Tengo frío. No hay calefacción y
los chifletes me hacen tiritar.
Tengo sueño. Los asientos de plástico
duro van de costado, los cinturones de seguridad no funcionan; cada frenada o
cambio de velocidad me hace perder el equilibrio, oscilando de un lado a otro
impidiéndome dormir, ni siquiera dormitar.
Después de una interminable
odisea de ocho horas en esas condiciones, a las 10.30 llegamos a FLENI,
inexplicablemente tarde (el viaje desde Ezeiza no puede tardar más de una hora
y media).
Me bajan esposado, no me importa
ni me da vergüenza, no soy un delincuente; mi “delito” es haber elegido la carrera militar hace ya 50 años y
haber tenido así la posibilidad de defender a mi Patria de los ataques de los
ejércitos del PRT y Montoneros. Pudimos evitar así, momentáneamente, que el sol
de nuestra bandera fuera sustituido por la estrella roja o la tacuara cruzado
por el fusil (¿puede ser que ahora fuera cambiado por el pañuelo?).
Una hora después de ser atendido
por el médico subo nuevamente a la jaula rodante para retornar a Ezeiza.
Después de un periplo
interminable, con etapas desconocidas y demoras inexplicables, llegamos de
vuelta a las 15.30, con frío, con sueño y con hambre.
Bajo del vehículo muy dolorido y
contracturado luego de 12 horas de barquinazos, frenadas y arranques en un
transporte con pésima amortiguación. Mis 70 años no soportan tan bien la
odisea.
¡Qué ironía! Estoy siendo juzgado
por haber expuesto mi vida día a día contra el terrorismo que azotó a la Nación
(¿Alguien se acuerda? ¿O se ha perdido la memoria?), Según sostienen los
neo-guerrilleros modernos, disfrazados de funcionarios, jueces y querellantes,
por “haber vulnerado los derechos
humanos”. ¡Qué hipocresía! Pareciera que ahora los derechos humanos para
nosotros, no existen.
Esto que relaté es un ínfimo
ejemplo de los innumerables tormentos que soportamos, casi a diario, los más de
1800 miembros de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, presos a lo largo del
país.
Emilio Herrero Anzorena
Tcnl (R)
PP (Preso político)
Nota: Creo que sería más acertado
el sello de PG: Prisionero de Guerra. De una guerra que parece no tener fin;
olvidados y abandonados no sólo por nuestros propios camaradas, sino por casi
toda la sociedad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
No dejar comentarios anónimos. Gracias!