sábado, 4 de octubre de 2014

LA FARSA Y LA TRAGEDIA BAILAN JUNTAS

Extracto del artículo “La farsa y la tragedia bailan juntas” de Marcos Aguinis publicado en la Nación 03/10/2014.

“...Hablando de buitres, circula por Internet una descripción que me limito a reproducir: "Adueñarse de 28 casas en Santa Cruz mediante la 1050 es de buitres. Comprar tierras fiscales a sumas ridículas por el privilegio de tener el poder por el mango es de buitres. Cambiar billetes argentinos por dos millones de dólares el día previo a la devaluación ordenada por la esposa-Presidenta es de buitres. Incrementar el patrimonio personal en la cifra alucinante de 1600% es de buitres. Haber dejado empeorar la educación, la salud, la pobreza, la delincuencia y facilitar el incremento feroz del narcotráfico es de buitres".


Según el relato, los ladrones del presente no son tales, sino víctimas del neoliberalismo que rigió en los 90, que no tenía lazos de parentesco con el peronismo en general ni los incontables funcionarios de la actual gestión "exitosa". Por eso un alumno que desea abandonar la escuela merece aplausos, porque denuncia con su actitud al mal docente que lo aplazó por negarse a estudiar. El mérito es cosa de burgueses, de liberales, de oligarcas; lo que vale, en cambio, es el desmérito, que suena a revolución. Mucha farsa, desde luego, pero envenenada de tragedia. O, dicho mejor, una tragedia que veremos con mejores luces y colores más hirientes en el futuro próximo.

Sin pensarlo demasiado, se compara la riqueza petrolífera argentina con la de Arabia. Y se las homologa sin sonrojo, pese a que se trata de yacimientos que requieren diferentes montos de inversión. Esas inversiones no vendrán ni "ebrias ni dormidas" mientras siga rigiendo la actual inseguridad jurídica. Mientras, pagamos a Qatar y Bolivia por un gas que podríamos producir por una mínima fracción de lo que desembolsamos con nuestra gestión nacional y popular. La culpa de esta situación no la tienen, ni por asomo, quienes manejan el Estado. Deben de ser Obama, Merkel, los terroristas.


El Estado ya ni se sabe qué es. Por lo pronto, hay una cabeza homologable a Luis XIV, porque, sin decirlo, es Ella. El Estado es Cristina Fernández de Kirchner. Hace lo que se le ocurre, no rinde cuentas de nada y apenas consulta con quienes le dicen sólo aquello que le acaricia el narcisismo....”


NOTA: Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.

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