sábado, 27 de diciembre de 2014

LA “CHIQUI” Y EL GENERAL

Por: Fernando Morales

Me gusta imaginarlo –querido amigo lector- rondando el medio siglo de vida (década más década menos) es por ello que generalmente confío en que cuando hago una mención a un hecho de mi adolescencia, usted sabe perfectamente de que estoy hablando. Usted lo vivió tal como yo.

Bromeando con amigos, días pasados llegamos a una  conclusión primaria que sostiene que, aún nos queda al menos un gran ícono inter generacional, algo que estaba presente en nuestra juventud y que se mantiene exactamente de la misma forma en la actualidad, una cosa sobre la que usted puede hablar con sus hijos y nietos sin necesidad de usar frases tales como “bueno, en mi época no era así” o “cuando yo era chico no pasaba esto”…. Si aún no adivinó se lo digo; estoy hablando de los históricos almuerzos de la Sra. Mirtha Legrand.  La diva ha hecho degustar toda clase de manjares a miles de personajes famosos desde 1968 hasta la fecha con su tradicional formato. Increíble! Bravo por ella.

Entre broma y broma, comenzamos a intentar buscar otras cosas que nos tiendan un puente con la juventud; pero, claro, se hace difícil; con excepción de la Sra. Legrand y  la bebida cola del imperio podríamos decir parafraseando a Mercedes Sosa que  “cambia todo cambia”. Hasta la propia Mercedes ya no está entre nosotros.

No quiero ser cargoso pero piense, querido amigo; ¿cómo explicarle a un adolescente que era un honor para usted o para mí, hacer de Cristóbal Colón en el acto del “Día de la Raza”? Para comenzar habría que explicarle que significa eso de “Día de la Raza”. ¿Será en todo caso  sinónimo de “dia de los pueblos originarios”? No podremos tampoco explicar fácilmente que no existían los “feriados puente” y que los feriados nacionales no eran para hacer mini turismo sino para honrar la memoria de algún que otro señor que hizo algo por este país y que aunque no lo crean, tuvo poder y no obstante murió casi pobre. Inútil será tratar de explicar que Roca o Sarmiento no eran definitivamente malos; que Juana Azurduy no era la madre Teresa y en definitiva que había una Argentina antes de 2003.

Pero, de tanto pensar y pensar, fueron apareciendo uno tras otro, diversos hilos conductores de esta Argentina “moderna, progresista y próspera” con aquella de nuestra pasada juventud y hasta más atrás aún. Desde la inflación y sus efectos, hasta la inseguridad en las calles, se cuentan entre esos denominadores comunes; sobre la primera, huelgan los comentarios; sobre la segunda, digamos que antes la muerte venía de la mano de la guerrilla asesina o de la represión a ésta y ahora es fruto de la violencia irracional de los delincuentes, pero la sensación de pánico es la misma.

Así también Evita en los billetes;  en la 9 de Julio y a espaldas de la Presidente en los actos oficiales; apellidos como Shoklender y hasta el reciente protagonismo mediático del Dr. Barreda conectan en forma directa pasado y presente tal como también lo hacen los nombres de Fernando Vaca Narvaja, ahora aspirante a consuegro presidencial, y de una manera más terrible y dolorosa los de Nora Cortiñas y Adolfo Pérez Esquivel reclamando el pase a retiro de un general sospechado de haber participado en la desaparición de un soldado durante los años de plomo.

Luego de la ley de autoamnistía de 1983, del  posterior Juicio a las Juntas, de las leyes de  obediencia debida, la de punto final, los indultos de Menem y la declaración de nulidad de casi todo lo anterior, podíamos comenzar a pensar que una parte de nuestro pasado, comenzaba a quedar precisamente allí; en el pasado. No hablo de olvidar;  sino de separar lo que pasó de lo que está pasando. No hablo de apoyar o repudiar los hechos del pasado  y  sus consecuencias o hacerlo con las posteriores decisiones judiciales, políticas y legislativas derivadas de los dos primeros. Hablo de la posibilidad de tener bien claro en nuestras mentes y corazones, la diferencia entre el recuerdo  de nuestra historia, la vivencia de nuestro presente y la esperanza por nuestro futuro.

Ha sido esta gestión de gobierno la que más ha cargado las tintas con un absoluto cambio de paradigma en la forma de abordar la temática de la lucha contra las organizaciones terroristas que asolaron la patria en los 70, los vulnerados derechos humanos de los guerrilleros apresados y de la ilegítima apropiación de una cantidad aún no determinada de hijos nacidos en cautiverio. Así entonces pasamos de diferenciar a quienes idearon los planes e impartían ordenes de quienes las cumplían a poner en un píe de igualdad a generales, almirantes y brigadieres, con tenientes, suboficiales o cabos e incluso con civiles que por acción u omisión hubieran tenido responsabilidad en los hechos

Estéril resulta para esta columna, discutir sobre antinomias tales como: guerrilleros o jóvenes idealistas; cumplimiento de un decreto emitido por un gobierno constitucional o malinterpretación del mismo; guerra antisubversiva o matanza genocida; plan sistemático de apropiación de bebes o apoderamiento por cuenta y orden de mandos inferiores que no tenían directivas de hacer semejante atrocidad. Los hechos son estos: Comandantes y comandados van yendo uno tras otro a prisión en la medida que las actuaciones judiciales  determinan que de una u otra manera han participado en aquellas operaciones. Muchos militares han perdido su carrera por ser familiares de otros militares sospechosos; otros por tener esposas un tanto “vehementes” y las cárceles están llenas de ex tenientes que seguramente no conocieron en persona ni a Videla ni a Massera; hecho que en las actuales circunstancias nos los hace menos responsables a la hora de enfrentar sus dilatados procesos ante los diferentes tribunales federales.

Es un hecho histórico irrefutable, que el emblemático Alfredo Astíz fue apenas un teniente de fragata en los años de la represión, con apenas un grado más fue a Malvinas y fue ascendido a capitán de corbeta por Alfonsín y a capitán de fragata por Menem. No se inquieten amigos lectores sub 40; esto no es opinión; es pura información. Y si alguien se siente turbado por lo que digo, tal vez sea precisamente porque con los parámetros actuales en la materia, ver a un “represor” ascender en democracia parece descabellado; ahora no pasaría téngalo por seguro…

¿Qué curioso no?, tenemos al frente del Ejército a un Señor que ascendió de  Coronel, a General de Brigada, de División y a Teniente General en democracia. Y no solo en democracia, sino que además en esta democracia, en la nueva democracia de la década ganada. Pasó todos los filtros cumpliendo con los requisitos del “modelo”, pero algo salió mal y una perla de su historia asomó a la luz.

El problema no es Milani, ni que sea oficial de inteligencia, ya que el Estado Argentino lo formó en su especialidad porque era necesario hacerlo. El problema no es tampoco si cuando era un simple subteniente; el ahora general  firmó un papel sabiendo o no lo que había detrás de la “deserción”  del soldado Ledo. El problema es que  las cárceles están llenas de tenientes y de cabos que tal vez tuvieron un rol parecido al del joven e inexperto subteniente Milani.

El “relato” se volvió “circular”. Podríamos haber desagraviado a la ex ESMA, dado que sus instalaciones fueron creadas para educar y no para torturar. Pero elegimos condenar al edificio a la par de a quienes lo mal utilizaron. Podríamos haber entendido que aquellos soldados de 2004 no merecían que se les gritara “no les tengo miedo” mientras no hacían otra cosa que rendir honores al nuevo Presidente;  pero los maltratamos igual. Podríamos haber encarado la relación cívico militar de otra forma pero elegimos esta. Tan severa, inflexible y ejemplificadora que dejó bien en claro que quienes cumplieron órdenes inmorales eran tan responsables como quienes las impartieron. Mucho camino recorrido hasta que “el caso Milani” llevó a la parte más épica del relato al principio del camino. Una vez más un general de uniforme  enfrentando a la justicia y al borde del banquillo. Como en el juicio a las juntas; el mismo formato; distintos invitados; como hace 30 años; como el programa de Mirtha, con mucho menos glamour claro está.

viernes, 26 de diciembre de 2014

ESTE AÑO TE CANTO LAS CUARENTA


Va finalizando el 2014, y repasando como hace todo mundo, según la moda que ya es modo, trasciendo la mirada más allá de mi propio pupo. Digo… uno empieza por revisar la vida propia y mirando que ya está cada vez más adulto se pregunta qué hizo de valioso al momento; la vida, como quien dice, me pasa como una película, pero como las películas argentinas me resultan fantasiosas… decido mirar más allá, entonces: ¿Qué hemos hecho como Nación? Objetivos: salir campeones del mundial de fútbol (ay, casi); no, mejor no hablemos de los objetivos, que me deprimo, mejor de los hechos: somos la segunda mejor selección de fútbol del mundo, estamos casi en guerra con los EE.UU. (bueno, en realidad nos estamos peleando con unos de sus jueces), casi entramos en default, pero CASI, Tinelli es personaje destacado de la cultura, Maidana le peleó a Mayweather, se discutió sobre el aborto (aunque no hubo quórum), el vicepresidente está procesado por corrupción, la Presidente está siendo investigada por lo mismo, renunció Zaffaroni; Massa, Macri, y hasta Leis, Fernandez Meijide y Strassera cuestionaron el álgido tema de los Derechos Humanos en Argentina; y da para seguir en mil cosas… pero en eso último me detuve yo ¿justo ahora que estamos a casi 39 años del Golpe Militar en Argentina? ¿Justo ahora a un poco más de 38 años de cuando surgieron, como fuente borbotona, todos los males políticos y civiles argentinos? ¡¿Cómo?! ¿Si se enseña por todos lados que estamos en pleno proceso redentor de toda injusticia? ¿De dónde salieron estos bichos raros? No era eso lo que enseñaba mi profesor barbudo en la secundaria.

Así, con la testa media nublada paso por una librería… “Los otros muertos” de Manfroni y Villarroel… “La otra parte de la verdad” de Márquez… “In memoriam”… ¡che, esos bichos no son tan raros! … vengo a enterarme que las bombas, las muertes, las torturas no tienen 38 años… de hecho no hay que ser ducho ni matemático: la sangre a metralla no empieza con unos Videla, sino con unos Santucho y amigos: en 1970 las agresiones a las instituciones democráticas eran cada vez más frecuentes; y organizaciones armadas al margen de lo institucional ya operaban bien organizados y cada vez mejor armados, fruto de sus contactos con Moscú, Pekín y la Habana en el exterior y el robo y secuestro en el interior… no es suposición, lo han atestiguado ellos.

Veo que solo este año se cumplieron 40 de las muertes de una Hilda Casaux de Gay (20 de enero), esposa del Cnel. Gay, asesinado la noche anterior por militantes del ERP; no contento con eso secuestraron a su esposa, y sus hijos, de 14 y 16, años, quienes vieron morir a su padre, pero también a su madre a la mañana siguiente, cuando ya no les servía a los “jóvenes idealistas”, como los ha llamado Sábato; es triste saber que Patricia Gay, la niña de 14 años, perdió la razón y luego fue internada en un hospital psiquiátrico al enterarse que los asesinos de sus padres fueron puestos en libertad, y con el tiempo también ella se quitó la vida; que la misma noche que mataron al Cnel. Gay (19 de enero, cuando atacaron el Regimiento de Azul) y secuestraron a su familia, también secuestraron al Cnel. Ibarzabal, pero lo mataron recién diez meses después, cuando su cuerpo ya no soportaba más torturas; que en ese mismo año secuestraron al Cnel. Larrabure, pero como no estuvo a punto de ser descubierto su cuerpo tuvo que soportar torturas por más de un año para ser muerto, con 40 kilos menos de su peso original; que en 20 de agosto del mismo año el ingeniero José María Paz es acribillado a balazos tras resistirse a las trompadas a que miembros de Montoneros lo secuestrasen, su alma valiente tuvo 20 días para resistir en su cuerpo maltrecho; que se cumplen 40 años de la muerte del profesor Genta (27 de octubre), asesinado de once balazos frente a su familia por enseñar y escribir contra la Revolución,; que también fue muerta en Tucumán Cristinita Viola (1° de diciembre), de tres añitos, asesinada junto a su papá, joven militar, dejando a su mamá, ahora viuda, embarazada de cinco meses, tratando de socorrer a su hermana de 5 años, herida en la cabeza por las mismas armas. Hermana que sufrirá en su adolescencia vivir a pocas cuadras de uno de los asesinos de su familia (militante a las órdenes del ERP), porque para ellos la justicia no era severa; que HOY 22 DE DICIEMBRE SE CUMPLEN CUATRO DÉCADAS DEL ASESINATO DEL PROF. SACHERI, también baleado cuando volvía en su auto familiar, según lo relata unos de sus hijos, sobreviviente del ataque, que pese a ser muy pequeño al momento del atentado guerrillero tiene “recuerdo vivo” del auto que se apostó a su lado, de los gritos de su madre y la sangre de su padre sobre su rostro.

Ese, por ser general y para no dar más detalles, era el estado de caos del año 1974, hace cuarenta y no 38. Y si lo argentinos eran como son, se habrán estado preguntando ¡¿CUÁNDO VAN A SUBIR LOS MILITARES?!

Pero a ver, apenas unos meses después la famosa Compañía Ramón Rosa Jimenez, que decían eran brava como una leona, quedaba como la mona al ser derrotada por un puñadito de conscriptos salteños a los que habían atacado en número de 10 a 1 (117 fuertemente armados contra una docena de soldados que estaban pintando una escuelita en Manchalá) y al tiempo (5 de octubre) Montoneros atacaba, fallidamente el regimiento 29 de Formosa, dejando esa vez varios soldados muertos, la mayoría jóvenes conscriptos desarmados.

Ni hablemos de los empresarios, gremialistas, periodistas, funcionarios públicos, sacerdotes, diplomáticos, empleados, dirigentes estudiantiles, víctimas de atentados públicos, subversivos arrepentidos, resto de esposas y niños de militares, además de policías, gendarmes, y penitenciarios que han sido asesinados en esa época por los entonces jóvenes idealistas, muchos de los cuales son hoy viejos pragmáticos y millonarios. Y sobre todo impunes.

El año pasado destruyeron el monumento al Combate de Manchalá, condenando al olvido a sus entonces jóvenes héroes, algunos de los cuales hoy pasan hambre y este año los sobrevivientes y los pocos padres que quedan vivos del ataque al Regimiento 29 de Formosa lamentaron: “Los montoneros fueron indemnizados, pero nosotros no.” La población los homenajea, el Estado los condena.

Este año unos bichos, cada vez menos raros, pusieron voz en cuello: esto de los Derechos Humanos está politizado. “Se condenan [y se procesan] a muchos sin pruebas ”, dijo Strassera (y baste a modo de ejemplo revisar lo que está sucediendo con la causa Marengo en Jujuy, entre muchos otros); algunos de ellos HÉROES DE MALVINAS MUNDIALMENTE RECONOCIDOS, menos acá.

Ninguno de los asesinatos antes nombrados tienen caratula de Lesa Humanidad, aunque los familiares chillen y pataleen, no hay ni un preso por esas causas atroces; y la cosa se pone dulce, porque Marengo acusó hace poco una persecución sistemática a militares de la época por parte de la Justicia argentina, condenando en muchos casos a inocentes a morir en cautiverio y de manera deshonrosa, humillando a su familia y su apellido.

Dicen que la Memoria es justa y que la Justicia es ciega, pero para mí que es más tuerta que El Tuerto. Y también me parece que la Argentina no es adulta, todavía es adolescente, de las rebeldonas, ojalá la sepamos conducir a la sabiduría y la justicia de la edad madura. Dios nos dé una mano.

Diego Ezequiel Amante

D.N.I. 31.845.904

OPORTUNISMO POLÍTICO CON PLUS


Se ha dicho bastante sobre el reciente acuerdo entre Cuba y EEUU. Si bien muchos analistas prefieren buscar ganadores y perdedores como si se tratara de un juego, vale la pena hacer un abordaje más integral sobre el tema, para no quedarse con el simplismo que propone el corto plazo.

No es un secreto que la política se suele manejar con prioridades de carácter meramente utilitario, y que las mismas intentan siempre sacar provecho de cada situación. No menos cierto es que esas acciones se producen bajo determinadas circunstancias y no en cualquier instante.

Y no es que para uno de los gobiernos se trate de una actitud genuina, desinteresada y humanitaria mientras para los otros no. Ambas naciones, Cuba y EEUU, han actuado, paradójicamente, bajo la misma matriz, tratando de maximizar su rentabilidad política, seleccionando el contenido, el modo y el momento para optimizar resultados internos y externos.


El gobierno de la isla, sabe que su sistema político y económico ha fracasado de forma categórica. No existe necesidad de probarlo. Si se tratara de un éxito, los ciudadanos de todo el mundo querrían vivir en ese "paraíso". Las evidencias muestran con contundencia a mucha gente huyendo desesperadamente de ese infierno, arriesgando sus vidas y buscando destinos que le permitan gozar de la libertad y el progreso.

El "edén" que mencionan algunos ciudadanos del planeta, que se ufanan de sus supuestos logros, pero que luego defienden en sus naciones ideas opuestas a las que se aplican allí, siempre ha precisado de aliados que los subsidien. Es indudable que no puede sostenerse un régimen político opresivo sin ayuda económica, esa que suministró en su tiempo la Unión Soviética y cuyo idéntico rol hoy cumple la Venezuela petrolera.

El gobierno de la primera potencia mundial, ante la necesidad de generar hechos políticos que permitan revertir la deteriorada imagen electoral del oficialismo luego de su última derrota legislativa, ha instalado en la agenda un asunto simpático para muchos latinos que genera adhesiones.

El bloqueo económico nunca fue una herramienta justa, y ni siquiera ha sido eficaz a la hora de alcanzar un objetivo razonable. Siempre ha sido un error político y una inaceptable decisión sin fundamento alguno.


Claro que hay diferencias entre cómo se concibe de un lado y del otro este pacto. Los "Castro" deciden solos, autocráticamente, mientras el Presidente de EEUU debe conseguir apoyo en el Congreso para validar su idea.

Pero un costado poco analizado ha sido el de las vidas que están en juego frente a cada postura política. En realidad tiene poca relevancia saber quiénes triunfaron o cuánto perdieron los que mostraron mayor debilidad. En todo caso sería bueno saber si este hecho político consigue salvar vidas, o las mejorará de algún modo en el futuro mediato e inmediato.

Un primer paso ha sido la liberación de prisioneros encarcelados en ambas naciones, que fueron retenidos oportunamente por cuestiones más políticas que jurídicas. Y ese no parece ser un dato menor. Tal vez ese suceso aislado por sí mismo bien valdría este acercamiento diplomático.


Algunos sostienen que este acuerdo fortalece a este cruel régimen, lo alimenta económicamente y le permite prolongar la agonía. Es posible que esta mirada tenga asidero. Pero también cabe reflexionar sobre si es necesario perder más vidas para que un sistema político, acelere su desgaste y eventualmente se modifique el rumbo frente a esa situación.

Un aspecto significativo es que el acuerdo no cambia la cotidianeidad de los ciudadanos que habitan EEUU, sin embargo impactará de algún modo en la vida de los ciudadanos de la isla.

Tal vez sea tiempo entonces de darle contenido moral a las decisiones políticas. No es que deba esperarse este gesto desde los gobiernos, mucho menos aún desde la mezquina mirada de los dirigentes tradicionales. Pero la sociedad podría opinar desde ese lugar, pensando en los ciudadanos cubanos, esas personas que no han elegido a este gobierno que padecen, y que no aprueban la conducta cotidiana de una casta de dictadores que se apropiaron de su libertad y del fruto de su trabajo en nombre de una ideología que ha demostrado con creces su perversidad e impericia.


No es relevante saber quién ha sacado la mayor tajada política en esta ocasión. Importan, las vidas de millones de cubanos que siguen sin libertad. Este acuerdo, aun desde el vacío moral de estos personajes políticos, abre una puerta enorme para lograr al menos un poco más de libertad.

Es posible que no sea suficiente. Es probable que los cubanos de la isla merezcan mucho más que estas migajas de libertad que circunstancialmente se derivan de este reducido acuerdo. Lo que queda claro también, es que lo que viene es mejor que lo anterior, y aunque aún no se conozcan los detalles de lo pactado, la salida de este desdichado presente está más cerca que antes.

Se sabe que lo acordado no se ha conseguido por la visión humanitaria de los protagonistas, ni mucho menos como consecuencia de sus profundas convicciones. Ha sido solo una muestra más del típico oportunismo político, pero aún sin quererlo, ha permitido dar un paso importante en el camino adecuado.

Alberto Medina Méndez

EL REGALO NAVIDEÑO DE OBAMA

24DIC2014
Por Mauricio Ortín
No sé de qué se alegran tanto. El bloqueo está vivito y coleando, digan lo que digan. ¿De dónde sacaron tal cosa? Con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los EEUU el bloqueo sigue igual o más firme que antes. Obviamente, me refiero a la situación de bloqueo, aislamiento, incomunicación, encierro, violencia, asedio, maltrato y desprecio que sufren los cubanos por parte del régimen criminal de Fidel Castro y su hermano Raúl. Los “gusanos” (calificativo que se le da a la oposición en Cuba) establecidos en Miami o pudriéndose en las mazmorras de la isla-cárcel seguirán siendo tanto o más “gusanos” de aquí en adelante. Es curioso, pero ni Obama, ni el papa, ni Cristina, ni Rajoy ni nadie todavía se ha quejado de que Fidel y sus esbirros, desde el Estado, estigmaticen con ese sobrenombre a los que no piensan como él. Decirle “gusanos” a seres humanos, peor aún, el repetirlo sistemáticamente como una política de Estado, es negarles su condición de personas y, lisa y llanamente, condenarlos al exterminio. Es un calco de lo que hicieron los nazis con los judíos cuando, en películas de cine y propaganda gráfica, los asimilaban con las ratas. Las ratas, los gusanos y, podríamos agregar, las cucarachas son los bichos emblemáticos a eliminar. Ahora bien, no sólo Fidel usa el término. Son cientos los filofidelistas pertenecientes al Partido Comunista, a organizaciones de derechos humanos o al Estado que, sin ponerse colorados y sin que el INADI diga esta boca es mía, se regodean públicamente hablando de la “gusanera” de Miami o del “gusano” fulano o mengano. Nazis de izquierda, pero nazis al fin es lo que son.



Cuba nunca fue bloqueada por los EEUU. El embargo de EEUU contra el régimen criminal de Fidel Castro consistió en no comprarle ni venderle nada. Argentina, Canadá, España, la ex URRSS y otros países tuvieron relaciones comerciales con Cuba durante el “bloqueo” (para la gilada). “Cuanto más grande una mentira, más gente la cree”, decía el “maestro” Adolf y, “el número de opas es infinito”, las Sagradas Escrituras de allí que sea entendible la cantidad y la calidad de personas que ven en tirano barbado una víctima de EEUU y no un victimario de su pueblo.

A la Argentina, por ejemplo, el gobierno cubano nunca le pagó ni un dólar por los miles de autos que le vendió el gobierno peronista en los años setenta. Poco y nada se vende al que no paga, como poco y nada se compra al que no tiene qué vender. Lo único que el régimen castrista envió gratis a nuestro país y a toda Latinoamérica fueron hordas de subversivos entrenados por expertos en matar y ensangrentar. Fuera de terroristas, guerras y habanos el régimen castrista no tiene otra cosa qué exportar.



El restablecimiento de las relaciones diplomáticas debe entenderse como un resonante triunfo comunista. Obama y el papa Francisco han dado otro respiro a los criminales que gobiernan Cuba a cambio de nada. Todos aquellos que aborrecen a los tiranos y, fundamentalmente, los que se pudren en las cárceles cubanas recibieron  la “buena nueva” de Obama, más que como regalo navideño, como la patada que se sufre “justo ahí”.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

ATROCIDADES

El ex Fiscal Dr. Julio Cesar Strassera, en declaraciones publicadas en La Nación del sábado 13 de este mes, afirmó entre otras cosas, que estima conveniente "terminar de una vez con los juicios a los militares", que se están “cometiendo atrocidades respecto de los militares”, que “es una barbaridad la negativa a conceder la prisión domiciliaria a militares que ya tienen 90 años” y, finalmente, “que los derechos humanos son para todos; aún para los violadores de los derechos humanos”. Efectivamente, todos aquellos estigmatizados con la marca de “lesa humanidad” no son acreedores de ninguno de los derechos y garantías que prescribe la Constitución para todos los habitantes de la Nación. Sólo a ellos, y no a quienes ellos combatieron, se les desconocen los beneficios de los indultos y las leyes de amnistía. Sólo a ellos se les desconoce el instituto de la prescripción, de la aplicación de la ley más benigna y de la cosa juzgada. Sólo a ellos se les aplican prisiones preventivas que superan con creces los límites legales, llegando a seis, ocho y más años. Sólo ellos sufren largos años de encierro sin condenas y éstas, en casi todos los casos, son dictadas de antemano, sin pruebas válidas. Hay 1800 presos políticos y 270 muertos en cautiverio, que, además de sus familiares, son víctimas de esta grosera discriminación, ignorados por la dirigencia política y por la sociedad en general.

CARLOS SACHERI, CONSTRUCTOR DEL BIEN COMÚN

Martes 23 de diciembre de 2014 | Publicado en edición impresa

Editorial I

A cuarenta años de su asesinato, la memoria de su trabajo a favor del entendimiento pacífico entre los argentinos debería servirnos de ejemplo

Con diversos actos académicos llevados a cabo en distintos puntos del país se ha evocado ayer la memoria del profesor y filósofo Carlos Sacheri, asesinado a los 41 años el 22 de diciembre de 1974 a la salida de la Catedral de San Isidro por un disparo en la cabeza en presencia de su esposa y de sus siete pequeños hijos. Días después, un oscuro y cínico comunicado adjudicado al Ejército Revolucionario del Pueblo - 22 de agosto (ERP 22) se atribuyó el asesinato, aunque las investigaciones judiciales no avanzaron demasiado.

Este crimen ocurrido 15 meses antes del golpe militar de 1976 no tuvo ni tiene justificación alguna, pero sí tiene sentido recordar qué ideologías sustentaban estas atrocidades para entender mejor la dramática década del 70, tan parcial y tendenciosamente recordada en estos últimos años.

Sacheri había nacido en 1933 y era un miembro activo de la Acción Católica, como muchos otros de su generación. Estudió derecho, filosofía y teología. Se formó con Charles de Koninck en Canadá, donde se doctoró con honores. Vuelto definitivamente a la Argentina en 1968, dedicó su vida a la docencia en instituciones, privadas y públicas, incluyendo el Conicet, el Seminario de San Isidro, la UCA y la Facultad de Derecho de la UBA, donde era director del Instituto de Filosofía del Derecho cuando lo asesinaron. También dictó cursos en Canadá y en Francia. Integrado al movimiento de los pensadores católicos inspirados en el tomismo, fue el principal propulsor de la Sociedad Tomista Argentina, de la que era secretario.

Su actividad como conferencista lo llevó por todo el país y difundió entre dirigentes universitarios, políticos y sindicales las enseñanzas y propuestas del orden social cristiano que condenaba contundentemente la violencia a la que muchos líderes de la época se asociaban.

Integró la lúcida elite de jóvenes que creían que las injusticias, la explotación del hombre por el hombre o la pobreza no se superaban con más violencia, sino con el obrar articulado de las personas comprometidas con su sociedad y su tiempo que pudieran ir cambiando de a poco todo aquello que no estaba bien.

Fue Sacheri un lúcido desenmascarador de las estrategias de dialéctica marxista que, en esos años, la Unión Soviética y su satélite, la Cuba castrista, promovían en América latina con el propósito de captar jóvenes idealistas para integrarlos a la guerrilla, con pretensiones de crear ejércitos irregulares cuyo fin era una declamada liberación continental, que facilitara la imposición de regímenes dictatoriales de izquierda.

Frente a la confusión reinante en algunos grupos de formación y militancia cristiana, y aun entre sacerdotes de la época, Sacheri proponía la discusión argumental de reemplazar por soluciones pacíficas cualquier planteo violento. Fruto de estos análisis y dedicado al papa Pablo VI, publicó La iglesia clandestina, en medio de la confusión de comienzos de los 70 cuando algunos sacerdotes orientaban a sus jóvenes seguidores hacia la violencia guerrillera que condujo, por ejemplo, al vil asesinato del ex presidente Pedro Eugenio Aramburu.

Sacheri se opuso a los violentos de cualquier ideología política, sólo armado intelectualmente por su profundo conocimiento de la Doctrina Social de la Iglesia. Aun enfrentando amenazas a su vida, jamás cesó en su prédica fiel a la fe transformadora de la realidad de la época.

Los argentinos no podemos seguir recortando arbitrariamente la historia, acomodándola a un relato faccioso que, lejos de reflejar lo acontecido, es utilizado por algunos para servir a intereses sectarios que, en muchos casos, exceden lo ideológico y lo político para esconder también viles propósitos económicos. Es justo y oportuno recuperar la memoria de Carlos Alberto Sacheri, como la de tantas otras víctimas que perdieron violentamente la vida por pensar diferente.

La historia nos demuestra que la violencia, el enfrentamiento y la división siempre son, en cualquier tiempo y lugar, herramientas absolutamente inconducentes. Toda contribución dirigida a sembrar la paz y el diálogo debe ser bienvenida en estos convulsionados días en que los argentinos vemos tan seriamente amenazada nuestra unidad como nación. Rescatar los buenos ejemplos puede ser el principio de un necesario cambio de actitud que promueva el respeto por el otro y el reconocimiento de los errores, a fin de construir un futuro de justicia y equidad para todos los argentinos.

RECONCILIACIÓN, DESPUÉS DE LA JUSTICIA

Clarin.com Opinión23/12/14

En el casino de cadetes del Colegio Militar de la Nación un sable brilla en manos de dos coroneles norteamericanos, O. Swain y R. Olson. Cumplen con el honor de cortar la torta del lunch del 50 aniversario de la “Promoción 95”. Ambos, veteranos de Vietnam, se recibieron de oficiales en la Argentina el 22 de diciembre de 1964, junto a 134 camaradas nativos. Medio centenar de egresados, ya de entre 69 a 71 años, con esposas, hijos y nietos, festejan el medio siglo del egreso. Los reúne la asociación “My. J. C. Leonetti”, uno de los dos caídos en lucha contra la guerrilla. A comienzos de 1976, el Cap. Leonetti mandaba la patrulla que abatió parte de la cúpula del ERP, entre ellos estaba M. R. Santucho, muriendo en la acción. El otro, Cap. J. A. Ramallo, murió en Tucumán en mayo de 1976. Luego de misa y debajo del vitraux del patio de honor que impetra “Gloria, Valor y Orden”, familiares de 22 presos de lesa humanidad oyen decir al presidente de la “95”: “No los vamos a abandonar”.

El cadete abanderado, R. Brinzoni, jefe del Ejército con F. de la Rua y E. Duhalde, y su primer escolta, A. Rodríguez Giavarini, volverían a encontrarse cuando el primero se negara a reprimir la revuelta de diciembre de 2001, y el segundo fuera canciller. Apenas ingresados al CMN serán testigos del derrocamiento de Frondizi en marzo del ´62. Ese año y el siguiente son preservados de los enfrentamientos militares entre “azules” y “colorados” por decisión del entonces jefe del cuerpo de cadetes, Tte. Cnl. J. R. Videla, a cuyo mando revistaban dos tenientes futuros protagonistas del conflicto “carapintada”: M. A. Seilneidín y M. A. Balza. Cursando las escuelas de armas, paracaidismo y comando, los flamantes subtenientes de la “95” custodian las elecciones legislativas en marzo del ´65. El 28.6.66 les ordenan desenvainar sus sables -firmados por A. Illia- contra la República. A caballo de las décadas de los ´60 y ´70, luego de la muerte del “Che” en Bolivia, crece la guerrilla y estalla el Cordobazo: serán los tenientes de primera línea en la guerra contrarrevolucionaria. Su hito: el “Operativo Independencia” de 1975. Sin autonomía decisoria en el “partido militar”, el golpe del 24.3.76 los halla ingresando a las escuelas de guerra y técnica, mientras los especialistas en inteligencia hegemonizan el terror de Estado. En 1980, tres capitanes de la ´95 son expulsados de las filas por escasa afinidad ideológica con la dictadura. Algunos combatirán con valor en la penosa guerra de Malvinas. La democracia asciende a coronel y/o general a quienes seguían en carrera en los ´90. Solidarios con miles de camaradas que denuncian ser víctimas de una venganza judicial en lugar de sujetos a justicia verdadera, demandan la “reconciliación” en una sociedad que, afirman, les debe su libertad. La verdad, que no pertenece a un solo lado, es mucho más complicada. Reclama compasión, justicia equitativa y perdón mutuo.

Gustavo Druetta, Sociólogo (CEPEI)

lunes, 22 de diciembre de 2014

AVANCES SIN DESTINO


"Si usted quiere saber lo que una mujer
dice realmente, mírela, no la escuche".
Oscar Wilde

Más allá del obvio notición de la semana, es decir, el principio del descongelamiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, negociada en secreto por mediación de SS Francisco (¡qué mala noticia para Cristina sería que este argentino, tan vilipendiado cuando era Jorge Bergoglio por los Kirchner y su pléyade de obsecuentes, recibiera además el Nobel de la Paz!), nuestro país continuó viviendo tiempos de zozobra por obra y gracia de este Gobierno que tanto se nos parece como sociedad. Resultó llamativa, por calificarla de algún modo, la reacción de la Presidente, festejando que Obama reconociera, después de más de medio siglo, haber entendido a Fidel.

Las tormentas judiciales que siguen arrastrando a los estrados a los funcionarios más conspicuos -ahora se sumaron el Ministro de Justicia, el Secretario de Seguridad, un reciente Senador y dos fiscales- recrudecerán en los próximos días por los ataques sin sentido ni destino que el Poder Ejecutivo, a través del Congreso y del Consejo de la Magistratura, sigue organizando contra la Justicia. La Presidente parece ignorar que desde Comodoro Py se están acercando metro a metro a su propia persona y a las de sus hijos y, en lugar de intentar contemporizar, sigue agraviando a quienes, aquí y en el exterior, decidirán su futuro.

Con la misma inocencia que llevó a la designación casi por unanimidad de la Dra. ¡Giles! Carbó como Procuradora General, que tanto daño está causando a la República, nuevamente se cayó en la estupidez de creer en los dichos de la Dra. Gabriela Vázquez al asumir como Presidente del Consejo de la Magistratura: juró que no era kirchnerista y que siempre votaría en forma independiente de banderías políticas. Bastaron escasos días para que la superchería quedara a la vista, y el Administrador General del Poder Judicial, que maneja el presupuesto del Poder Judicial, fue reemplazado por un joven de La Cámpora, Dr. Cholakian, con su decisivo voto "independiente".

Mucho más grave ha sido una resolución del Consejo, manifiestamente inconstitucional y reñida con la jurisprudencia de la Corte, adoptada también con el voto de la Dra. Vázquez, que permitió que se reemplazara al fallecido Juez Federal de la Plata, Dr. Blanco, por un secretario recién designado y catapultado a esa función por lo más granado del Frente para la Victoria bonaerense; la prisa y el mamarracho son comprensibles: tiene jurisdicción electoral sobre toda la Provincia de Buenos Aires (40% del padrón nacional) y, como tal, será quien resuelva sobre listas, boletas, impugnaciones, etc., en las próximas elecciones. Si recordamos cuántas historias de fraude se han dado en el Conurbano, comenzará a entenderse este paso del Gobierno.

Sin embargo, el Dr. Durán, que asumió en un procedimiento express el mismo viernes, carece del esencial acuerdo del Senado federal y, por ello, su designación será, con certeza, revocada más temprano que tarde por la misma Corte Suprema. Entonces me pregunto, ¿qué sentido tuvo este nuevo atropello a la Constitución, si tendrá tan pocos efectos prácticos?; la conclusión no puede ser más concluyente: Cristina lo hizo con el único fin de ocupar el centro de la escena y demostrar, de cara exclusivamente a sus incondicionales, que sigue siendo la reina y señora de la Argentina. El Gobierno, consiguió algo inesperado: la reacción unánime y uniforme de toda la oposición, que salió en masa a repudiar este irracional comportamiento del oficialismo. Una vez más, la inexistencia de una política madura y democrática lleva a la judicialización permanente de los actos gubernamentales.

En el mismo sentido fue la pretendida adecuación forzosa del grupo Clarín a la voluntad de la Presidente, escenificada con gran pompa por el bufón Sanatella, que ya ha sido abortada por la Justicia. Para completar el ridículo del personaje, esta misma semana aprobó la continuidad de Telefónica como dueña de Telefé, algo tan contrario a la Ley de Medios, sancionada bajo el rimbombante propósito de democratizar las voces, como el permiso otorgado a las telefónicas para ofrecer el triple play. Pero el kirchnerismo nunca se ha caracterizado por su coherencia.

Otra imbecilidad de la oposición la llevó a creerle al Gobierno cuando aprobó el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación diciendo que sólo entraría a regir el 1° de enero de 2016; rápidamente, los inefables senadores Picheto y Anímal Fernández presentaron un proyecto, ya convertido en ley, que adelanta la fecha de vigencia al 1° de agosto de 2015, por lo cual -salvo que la Corte decidiera otra cosa- los funcionarios actuales tendrán garantizada la indemnidad de sus patrimonios personales frente a los actos que cometan en ejercicio de la función.

El Poder Ejecutivo, que desde la muerte del Nestornauta se transformó en un aparato centrífugo para viejos incondicionales, descabezó a la Secretaría de Inteligencia (SI), expulsando a los santacruceños Icazuriaga y Larcher de su jefatura. La designación del incombustible Oscar Parrilli -fue el miembro informante de la ley de privatización de YPF en los execrados 90´s- prueba que ya el kirchnerismo se ha quedado sin semillero de funcionarios para los puestos clave, como lo ratifica el regreso de Anímal a la Casa Rosada, ahora en la Secretaría General de la Presidencia; cuánto durará Koki Capitanich como cretino oficial y Jefe de Gabinete se ha transformado en uno de los ítems centrales de las agencias de apuestas. A los chicos de La Cámpora les da el "piné" (Pignet) para ladrones y obsecuentes, pero han demostrado  que no sirven para administrar nada; sin embargo, allí apareció Mena, integrante de esa agrupación privilegiada, para asumir como segundo de la "SI, Señora" y encargarse de la domesticación de los jueces, que no tendrá éxito alguno.

La remodelación política del tradicional edificio de la calle 25 de Mayo traerá dos consecuencias, a cual más grave. La primera es que concentrará más poder de extorsión política en el Gral. Milani, sin dudas un futuro Almte. Massera, y la otra, la apertura de una caja de Pandora muy complicada. El famoso y ahora despedido Jaime Stiusso, gran espía oficial de la Nación desde hace más de 40 años y bancado por todas las grandes agencias del mundo, es dueño de demasiados secretos sobre todos y cada uno de los hombres del poder en la Argentina, y no dudo que los utilizará para conseguir sus propios fines, cualesquiera que ellos sean. Debe haber ya muchísimos preocupados, en especial en Balcarce 50, ante la eventual difusión del contenido de sus extravagantes "carpetas", tan utilizadas por todos los presidentes que supimos conseguir para frenar a enemigos.

Pero más allá de esos fuegos de artificio, la realidad muestra que la Argentina real se sigue despedazando, de la mano de la inseguridad producida por el narcotráfico, de la retracción brutal de la actividad económica, del crecimiento de la pobreza y de la indigencia, de la caída de nuestro comercio exterior, del deterioro de las economías regionales y, ahora, de la incertidumbre respecto al futuro de Vaca Muerta, por la dramática reducción de los precios del petróleo.

Sólo me queda desearle una muy feliz Navidad, para usted, los suyos y la castigada Argentina. Que el niño Jesús, al nacer, nos traiga a todos -en especial, a los presos políticos- la esperanza de un mañana mejor.

Bs.As., 21 Dic 14

Enrique Guillermo Avogadro
Abogado

domingo, 21 de diciembre de 2014

A LAS PUERTAS DE LA FORTUNA K

Por Joaquín Morales Solá | LA NACION
  
Alguna vez la Presidenta entenderá, quizá, que su problema es Lázaro Báez y no el juez Claudio Bonadio. Mientras tanto, los síntomas violentos del Gobierno transmiten un temor inédito del kirchnerismo. Los jueces están llegando al corazón de la fortuna de la familia presidencial. Bonadio se acerca peligrosamente a Báez y, por lo tanto, a los Kirchner. El juez federal de Nevada, Cam Ferenbach, tiene en el expediente abierto por los fondos buitre el nombre de Cristóbal López.

Se aproxima, por consiguiente, a la familia que gobernó la Argentina durante la última década. Ya no son sólo Amado Boudou, Ricardo Jaime o Julio De Vido; los jueces asedian a la dinastía más importante del país de los últimos años.

Espoleada por el miedo o la desesperación, la política argentina perdió el sentido de las proporciones. El Gobierno acaba de decapitar al servicio de inteligencia sólo porque no controlaba a la Justicia o, en el mejor de los casos, porque no estaba suficientemente informado de los próximos pasos de un dirigente opositor. Las anomalías parecen cosas normales de tan frecuentes. Se podrán decir muchas cosas de Cristina Kirchner, menos que esconde sus broncas y sus odios. Los expone brutalmente, hasta el extremo de borrar cualquier límite institucional. El poder del espionaje para el general César Milani y la obscena formalización de la ex SIDE como interlocutor con la Justicia significan la peor regresión de la democracia tres décadas después de su reinstauración.

No hay inocentes en la historia de los espías. Jaime Stiusso, el alias de Antonio Stiles, fue el jefe verdadero del espionaje argentino durante mucho tiempo. Los otros dos jefes echados de la ex SIDE, Héctor Icazuriaga y Francisco Larcher, estaban sólo formalmente por encima de él. Éstos eran nada más que el nexo de Stiusso con el poder político. Un ex jefe de Gabinete les pidió una vez a Icazuriaga y a Larcher la nómina de espías de la ex SIDE: les mandaron un listado con los nombres de guerra. El funcionario averiguó si podía saber más. No, le contestaron, eso no lo puede saber nadie. Menos podía saber el Gobierno el destino de muchos fondos reservados que administran a su antojo los espías estructurales.

Stiusso o Stiles es el único que sabía todo. Sabe todo. Vida, obra, milagros y pecados de los que pasaron, pasan y pasarán por el poder: políticos, empresarios, sindicalistas, jueces, fiscales o periodistas. Nada se resolverá con su retirada. Quien lo reemplace hará exactamente lo mismo. Los espías están acostumbrados a husmear más en la política interna que en los conflictos profundos del país (como el narcotráfico, por ejemplo). Stiusso se pavoneaba por su más que estrecha relación con la CIA y el Mossad. Sorprendió hasta algunos jueces con sus exposiciones sobre los atentados a la AMIA y a la embajada de Israel. Mezclaba siempre el origen de su información y se ufanaba de contar con una oficina propia en la sede central de la CIA. Nunca se sabrá si eso fue cierto o no.

Esos pergaminos ya no le sirven frente a una Presidenta que siente que su enemigo es Washington. Sea como fuere, Cristina se queja también de su propio error: fueron ella y su marido los que mandaron al servicio de inteligencia a hurgar en las cuestiones internas y a controlar a los jueces. El servicio de inteligencia decidió en algún momento cambiar de patrón o de simpatías. Pasó eso. Nada más.

Varios jueces y fiscales confiaron que ellos esperan ahora el momento en que Oscar Parrilli ordenará una nueva ofensiva del espionaje contra los opositores del cristinismo. Pondrá el espionaje al servicio de cualquier guerra. Parrilli es capaz de superar los extremos ya alcanzados por Icazuriaga y Larcher con tal de no enfrentarse con los estallidos de furia de la Presidenta. Éstos la conocían; Parrilli le teme.

Nadie en el Gobierno supo leer los últimos gestos de la Justicia. Una avalancha de votos ungió ganadora a la lista más opositora al kirchnerismo en la Asociación de Magistrados. Una ovación saludó al juez Bonadio en la multitudinaria cena anual de esa Asociación. "Preferimos morir con un tiro en la cabeza y no de rodillas", exageró un juez. Saben que el kirchnerismo los condenó a muerte. ¿Las pruebas? La redacción inicial, y la última, del Código Procesal Penal, que quita a los jueces el poder de la investigación. La conversión del Consejo de la Magistratura en un organismo dedicado a sancionar a jueces enemigos y a nombrar interinamente a los amigos. La jueza Gabriela Vázquez, presidenta del Consejo, llegó con un discurso moderado, pero se convirtió en verdugo de sus propios colegas. El cristinismo detesta a los tibios.

La jefa de los fiscales, la ultrakirchnerista Alejandra Gils Carbó, persigue a los fiscales o los deja conmovedoramente solos. Ahora, para peor, Cristina elevó a un cargo relevante en la ex SIDE a Juan Martín Mena, el autor del Código Procesal, el único ex funcionario del Ministerio de Justicia que tenía algún diálogo con los jueces. “Con algunos jueces, no con todos”, aclaró un importante magistrado. ¿Qué significa llevar al espionaje al único hombre que trataba de dialogar con los jueces? ¿Significa, acaso, que la ex SIDE será el único interlocutor con la Justicia? Sí, significa eso. Milani será el cerebro de esa estrategia; Parrilli y Mena serán los operadores fácticos. No deja de asombrar que Cristina Kirchner haya decidido terminar su tiempo de poder aferrada a un general y al servicio de inteligencia. Que son lo mismo, en este caso.

Ninguno de ellos le resolverá nada. ¿Acaso algún juez haría algo menos que lo que está haciendo Bonadio? Ya es demasiado tarde para eso. La experiencia está: pasó con Boudou. Sacaron al juez Daniel Rafecas, pero el siguiente juez, Ariel Lijo, lo procesó. Y otro juez, el mismo Bonadio, lo mandó a juicio oral. Al fin y al cabo, los jueces sólo están haciendo ahora lo que no hicieron antes. Nada más.

Una campaña de mentiras se avecina a la Justicia. En un excelente reportaje de Diego Sehinkman, publicado ayer en La Nación, Diana Conti aseguró que Bonadio fue ovacionado en una cena organizada por la Corte Suprema. La cena fue de la Asociación de Magistrados. Ni siquiera estuvo la Corte. Sólo fue Elena Highton de Nolasco, una jueza del tribunal que prefiere comprender a la Presidenta. ¿Conti no lo sabía o mintió?

Báez es el problema de Cristina. Los investigadores judiciales acaban de encontrar una nueva chapucería del inverosímil empresario kirchnerista. Descubrieron que Báez conseguía créditos inmediatos del Banco Nación, no bien obtenía la concesión de una obra pública. Los cobraba con la garantía de la obra concesionada. Eran cifras de millones de pesos. No se quedaba ahí: Báez depositaba en el acto en plazos fijos esos millones de pesos en el mismo banco. Así, cualquiera se hace rico.

¿Qué Justicia quiere Cristina? Se puede consignar un ejemplo perfecto. Desde hace tres años duerme en la Cámara de Casación que integra el juez Alejandro Slokar, de la kirchnerista Justicia Legítima, la causa de la valija llena de dólares del venezolano Antonini Wilson. ¿Qué esperan? Seguramente, la prescripción de la causa para Claudio Uberti y para los funcionarios venezolanos involucrados. Ésa es una justicia en serio.

Cristina se acaba de quedar, además, sin argumentos para su discurso contra Obama. ¿Por qué la administración norteamericana estaría persiguiéndola si nadie menos que Raúl Castro elogió el coraje del presidente norteamericano cuando éste decidió restablecer relaciones con Cuba? ¿Por qué Cristina sería más peligrosa que los hermanos Castro? La historia es la gran refutadora del discurso presidencial.

También se han visto con más claridad que nunca las diferencias entre la Presidenta y el papa Francisco, protagonista clave de aquella histórica distensión. Francisco valora a Obama por lo que hace y no por los prejuicios. Al Papa no le importa si corre el riesgo de ganar o de perder buscando la paz. A veces gana, a veces pierde. Pero no es la garantía del éxito lo que lo mueve, sino la coherencia entre sus ideas y sus actos, la decisión de terminar de una buena vez con las guerras, frías o calientes, simbólicas o verdaderas.

NAVIDAD EN PAZ Y MEJOR AÑO NUEVO 2015


Queridos Amigos:

A todos los Presos Políticos y sus estoicas familias les deseamos, dentro de las actuales circunstancias, una Navidad en paz y un mejor Año Nuevo 2015, que la Sagrada Familia nos traiga su inmenso regalo de esperanza, libertad, reconciliación, paz y amor. Tal vez allí encontremos los pilares necesarios para reconstruir a la República inexplicablemente pérdida en Democracia.

Sinceramente,

Pacificación Nacional Definitiva
por una Nueva Década en Paz y para Siempre

TERMINEMOS CON EL NÚMERO IMAGINARIO DE 30.000 DESAPARECIDOS

A pesar que estas declaraciones de Luis Labraña fueron efectuadas hace más de un año, tienen plena vigencia porque a raíz de declaraciones efectuadas por líderes políticos de la oposición, recientemente se ha reavivado la discusión sobre los Derechos Humanos y se continúa utilizando el número imaginario de ‘30.000 desaparecidos’. En la Guerra Revolucionaria de los años ’70, las bajas producidos por las Fuerzas Legales a la organizaciones políticos-terroristas-militares fueron mucho menores.

Una de las figuras que trabajó en los derechos humanos y formó parte de quienes armaron la CONADEP fue Graciela Fernández Meijide. Cometió el imperdonable pecado de la honestidad diciendo la verdad: "Los desaparecidos no eran 30.000" y dando su estimado de 7954 casos documentados.



Publicado el 18 de octubre de 2013

Luis Labraña, Licenciado en Lingüística, ex Montonero, ex FAP y habla sin pelos en la lengua de su rol en las organizaciones subversivas y lo que querían por medio del combate. “No fuimos idealistas, fuimos combatientes y queríamos tomar el gobierno por las armas y desde ahí, hacer lo mismo en toda América Latina. Inventamos los 30.000 desaparecidos para que Holanda, Inglaterra y otros países Europeos nos dieran subsidios, parte de esos iban a las madres y abuelas y el resto se lo robaban en la cadena organizativa”.