sábado, 8 de agosto de 2015

EL PRECIO DEL ALIVIO


En el artículo "La decisión de Hiroshima", publicado el jueves, se afirma, entre otras cuestiones, que "la explosión que acabó con la vida de 100.000 personas en nueve segundos sacudió la conciencia universal, pero, a la vez, trajo alivio al mundo, porque selló la derrota de Japón y puso fin a la Segunda Guerra Mundial". Desconozco el origen de las cifras, pero no sé si contabiliza los muertos por la destrucción de Nagasaki con otra bomba similar, los que fueron muriendo con el correr de los años como consecuencia de las secuelas de la radiación, como tampoco los miles de mutilados, todos víctimas inocentes de la locura de la guerra. Traigo esto a colación por la frase que he seleccionado y que encabeza este escrito: dos bombas atómicas que generaron que los japoneses tuvieron que sufrir "la temperatura 50 millones de grados centígrados en la zona del impacto y 1800 grados a una distancia de dos kilómetros" y vivir hasta el presente en el espanto nuclear, para traer "alivio al mundo" omitiendo agregar "occidental" Casi dos tercios de las muertes de sobrevivientes de los bombardeos atómicos registrados en el hospital de Hiroshima hasta marzo de 2014 se debieron al cáncer de pulmón, hígado, leucemia, intestinos y linfomas malignos. En ese mismo período, más de la mitad de los fallecimientos registrados en el hospital de la Cruz Roja en Nagasaki también se debieron al cáncer.


Esto me hace pensar en lo que, en muchísima menor escala, hemos debido sufrir en nuestro país para "traer alivio" a la sociedad argentina ante el flagelo terrorista de los años 60, 70 y 80, con la diferencia que "Occidente" vio con buenos ojos la atrocidad nuclear para lograr su "alivio" y en nuestro país, más de mil miembros de las Fuerzas Armadas, de seguridad, policiales y penitenciarias y civiles, purgan ilegal, ilegítima e injusta privación de libertad por haber participado en la guerra contraterrorista que le trajo ese "alivio". De ellos 305 ya han sido ejecutados en el marco del plan criminal de exterminio de un sector de la población diseñado por la corporación política y ejecutado por la judicial.


Tte Cnel (R) Emilio Guillermo Nani


NOTA: Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.

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