miércoles, 19 de octubre de 2016

¿CÓMO ENTENDER LO INCOMPRENSIBLE?

Estimados Amigos:

En el día de la fecha hemos tomado conocimiento que el Ministro de Defensa, Julio Martínez, ordenó que la placa -con la cual la Promoción 97 del Colegio Militar de la Nación homenajeaba a sus caídos en combate contra el terrorismo- no fuera colocada, ni exhibida hasta que no se modifique su texto original.


Esa orden nos parece un agravio más a quienes cumplieron con su deber militar hasta la última consecuencia… ellos ofrendaron su vida defendiendo la bandera que había jurado defender.

¿Cuál es el pecado por ellos cometido, para que las autoridades impidan el homenaje de sus camaradas? ¿Haber cumplido su juramento? ¿Haber cumplido órdenes impartidas desde el más alto nivel político del estado? ¿Haber colaborado a impedir que la revolución marxista internacional, representada por las organizaciones político-militares vernáculas, se alzara con el poder de la Nación? No se entiende, tal vez las palabras del señor Tcnel (R) Emilio Guillermo Nanni nos ayuden a entender lo incompresible.

Sinceramente,

Pacificación Nacional Definitiva
Por una Nueva Década en Paz y para Siempre

HOMENAJE A LOS MUERTOS Y HERIDOS DE LA PROMOCIÓN 97
PALABRAS PRONUNCIADAS EN LOS 50 AÑOS DE EGRESADOS
14 DE OCTUBRE DE 2016

Tcnel (R) Emilio Guillermo Nanni 
Antes que nada, quiero agradecer a mi querido amigo Miguel Viviani Rossi por todo lo que ha hecho para que podamos conmemorar nuestros 50 años de egreso de este Colegio Militar de la Nación y por la posibilidad que me ha dado de hablar ante Uds.

Cuando me dijo que preparara unas palabras para rendir homenaje a nuestros caídos en combate, lo primero que me vino a la mente fue qué decir en un día y un lugar tan especiales.

Ya se le ha rendido tributo a los caídos en combate franco. Es por ello que voy a hablar de los otros muertos y heridos de la Promoción, que son los grandes olvidados de la guerra lanzada por el Estado Nacional contra quienes tuvimos la responsabilidad y el honor de haber liberado, a nuestra Patria y a su pueblo, del flagelo del terrorismo, permitiéndonos vivir en la libertad que hoy disfrutamos.

Muchas veces me he preguntado qué rara enfermedad padecen importantes sectores de las comunidades nacional e internacional que, por un lado, condenan al terrorismo y, por el otro, defienden a los terroristas, honrando y premiando a quienes las han atacado y atacan y repudiando a quienes las han protegido y protegen.


Hemos visto al Papa acariciando la mano de uno de los mayores sanguinarios terroristas de Estado de la Tierra, Fidel Castro y a líderes y naciones de la Tierra, demostrar su beneplácito por los acercamientos de los EEUU a Cuba o el de Colombia a la organización narcoterrorista más importante del mundo, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, con la excusa de construir caminos que los lleven hacia una paz duradera, sin importar que, para ello, queden impunes los crímenes que cometieron.



Hemos visto a los presidentes de EEUU y Francia, arrojar flores al Río de la Plata para rendir homenaje a los terroristas argentinos y extranjeros que asolaron nuestra Patria, a pesar que no escatiman esfuerzos en arrojar toneladas de bombas contra pueblos indefensos de Medio Oriente, con la excusa de combatir el terrorismo.

Vemos cómo, por un lado, políticos, jueces, periodistas, intelectuales y religiosos silencian los crímenes cometidos por las organizaciones terroristas y, por el otro, aplauden la sustanciación de las causas que se impulsan para privar de su libertad a quienes, por mandato del Estado, las combatimos, sin que les importe que se viole cuanta norma constitucional o jurídica existan, con tal de ver alcanzados sus perversos objetivos.

Los escuchamos condenar severamente a la organización narcoterrorista colombiana o a los jihadistas o los atentados a la embajada de Israel y la AMIA. Sin embargo, jamás se los ha escuchado proferir un solo comentario de similar contenido respecto de las bandas terroristas vernáculas, a cuyos integrantes se los continúa premiando con honores y dineros, mientras se sigue ignorando a las víctimas de sus crímenes.

Es por ello que en el comienzo de mis palabras, preguntaba ¿cuál era la rara enfermedad que padecíamos?

Ante el abandono de nuestros camaradas, muchas veces me he preguntado también cómo era posible que, por haber sido fieles a su juramento de fidelidad a la Bandera y a la Patria, hoy se encuentren en la situación en que están: privados de su libertad e ignorados por la sociedad.

Como ya expresara, en el marco de esta nueva guerra declarada por el Estado Nacional contra los miembros de las FFAA, de Seguridad, Policiales y Penitenciarias, que nos evitaron las penurias que hoy sufren, por ejemplo, los pueblos de Colombia y Cuba, hemos tenido muertos y heridos. Y es a ellos a quienes me he referido.

Estos muertos y heridos son los más de 2100 presos políticos que hoy padecen ilegal e ilegítima privación de libertad, víctimas de una inaceptable y dolorosa persecución y abandono, por haber cometido la “terrible tropelía” de haber impedido que el proyecto castrocomunista se instalara en nuestras tierras.


De ellos 382, ya han sido asesinados en el marco de un verdadero plan sistemático de exterminio de un sector de la población, diseñado por la corporación política y ejecutado por la judicial, ante el silencio o la complacencia de gran parte de la sociedad.

En esta nueva guerra, nuestra Promoción 97 ha tenido 5 muertos y tiene 28 heridos. A ellos les debemos agregar nuestros compañeros de la Armada: 1 muerto y dos heridos y de la Fuerza Aérea: 4 heridos.

Por nuestros muertos ya nada podemos hacer, más allá de apoyar a sus familias y rogar a Nuestro Señor por su descanso eterno y para que brille para ellos la Luz que no tiene fin.

En cambio por los heridos, todavía estamos a tiempo para recuperarlos del campo de combate donde han caído, ayudándolos a sanar sus laceraciones, acompañando a ellos y a sus familias, en el duro proceso de curación.

Que Dios y la Virgen nos iluminen en esta tarea.

Emilio Guillermo Nani
Teniente Coronel (R)
Veterano de Guerra

Muertos y heridos de la Promoción 97 del CMN, 94 de la ARA y 32 de la FAA

Muertos
1.  D Juan Jose Amarante
2.  D Alfredo Eugenio Marco
3.  D Osvaldo Rodolfo Antinori
4.  D Carlos María Cerrillo

Heridos
1.  Ernesto Barreiro
2.  Jorge Carnero Sabol
3.  Adolfo Moore
4.  Domingo Morales
5.  Oscar Antonio Gomez Migenes
6.  Jorge Horacio Paez
7.  Julio Santiago Canteros
8.  Walter Grosse
9.  Alberto Federico Torres
10.     Eduardo Hector Bernadou
11.     Jorge Hector Di Pasquale
12.     Marino Hector Gonzalez.
13.     Carlos Alberto Taffarel
14.     Alberto Tadeo Silveyra Ezcamendi
15.     Norberto Raul Tozzo
16.     Eliberto Miguel Goenaga
17.     Pedro Adolfo Lopez
18.     Norberto Eduardo Condal
19.     Alberto Daniel Rey Pardellas
20.     Carlos Eduardo Ledesma Luna
21.     Hector Meliton Martínez
22.     Alberto Daniel Sotomayor
23.     Alfredo Alberto Svendsen
24.     Miguel Angel Viviani Rossi
25.     Osvaldo César Quiroga
26.     Heriberto Lavallén
27.     Roberto Guillermo Fossa
28.     Carlos Alberto Alvarado

ARMADA ARGENTINA
Raúl Enrique Scheller (+)
Enrique De León
Raúl César Pagano

FUERZA AÉREA ARGENTINA
Juan Carlos Santamaría
Danilo Sambueli
Nelson Godoy
Alcides Cerruti

NOTA: Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.


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