No existe necesidad de probarlo. Si se tratara de un éxito, los ciudadanos de todo el mundo querrían vivir en ese "paraíso". Las evidencias muestran con contundencia a mucha gente huyendo desesperadamente de ese infierno, arriesgando sus vidas y buscando destinos que le permitan gozar de la libertad y el progreso.

El "edén" que mencionan algunos ciudadanos del planeta, que se ufanan de sus supuestos logros, pero que luego defienden en sus naciones ideas opuestas a las que se aplican allí, siempre ha precisado de aliados que los subsidien. Es indudable que no puede sostenerse un régimen político opresivo sin ayuda económica, esa que suministró en su tiempo la Unión Soviética y cuyo idéntico rol hoy cumple la Venezuela petrolera.

El gobierno de la primera potencia mundial, ante la necesidad de generar hechos políticos que permitan revertir la deteriorada imagen electoral del oficialismo luego de su última derrota legislativa, ha instalado en la agenda un asunto simpático para muchos latinos que genera adhesiones.

El bloqueo económico nunca fue una herramienta justa, y ni siquiera ha sido eficaz a la hora de alcanzar un objetivo razonable. Siempre ha sido un error político y una inaceptable decisión sin fundamento alguno.


Claro que hay diferencias entre cómo se concibe de un lado y del otro este pacto. Los "Castro" deciden solos, autocráticamente, mientras el Presidente de EEUU debe conseguir apoyo en el Congreso para validar su idea.

Pero un costado poco analizado ha sido el de las vidas que están en juego frente a cada postura política. En realidad tiene poca relevancia saber quiénes triunfaron o cuánto perdieron los que mostraron mayor debilidad. En todo caso sería bueno saber si este hecho político consigue salvar vidas, o las mejorará de algún modo en el futuro mediato e inmediato.

Un primer paso ha sido la liberación de prisioneros encarcelados en ambas naciones, que fueron retenidos oportunamente por cuestiones más políticas que jurídicas. Y ese no parece ser un dato menor. Tal vez ese suceso aislado por sí mismo bien valdría este acercamiento diplomático.


Algunos sostienen que este acuerdo fortalece a este cruel régimen, lo alimenta económicamente y le permite prolongar la agonía. Es posible que esta mirada tenga asidero. Pero también cabe reflexionar sobre si es necesario perder más vidas para que un sistema político, acelere su desgaste y eventualmente se modifique el rumbo frente a esa situación.

Un aspecto significativo es que el acuerdo no cambia la cotidianeidad de los ciudadanos que habitan EEUU, sin embargo impactará de algún modo en la vida de los ciudadanos de la isla.

Tal vez sea tiempo entonces de darle contenido moral a las decisiones políticas. No es que deba esperarse este gesto desde los gobiernos, mucho menos aún desde la mezquina mirada de los dirigentes tradicionales. Pero la sociedad podría opinar desde ese lugar, pensando en los ciudadanos cubanos, esas personas que no han elegido a este gobierno que padecen, y que no aprueban la conducta cotidiana de una casta de dictadores que se apropiaron de su libertad y del fruto de su trabajo en nombre de una ideología que ha demostrado con creces su perversidad e impericia.


No es relevante saber quién ha sacado la mayor tajada política en esta ocasión. Importan, las vidas de millones de cubanos que siguen sin libertad. Este acuerdo, aun desde el vacío moral de estos personajes políticos, abre una puerta enorme para lograr al menos un poco más de libertad.

Es posible que no sea suficiente. Es probable que los cubanos de la isla merezcan mucho más que estas migajas de libertad que circunstancialmente se derivan de este reducido acuerdo. Lo que queda claro también, es que lo que viene es mejor que lo anterior, y aunque aún no se conozcan los detalles de lo pactado, la salida de este desdichado presente está más cerca que antes.

Se sabe que lo acordado no se ha conseguido por la visión humanitaria de los protagonistas, ni mucho menos como consecuencia de sus profundas convicciones. Ha sido solo una muestra más del típico oportunismo político, pero aún sin quererlo, ha permitido dar un paso importante en el camino adecuado.

Alberto Medina Méndez