sábado, 3 de septiembre de 2016

RECORDATORIO


Durante su campaña, el presidente Macri dijo que iba a "terminar con el curro de los derechos humanos". A ocho meses, no cumplió: el aparato montado durante doce años está intacto: la Secretaría de Derechos Humanos continúa querellando en todos los juicios de "lesa humanidad" de todo el país; la provincia de Buenos Aires se ha sumado como querellante; la Universidad Nacional de La Plata continúa siéndolo; etc. Enorme costo superfluo, innecesario e ilegítimo para un Estado pobre, representado suficientemente en las causas penales por el Ministerio Público Fiscal. El secretario de Derechos Humanos -obviamente no ajeno al Gobierno- sostuvo en La Nación del 27 de agosto que no basta tener 70 años para ser merecedor de prisión domiciliaria, sino que también es necesario el deterioro en la salud. Inadmisible desconocimiento de la ley por un funcionario de semejante jerarquía, quien debería renunciar o escribir cien veces el texto de la ley en la materia, para aprender que establece que una sola de esas circunstancias es suficiente, dejando de lado la interpretación distorsionada por ideologías fanatizadas que acomodaron la letra legal a su gusto, disfrazándola y haciéndole decir lo que no dice.

Enrique Munilla
DNI 4.433.538


CARTA ABIERTA A LOS PERIODISTAS ARGENTINOS


Estoy saturado de leer, ver y oír noticias y comentarios sobre el médico que asesinó a un joven que quiso robarle el auto. Comprendo que nuestros periodistas estén muy ocupados con esta noticia y lo respeto. Comprendo también que ni Show Match ni Gran Hermano han dado estos días motivos de la importancia a que nos tienen acostumbrados.

Pero no puedo seguir con la ironía, la verdad me brota y debo decirla: Los periodistas argentinos, en su abrumadora mayoría, me resultan de una lamentable mediocridad y/o cobardía.

Nunca imaginé que, luego de más de tres décadas de democracia, el periodismo argentino, en lo que a Derechos Humanos se refiere, no haya logrado la veracidad, imparcialidad y valentía que el noble ejercicio de tal profesión requiere de sus representantes.
Una abrumadora mayoría guarda timorato silencio respecto de la grave y triste situación que soportan aquellos que, irónicamente, se jugaron la vida para que nuestra Patria no sea otra Venezuela o Cuba, (con la salvedad de que hoy la isla caribeña ha dado un giro de 180° en su política). De no haber combatido nuestros soldados a la guerrilla terrorista de traidores a la Patria, hoy haríamos colas multitudinarias para comprar papel higiénico, por citar un ejemplo. Y aquellos soldados están en la cárcel…

Los impensables giros de nuestra historia, atada con nudos gordianos a la corrupción política, nos ha llevado al lamentable estado en que los traidores a la Patria de ayer, han gobernado el país por más de una década y el fruto de la semilla por ellos plantada hoy esparce su pútrido aroma. Y aquellos soldados siguen en la cárcel…

No es necesario individualizar a nadie, todos sabemos quiénes son los periodistas tuertos, apenas una ínfima y honrosa minoría tiene la valentía de denunciar las violaciones a los derechos humanos que se siguen cometiendo… ¡En plena “democracia”!

Nadie levanta una nota en la cual se explique que el Estatuto de Roma prohíbe y tacha de nulo todo juicio en el que se imputen hechos anteriores a su entrada en vigor (2002), también declara que son imputables de acusación por los delitos de Genocidio y Lesa Humanidad los funcionarios del Estado y los integrantes de las organizaciones guerrilleras. Parece que a nadie llama la atención que se impute a un solo bando…. y se premie y rinda homenaje a los terroristas que a sangre y fuego dieron origen al caos.

Esta aberración jurídica no le interesa a ningún periodista. Tampoco el hecho de que la ley otorga el beneficio de la prisión domiciliaria a los detenidos mayores de 70 años, y son cientos los ancianos muertos por falta de atención médica que sobrepasan las ocho décadas con holgura, mientras jueces y fiscales se esmeran en negarla… a ningún periodista interesa esta ilegítima “pena de muerte”. Tampoco he leído una sola crítica a la perversa decisión del entonces Ministro de Defensa Agustín Rossi de prohibir que los detenidos se atiendan en los hospitales de su fuerza, logrando así que fallecieran cientos de ancianos por falta de atención médica. Tampoco vi notas en que algún periodista llame la atención por el hecho de que ningún fiscal lo haya acusado de homicidio preterintencional y abandono de personas…

Supongo que es más importante analizar la actualidad de Fede Bal, o tal vez las dos chicas que fueron echadas de La Biela por besarse en público los tiene en estado de tensión por las graves derivaciones que puedan desprenderse de semejante discriminación…

Tampoco les interesa que un Secretario de Derechos Humanos muestre una lamentable falta de equidad y se dedique a impulsar las querellas contra ancianos enfermos basadas en falsas denuncias que son receptadas por fiscales de dudosa imparcialidad e instruidas por jueces prevaricadores, en juicios llevados a cabo en recintos ocupados por tribunas rugientes que condicionan la equidad que debe imperar. Es el mismo Secretario que muestra públicamente su mal humor cuando algún tribunal se digna a cumplir la ley y otorga la domiciliaria…

Ningún periodista estrella levanta una crítica sobre ancianos que, pese a llevar una década encarcelados, no han recibido aún condena… parece que desconocen la garantía constitucional de la presunción de inocencia.

Eso sí, se llenan la boca con los derechos humanos, pero evidentemente desconocen sus normas. Sería oportuno que lean atentamente el artículo 11° de la Declaración Universal de los Derechos Humanos,

11.1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.

11.2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito.

Y si bien saturan revoleando el Estatuto de Roma, ningún periodista aclara que los delitos imputados como de Genocidio y Lesa Humanidad, al ser tipificados en 2002, no existían al tiempo de su comisión, por lo tanto se trata de homicidios que prescribieron con el paso del tiempo.

Es muy clara su redacción…

Artículo 11 Competencia temporal 1. La Corte tendrá competencia únicamente respecto de crímenes cometidos después de la entrada en vigor del presente Estatuto.

Artículo 24 Irretroactividad ratione personae 1. Nadie será penalmente responsable de conformidad con el presente Estatuto por una conducta anterior a su entrada en vigor. 2. De modificarse el derecho aplicable a una causa antes de que se dicte la sentencia definitiva, se aplicarán las disposiciones más favorables a la persona objeto de la investigación, el enjuiciamiento o la condena.

Hago votos por que en un futuro no muy lejano, los periodistas argentinos tengan la capacidad, imparcialidad y valentía que tal profesión requiere y que los pocos valientes y honestos que hay, y que todos conocemos a través de blogs privados o libros de su autoría, tengan acceso a los medios y se les garantice su libertad de expresión.

Juan Manuel Otero

EL TOF INTEGRADO POR EL ERP JUZGA A MILITARES EN SANTIAGO DEL ESTERO

Clarin.com Política 30/08/16

Santiago del Estero: piden declarar nulo un juicio de lesa humanidad Justicia


Los jueces que integran el tribunal habían sido recusados en otras ocasiones por su militancia en el ERP.

El juicio por delitos de lesa humanidad se lleva adelante en el Tribunal Oral Federal de Santiago

El juicio por delitos de lesa humanidad que se lleva adelante en el Tribunal Oral Federal de Santiago podría declararse nulo: los jueces que integran el tribunal fueron recusados en sucesivas ocasiones por haber sido militantes del ERP y querellantes en diversas causas similares. Además, no se ha designado el cuarto juez y dos imputados están con riesgo de muerte.

El juicio comenzó el 22 de agosto pasado, a pesar de que los miembros del TOF fueron recusados y esos pedidos de que sean apartados de la causa también fueron resueltas por ellos, que es lo que objetan los abogados de las defensas. Pidieron la urgente intervención de la Cámara de Casación Federal.

Al Tribunal Oral Federal de Santiago lo integran María Alicia Noli (tucumana, ex militante del ERP), José María Pérez Villalobo (Córdoba, también ex miembro del ERP) y Juan Ramos Padilla (Capital Federal, querellante por APDH).

En la Megacausa III se ventilarán 45 casos de desapariciones forzadas o asesinato. En la lista de acusados está Musa Azar (ex jefe de Inteligencia del ex gobernador Carlos Juárez); Miguel Garbi, Ramiro López, Juan Bustamante (todos ex policías del grupo de tareas de Azar) todos con condenas a prisión perpetua por causas similares; dos ex jefes militares, Cayetano Fiorini y Ramón Herrera y los ex jueces Arturo Liendo y Santiago Olmedo. Este último presidió el tribunal que juzgó el crimen de María Soledad Morales.

Los ex jueces han sido sobreseidos en tres ocasiones por la Cámara Federal de Tucumán, sobre los mismos hechos que ahora se los acusa.

“Los jueces que integran el Tribunal fueron militantes del ERP y querellantes en causas de lesa humanidad. No hay otro destino para los imputados que la condena”, advirtió Facundo Magio, abogado defensor de Fiorini (militar) y Olmedo.

Y agregó que Juan Ramos Padilla, fue querellante por APDH, Alicia Noli “es esposa de un desaparecido y militante del ERP al igual que Perez Villalobo”.

El hijo de Ramos Padilla, Alejo, fue apartado de las causas de lesa humanidad por haber sido querellante. “Su padre, en Santiago, no es separado de su cargo cuando posee idénticas causales que su hijo”.

Para Magio, “es evidente la falta de imparcialidad e independencia de los magistrados”. Los jueces, actuarían con desprecio hacia la vida de los imputados. “Fiorini tiene 86 años, esta ciego, en post operatorio de extracción de riñón y en plan para operación del corazón, asi y todo Noli y Pérez Villalobo revocaron su detención domiciliaria aun con riesgo inminente de muerte”.


miércoles, 31 de agosto de 2016

EL CONSENSO DE LA DEFENSA NACIONAL


Por Grl Br (R) José Luis Figueroa
Finalidad de las Fuerzas Armadas
Las fuerzas armadas iniciaron el siglo XX con prestigio y reconocimiento obtenido en los campos de batalla durante el siglo XIX, reconvirtiéndose con el General Riccheri, y plenamente integradas a la sociedad. Sin embargo, una incipiente dificultad se originó: encuadrar el rol de las fuerzas armadas y el de la defensa nacional en el estado, particularmente a partir de la solución de los conflictos limítrofes.
La dificultad para diseñar el empleo operacional de las fuerzas armadas y la miopía de la clase dirigente para trascender la coyuntura condujo a la política de Defensa Nacional (PDN) a un proceso de desnaturalización, con su cadena de políticas, marcos jurídicos / normativos y desarrollo de organizaciones confusas, incoherentes e inconducentes.
A través de la historia de la Nación, las fuerzas armadas han participado con mayor o menor protagonismo en procesos fundamentales, entre los que se destacan:
– Incorporación de los inmigrantes a la sociedad.– Alfabetización de la población.– Desarrollo de la industria siderúrgica, petroquímica, aeronáutica, de la energía nuclear, etc.– Asistencia en catástrofes naturales y sanitarias, epidemias y pestes.– Apoyo a la política internacional de la República, con la participación en misiones de paz, auxilio ante desastres naturales en países vecinos, etc.
Lo cierto es que luego de un periodo crítico del país, el empleo de las fuerzas armadas se ha desnaturalizado. No existe país en el mundo que organice fuerzas armadas (hombres, fusiles, tanques, aviones de guerra, submarinos, portaviones, etc.) solamente con las finalidades mencionadas.
La finalidad de las fuerzas armadas está relacionada esencialmente con la defensa armada, con la guerra (cualquiera sea su naturaleza), para evitarla o, en caso necesario, ganarla.
Tensión errónea
Es un error crear una tensión entre las misiones de las fuerzas armadas, ya que deben surgir inequívocamente de una decisión política del gobierno constitucional. Entonces, las necesidades de la defensa nacional deben ser analizadas profesionalmente para cumplir con los objetivos fijados por el poder político.
Todas las misiones deben ser cumplidas. La conducción política del estado fija las prioridades, pero debe tener siempre presente que las necesidades urgentes no deben ocasionar el descuido de las necesidades permanentes y esenciales de la defensa nacional.
En las últimas décadas la política de defensa pasó de mano en mano entre gobiernos absorbidos por la gestión cotidiana o la impronta ideológica. Sin un proyecto sugestivo de vida en común, al decir de Ortega y Gasset, cada gobierno hizo lo que le convenía a sí mismo, no lo que convenía a la nación. No hubo una política de estado, como corresponde a una tarea tan trascendente.
Antecedentes
Para empezar a discutir un bosquejo de solución es necesario entender el proceso vivido. Desde el advenimiento de la democracia, la dirigencia política les fue asignando a las fuerzas armadas funciones y roles de distinta naturaleza, pero sin ocuparse de lo central de la defensa que orientase su desarrollo y evolución.
Luego del periodo de reformulación de la ley de Defensa, de Seguridad Interior y de Inteligencia, además de la Ley de Reestructuración de las fuerzas armadas -normativa jurídica alcanzada a partir de un consenso político y trabajosa labor parlamentaria- que aseguraron el encuadramiento de las fuerzas armadas en democracia, hemos observado al país deambular entre proyectos diferentes pero discontinuos, sin bases fuertes que le dieran sustentabilidad en el tiempo.
En esta contradicción, las fuerzas armadas que alguna vez fueron actores principales de la vida política interna Argentina, muchas veces más allá de los límites de la democracia y el sistema republicano, fueron castigadas, denostadas y desarticuladas. No se pudo configurar un sistema armado íntegro al servicio de la Nación. Los pocos interesados en la defensa se ocuparon de manifestar lo que no querían de las fuerzas armadas, sin esbozar qué esperaban de ellas.
La saludable reforma elaborada con el regreso a la democracia no sobrevivió mucho tiempo. A pesar de que los tiempos llevaron a la concreción del objetivo de evitar los golpes de estado y alejar a los militares de la política, las decisiones políticas guiaron al país a desentenderse de la defensa.
En los últimos gobiernos prevaleció la venganza, el escarmiento y el sometimiento, basado en el oportunismo político. Detrás de estas políticas puede reconocerse el rencor ideológico, el miedo y la falta de autocrítica de muchos responsables de la tragedia argentina. Incluso aquellos que deseaban la integración de las fuerzas armadas al estado democrático se vieron silenciados.
La Argentina tenía antes de Malvinas un Ejército con doce brigadas. En la guerra perdió tres, pero luego, en democracia, las otras nueve se fueron debilitando progresivamente, perdiendo sus capacidades para operar como sistemas armados eficientes. La Armada preservó su flota de mar durante el conflicto, pero los buques fueron de a poco abandonados y se hundieron en puerto. La Fuerza Aérea, cubierta de gloria en la guerra, está seriamente comprometida.
La peor consecuencia, sin embargo, no fue la pulverización material de las fuerzas sino la indiferencia hacia la defensa nacional y las fuerzas armadas. La dirigencia política se desentendió del problema y la sociedad lo quitó de sus preocupaciones. La defensa salió de la agenda.
La Defensa Nacional de la Argentina está en una situación terminal, cuya solución surgirá de un esfuerzo intelectual y político correspondiente a una visión de Estado, de Nación.
Una nueva oportunidad
Con el cambio de gobierno ha nacido una nueva esperanza. El Presidente de la Nación, después de muchos años, dio una orientación a las fuerzas armadas despojada de atavismos y condicionamientos ideológicos, señalando lo siguiente:
- Reconocimiento de que las fuerzas armadas fueron ignoradas y abandonadas.
-  Inicio de una nueva etapa, en un mundo que presenta desafíos y oportunidades.
- Definición de roles para satisfacer las demandas y requerimientos:
  - Apoyo a las relaciones exteriores, mediante Fuerzas de Paz.- Respuesta a los desastres naturales.- Lucha contra el terrorismo.
Es un momento histórico, la máxima autoridad ha manifestado coraje para abordar el tema de la defensa nacional y las fuerzas armadas. Estos primeros pasos, aunque imprescindibles, resultan sin embargo insuficientes. Hacia adelante es preciso reflexionar sobre los siguientes problemas:
El desinterés por las fuerzas armadas ha llevado a equivocar el diagnóstico y dispersar los esfuerzos. Ellas no son el núcleo del problema; lo es el sistema de defensa nacional en el cual se insertan.
La defensa nacional trasciende a un gobierno y a los espacios políticos. Aún en cuestiones que afecten a la gobernabilidad, el sistema de defensa es una cuestión de estado.
La condición favorable creada por el nuevo gobierno obliga a los especialistas en la materia a estar a la altura de las circunstancias. Los momentos de mayor fortaleza deben utilizarse para tender puentes, para lograr consensos y acuerdos en estos temas que trascienden la coyuntura.
Preguntas y respuestas
En esta nueva oportunidad histórica los argentinos de bien se deben preguntar si realmente desean dar vuelta la página y construir una Nación que incluya a todos, en un camino virtuoso que facilite el desarrollo de las instituciones de la República. Luego, deben interrogarse sobre la disposición a defender ese camino de desarrollo. Recién allí deben preguntarse sobre la política de defensa nacional.
La Defensa Nacional con mayúsculas requiere de líderes comprometidos, que desde el presente conciban la Nación y consecuentemente diseñen y orienten el sistema de defensa donde están insertas las fuerzas armadas. Es auspicioso que los principales líderes de la actualidad (gobierno y oposición) se han expresado positivamente al respecto.
Debemos preguntarnos, también, cómo diseñar esta política de estado. Es condición esencial replantear y reformular una política de Estado realista, analizada desde una perspectiva interdisciplinaria, que sea sustentable y perdure en el tiempo.
Es necesario concebir y acordar el plexo legal que sustente el sistema de defensa. En las respuestas a estos interrogantes se debe evitar la búsqueda de éxitos inmediatos, las decisiones apresuradas sobre aspectos cruciales como la doctrina militar, la organización, el despliegue, y el equipamiento que tienen un alto costo en dinero y eficiencia. Estos temas deben ser consensuados para que mantengan vigencia en el tiempo y trasciendan a los cambios de gobierno.
Los estados organizados y serios así lo hacen. Lo que hemos hecho es propio de republiquitas. Si se pretende ser una nación desarrollada, es impostergable conocer, definir, estar convencido, consensuar y recién allí actuar:
El Presidente de la Nación debe impulsar estos trabajos, que deben ser elaborados en la órbita del Congreso de la Nación, con el aporte integral de los espacios políticos e intelectuales. Estos estudios deben contar con la asistencia y asesoramiento de diplomáticos, economistas y estrategas. El asesoramiento profesional militar no puede ser soslayado. La crisis de la Defensa no deja margen para soluciones individuales o sectoriales.
Una dinámica posible para estos trabajos puede incluir:
-Configurar los escenarios proporcionando las metas, propósitos y objetivos de Argentina, su interrelación en el plano internacional y su dinámica en el tiempo.
-Señalar los actores (estatales y no estatales), los riesgos, amenazas, conflictos y las previsiones para evitarlos, reducirlos, neutralizarlos, acotarlos o enfrentarlos. Señalar también las oportunidades y fortalezas que pueden ser aprovechadas.
-Definir los conceptos de defensa nacional y seguridad interior, que deben ser integrados como en todos los países normales, integrando y adaptando sus fronteras, a la luz de la realidad y naturaleza de los conflictos actuales. La única forma de dar respuestas exitosas, aceptables y sustentables en el tiempo parte de entender la realidad cabalmente.
Es insostenible mantener fuerzas para defender la Nación de amenazas que no existen y no prepararlas para las amenazas reales que tiene el país. Las fuerzas de seguridad y policiales tienen en la delincuencia un vasto espacio para actuar, que incluye la temática de la droga y la trata de personas.
El plexo legal actual sólo contempla el empleo restringido de las fuerzas armadas y taxativamente les impide actuar en seguridad interior. Sin embargo, habilita al Poder Ejecutivo, por medio de decretos a utilizarlas cuando crea conveniente. ¿Qué ocurriría si se producen casos de terrorismo, de narcotráfico, o si el ISIS hace su aparición súbita?
El estado no puede atarse de manos frente a estas amenazas, adoptando las previsiones sobre doctrina militar, instrucción y equipamiento, para este fin. Un camino seguro al fracaso es utilizar las fuerzas armadas para lo que no se prepararon.
Analizar los conflictos como internos o externos tuvo sentido cuando el propósito era encuadrar las fuerzas armadas en el sistema democrático. Hoy es una falacia de la ideología. La naturaleza de los conflictos muta y se debe actuar en consecuencia.
En el mundo de hoy, los conflictos en desarrollo son mayoritariamente de origen no estatales. Es un grave error sostener que las fuerzas armadas están solo para enfrentar agresiones externas de origen estatal, para luego afirmar que la nación no prevé este tipo de amenazas. Basta recordar que Su Santidad el Papa Francisco sostuvo recientemente que el mundo no tiene un problema de seguridad, sino que el mundo está en guerra.
Con respecto a las fuerzas armadas, la reflexión debe incluir el establecimiento de un perfil, la magnitud y despliegue de las mismas, de acuerdo al escenario configurado, a los actores intervinientes y a las características y evolución prevista de los riesgos y amenazas.
Nicolás Maquiavelo menciona en el "Arte de la Guerra" que los Ejércitos tienen un cuerpo que las define y vélites que lo rodean y acompañan. El cuerpo podrá ser preponderantemente pesado o ligero. En la paz debe ser replegado y comprimido, pero nunca más de lo necesario, manteniendo la capacidad de expansión y movilización, a fin de disponerlo exitosamente en el momento oportuno. Ese cuerpo debe ser definido desde la política.
En síntesis, los estudios, análisis y construcciones geopolíticas y estratégicas deben dar las bases para definir la naturaleza, el despliegue y la magnitud de las fuerzas activas y las reservas y las previsiones de movilización. Los errores en este trabajo no tienen consecuencias inmediatas, pero son incorregibles en el momento de los conflictos y colocan en riesgo la supervivencia del estado. Además, se traducen en muertes innecesarias.
Una defensa de consenso
Sería un error creer que la solución del tema que nos ocupa discurre en reivindicaciones de tipo gremial, como el mejoramiento de condiciones laborales (que los pilotos tengan aviones, el Ejército disponga de soldados, etc.). Tampoco sirve la adquisición aislada de material, aumento de sueldos, o reconsideración del trato desde el Estado. Todo esto es imprescindible, pero no la solución.
En este sentido, hasta que se defina la defensa en el marco del estado, con humildad aconsejaría invertir solamente los recursos necesarios para el equipamiento de aeronaves de la Fuerza Aérea, con el fin de mantener el adiestramiento de los pilotos. No es momento de despilfarrar, no hay atajos para abordar con seriedad el tema y debemos evitar la tentación de los éxitos pasajeros, que irremediablemente serán efímeros.
La respuesta a los requerimientos de la política de Defensa, como toda cuestión de estado, surgirá de un trabajo consensuado y esforzado que trasciende a un gobierno, poder o sector. Un país decidido a ser Nación debe asumir lo expresado por el cardenal Mario Poli, en su homilía del tedeum del 25 de mayo de 2016: "Danos coraje para crear espacios y mesas donde podamos compartir la sabiduría del diálogo, donde las ideas superen las ideologías. Que nadie se levante hasta encontrar acuerdos duraderos".
Muchas cosas nos duelen a los argentinos, la corrupción, la pobreza, el avance de la droga sobre los jóvenes, la inseguridad, la falta de energía, etc., la mayoría de ellas consecuencias de nuestros propios errores. ¿No será hora de preguntarnos qué queremos ser; que educación necesitamos para lograrlo; cómo nos integramos entre nosotros y con el mundo? Y finalmente, ¿qué cosas estamos dispuestos a defender?
El autor es General de Brigada (R).
FUENTE: http://www.infobae.com/america/opinion/2016/08/31/el-consenso-de-la-defensa-nacional/

NOTA: La imagen no corresponde a la nota original.

DARÍO LOPÉRFIDO IRÁ A FONDO: DEMOSTRARÁ EN JUICIO QUE NO FUERON 30 MIL LOS DESAPARECIDOS

Faltó a la audiencia de conciliación por la demanda civil iniciada tras negar el número de víctimas. Lopérfido proseguirá con la instancia civil para demostrar el fraude sobre la cifra, dijo su abogado.



Luego de que el funcionario de Cultura faltara a la audiencia de conciliación por la demanda que le iniciaran luego de descreer de la cifra de 30 mil desaparecidos que maneja los organismos de Derechos Humanos su abogado adelantó que “persistirán con la cuestión”.

“Había ‘jovencitos’ que no eran tan inocentes”, dijo su abogado.

El actual director del Teatro Colón y ex secretario de Cultura porteño, Darío Lopérfido, no concurrió a la primera audiencia de conciliación en la demanda civil que se le inició la agrupación HIJOS después de que opinara públicamente que “no había habido 30 mil desaparecidos sino un poco más de siete mil” en una charla en la ciudad de Pinamar.

El abogado Ignacio Falcón de Lopérfido indicó que su cliente “proseguirá con la instancia civil una vez agotada la mediación” – ya que es “su intención de demostrar que esa cifra fue producto de una mentira que se oficializó en una mesa en Holanda para obtener subsidios que ofrecían organismos internacionales”.

Representantes de organizaciones de DDHH presentes intentaron dejar las cosas como estaban pero Lopérfido se mantuvo firme al punto que no concurrió a la mediación. Mabel Careaga, hija de una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo impulsó el acuerdo, “e dije a su abogado que tenía la oportunidad de retractarse a pesar de lo ofensivo y doloroso que fueron sus declaraciones”.

El abogado defensor de Lopérfido “llamó ‘terrorista’ a Hebe y la mencionó como Hebe de Bonafide”, dijo Careaga.

Loperfido fue apartado de sus funciones como secretario de Cultura de la Cuidad de Buenos Aires luego de que cuestionara la cifra de desaparecidos en el marco de una charla en la que denunció el sistema de corrupción que rodeó la gestión en el área durante los años del gobierno de Cristina Fernández.


lunes, 29 de agosto de 2016

DESIGUALDAD ANTE LA LEY


El Señor Avruj ha declarado que figuras como Etchecolatz  provocan rechazo, con lo que pareciera justificar la  negativa a  concederle la prisión domiciliaria prevista para personas de 70 o más años, vulnerando la más básica regla de igualdad ante la ley.


Somos muchísimos los argentinos a quiénes figuras como Firmenich, Perdía y Vaca Narvaja, nos recuerdan que fueron  responsables del terrorismo con apoyo foráneo que generó la espiral de violencia y el golpe de 1976, pero creemos en la necesidad de una sincera reconciliación nacional superadora de la guerra revolucionaria librada hace 40 años.

También consideramos  evidente que en "derechos humanos" se continúa desgraciadamente con una  política decididamente favorable a las venganzas del terrorismo marxista.

No fue para eso que votamos al Presidente Macri.

Antonio Mascardi

La Plata 

COLOMBIA: ¿POR QUÉ LLAMAN PAZ A UN ARMISTICIO?

por Ricardo Angoso
@ricardoangoso

Mientras la alegría embarga los corazones de los amantes de la paz y la decepción es notoria entre los que no ven las cosas tan claras, el mundo recibe, a bombo y platillo, la noticia de un acuerdo global entre el ejecutivo de Colombia que lidera su presidente, Juan Manuel Santos, y la organización terrorista Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).  Es la décima vez que lo anuncian, qué horror. Si no fuera porque sobre la mesa de negociaciones han quedado más dudas que incertidumbres y porque confiar en las FARC es como confiar en la providencia divina -con el debido de los respetos a las alturas-, también estaríamos celebrando la dichosa rubrica de estos acuerdos y la llegada de la anhelada paz esperada por millones de colombianos desde hace medio siglo.


Pero, en primer lugar, las armas han dejado de sonar, pero siguen en manos de los mismos y hay serias dudas de que vayan a ser entregadas (todas) en los próximos meses a las autoridades. El desarme de todos los frentes de las FARC, una organización fragmentada, atomizada y con mucha autonomía por parte de sus bloques, es casi una demanda metafísica escasamente creíble excepto para los escribidores a sueldo del gobierno Santos. ¿Entregarán todas las armas? ¿Cesarán de repente todas las actividades criminales perpetradas durante años por este grupo considerado terrorista por la Unión Europea (UE) y los Estados Unidos?


Tampoco queda claro que va a pasar con el negocio del narcotráfico  y los beneficios obtenidos por el mismo durante años, seguramente  blanqueados en el exterior y en paraísos fiscales de imposible acceso. Las FARC son un cartel de la droga, quizá el más importante de toda América Latina, y nada induce a pensar que la firma del acuerdo vaya a significar el fin de esta actividad ilícita por parte de los terroristas.

¿TRIUNFARÁ LA IMPUNIDAD?

Sin embargo, hay algunas cosas que sí están claras en este acuerdo. Una de ellas es el precio del mal acuerdo alcanzado, es decir, que Colombia tendrá que aceptar la impunidad de este puñado de criminales a cambio de que dejen de matar por algún tiempo. ¿Merecerá la pena tan alto precio por un acuerdo cogido entre alfileres? Está muy claro, a estas alturas de la película, que los negociadores del acuerdo, urdidores en los últimos años de los más abyectos crímenes ocurridos en Colombia, nunca pagarán por sus delitos y que si han firmado con las autoridades legítimas es porque se aceptó el precio en el acuerdo.


Otro aspecto llamativo del acuerdo, si es que se puede llamarle de esta forma a una concesión casi sin límites a los terroristas, es la representación política otorgada a las FARC sin necesidad de pasar por las urnas, dándoles unos escaños en las instituciones que seguramente los votos de los colombianos nunca les hubieran otorgado. Parece una concesión hecha por la necesidad de las circunstancias, de quien es débil ante el que negocia y tiene que conseguir un acuerdo al coste que sea, más que un compromiso político ceñido a una resolución del conflicto colombiano de una forma justa, acorde al derecho colombiano e internacional y respetuoso con las más de ocho millones de víctimas de esta larga guerra.


Santos, al que apoya toda la oligarquía colombiana, la jauría mediática y el establecimiento, sabía que tenía todo a su favor a la hora de firmar lo que firmase con sus adversarios y que nadie le iba a discutir lo que hiciera. En una sociedad tan dócil, vendida al mejor postor, sin apenas disidencia al poder y postrada ante el becerro del oro, el poder elegido tenía las manos libres para venderse a las FARC, tal como ha ocurrido, y que incluso, por ignorancia sobre todo y también por sumisión ideológica, tuviera el apoyo de la comunidad internacional. Hasta Obama, las Naciones Unidas y Felipe González apoyan la ópera bufa de los acuerdos de paz, ¡qué más se podía esperar! ¡Solo faltaba Maduro y también se sumó al esperpento!

EL FUTURO DE COLOMBIA

Está claro que las FARC tenían que cambiar de estrategia, dejar las armas y dar paso a la política, pero el caso de esta organización terrorista es mucho más complejo y arduo que otros grupos. Hablamos de un auténtico complejo del crimen, con ramificaciones en la industria de secuestros, el narcotráfico, el blanqueo de dinero y la extorsión sistemática a los empresarios y comerciantes; una  estructura política, militar y criminal al servicio de una causa y con miles de hombres a su servicio.

¿Cómo reconvertir a sus más de 10.000 hombres en los campos y en las ciudades en ciudadanos de una sociedad civilizada y democrática tras decenas de años de fechorías? Podemos entender la buena voluntad, incluso el optimismo, del actual ejecutivo, pero no su perversa candidez e ingenuidad al hacernos creer que a partir de ahora todo será de color de rosa y comenzó el nuevo amanecer para este país cansado de cuentos.


Las FARC, que saben de la debilidad y de la impopularidad de Santos, actúan como ganadores de esta guerra nunca aceptada por  un Estado que fue incapaz de ganarla, a pesar de los notable avances y de la exitosa labor llevada a cabo por el expresidente Alvaro Uribe. Santos, cuya gestión en todos los órdenes se caracteriza por su absoluto fracaso pese al maquillaje empleado para presentarnos todo lo contrario, necesitaba este acuerdo como anillo el dedo, pues no tiene nada que ofrecer al país y quería una verdadera puesta en escena de talla mundial con vistas a algún puesto en el futuro en alguna organización internacional siguiendo la estela de dos de los peores presidentes de la historia de Colombia: Cesar Gaviria y Ernesto Samper.



Para los que no se han enterado todavía, el acuerdo firmado recientemente es tan solo un armisticio, una suspensión de hostilidades entre dos partes en conflicto pero que no implica la paz definitiva y la entrega de las armas por parte de los terroristas. Incluso, a veces, la historia demuestra que un armisticio entre dos  enemigos irreconciliables puede dar lugar a una gran victoria por parte de uno de los firmantes y una derrota humillante para la otra parte. Así ocurrió con el armisticio firmado por Alemania en 1918, que puso fin a la Primera Guerra Mundial, y en que finalmente los aliados impusieron sus condiciones y la gran potencia salió humillada, trasquilada y con grandes pérdidas territoriales. ¿Será ese el destino de Colombia tras haber firmado un acuerdo con un grupo terrorista que el escritor Fernando Vallejo define como una cuadrilla de hampones?

CONMOCIÓN EN PARAGUAY POR EL ASESINATO DE OCHO MILITARES EN UNA EMBOSCADA DEL EPP


“Colocaron explosivos en el camino donde debía transitar la patrulla de rutina”, afirmó el ministro del Interior. El ataque se produjo en cerca del asentamiento campesino Arroyito, a 500 kilómetros de Asunción.

Ocho militares paraguayos murieron este sábado en un atentado con bomba perpetrado por el grupo guerrillero Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) en Arroyito, al norte de Asunción, informó el ministro del Interior, Francisco de Vargas.



“Este es un hecho punible gravísimo, colocaron explosivos en el camino donde debía transitar la patrulla de rutina. Por la forma de actuar creemos que se trata de un ataque del conocido grupo criminal EPP”, precisó el secretario de Estado a periodistas.

Tras el ataque, las autoridades ordenaron un reforzamiento de la presencia policial y militar en el distrito de Horqueta, donde está la localidad de Arroyito. El EPP es señalado por las autoridades como responsable de asesinatos de policías y civiles, secuestros y numerosos ataques a comisarías y estancias ocurridos en la última década en la región norte, donde coexisten campesinos pobres, haciendas ganaderas y cultivos ilegales de marihuana.

Seis de los soldados murieron en la emboscada, mientras que otros dos perdieron la vida mientras eran trasladados a un centro médico, distante 91 kilómetros del lugar del ataque. Los terroristas robaron las armas de los soldados antes de huir. Actualmente el grupo mantiene secuestrados a un agente policial -desde hace más de dos años-, a un colono menonita -desde hace más de un año-, y a un joven menonita de 17 años que fue capturado hace un mes cuando trabajaba en una propiedad rural.

El diario ABC reportó que el suceso ocurrió en un camino vecinal despoblado, pero próximo al asentamiento campesino de Arroyito, a 500 km de la capital paraguaya.


“Fue una emboscada cobarde del tipo que nos tiene acostumbrados este grupo terrorista”, afirmó el responsable, explicando que una unidad, con capacidad de siete a ocho efectivos, realizaba un patrullaje de rutina cuando ocurrió el ataque.

Desde que inició sus operaciones en 2008, el EPP (marxista-leninista) se adjudicó más de medio centenar de víctimas, en su mayoría policías, militares y ganaderos, recordaron fuentes policiales a la AFP.

Los fallecidos pertenecen a la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) cuya base se encuentra en la localidad de Arroyito, en el departamento de Concepción, una rica región dedicada a la ganadería y donde habitualmente opera el EPP.


Familiares de las víctimas lloran a sus seres queridos (Última Hora) Familiares de las víctimas lloran a sus seres queridos (Última Hora)

Según la policía, el EPP fue entrenado por la guerrilla FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y cuenta con una veintena de militantes, quienes se identifican como anarcocomunistas y ambientalistas.

Investigaciones de la Fuerza de Tarea Conjunta señalan que el EPP administra unos 3.000.000 de dólares procedentes de secuestros y extorsiones (“impuestos de guerra”) pagadas por hacendados para evitar ser atacados.

En 2014, se desprendió del EPP el grupo denominado Asociación Campesina Armada (ACA), cuyos líderes terminaron por ser abatidos por las fuerzas del orden.




LA PERLA NEGRA

Sábado, agosto 27, 2016

(Crónica tras las bambalinas del relato oficial)

El día 25 de agosto de este año  se leyó en Córdoba una sentencia escrita largo tiempo atrás, desde el primer minuto de los cuatro años que duró la farsa judicial denominada  Megacausa La Perla.


Simples ciudadanos, en forma individual o por agrupaciones, decidimos acompañar a los presos políticos que estaban siendo juzgados. Miembros de AFYAPPA, de  Justicia y Concordia y el Grl Miguel Giuliano presidente del foro de Generales retirados viajamos desde Buenos Aires. Otros como en el caso de Luz García Hamilton y Yetel Menéndez  desde Tucumán. Veteranos de Malvinas vinieron de Rosario o Salta.

Nos acreditamos un mes antes, por medio de los defensores de algunos imputados, para poder estar presentes el día de la sentencia.

Sin embargo, pese a que fuimos temprano esa mañana, nuestra “acreditación” no aparecía.

Nos informaron que no podíamos ingresar a la sala de audiencias y que, en un plazo perentorio, debíamos abandonar el edificio de tribunales porque estaba “blindado”. Pedimos hablar con alguien, ser acreditados, esto, aquello.


Subimos para hablar con un funcionario, bajamos para hablar con otro. Pedimos hablar con el Secretario del Tribunal. Nos acompañaron a hablar con Pablo Urrets Zavalía, un pelele soberbio  de cara naranja por la cama solar y apellido ilustre que nos mostró una serie de listas. Decía que no estábamos y que no había forma de entrar. No escuchó nuestras razones, que nos habíamos acreditado, que veníamos de Buenos Aires sólo para este juicio, que muchos imputados no tenían familiares que hubieran podido venir y que podíamos conseguir su autorización y hasta su firma para ingresar en nombre de ellos. No, no, no y no. La lista la había tenido que reescribir hasta el día anterior porque funcionarios como el vicegobernador confirmaron a último momento. “Ah! Entonces por eso nos sacaron de la lista, le dieron nuestro lugar a esos funcionarios”. Silencio. Le dijimos que íbamos a entrar de todas formas, que íbamos a ingresar en la fila del público general pero que estábamos con Cecilia Pando y que si alguien la agredía o había incidentes, sería su responsabilidad. No le importó nada, se sonrío,  creo que hasta disfrutó esa miserable cuota de poder que mencionaba San Martín respecto de los soberbios.  Le prometimos que íbamos a ingresar, de una forma u otra.

Bajamos, subimos, nos perdimos en un edificio laberíntico. Nos empezaron a poner límites, que acá no, que bajen para allá, que en este piso no, vayan a hall de entrada, que tienen cinco minutos para desalojar el edificio… Por otro lado la defensoría mandó una nueva lista, que llegaba, que no llegaba, que nos echaban, que no nos íbamos. Estuvimos cerca de dos horas en ese tironeo.

Luz García Hamilton también se había acreditado pero en su caso como periodista. Tampoco salía acreditada. Del otro lado, los miembros y amigos de las “orgas” de DDHH entraban por decenas, sin acreditación, les faltaba gente y dejaban entrar a cualquiera.

Cuando nos obligaron a dejar el edificio fuimos, como habíamos prometido, a hacer la cola con el público general. Vino la policía asustada “no, ustedes no pueden estar con el público general, puede haber incidentes”. Nos prometieron ingresar si salíamos de la cola “vayan a la posta 1”. Allí fuimos, no aparecía la lista, que ya venía, que no venía. Entonces, el líder de una “orga” de DDHH  cuchicheó algo con la que controlaba esa entrada, Inés llegó a escuchar “que entren de a cinco, aunque no estén acreditados”. Comenzaron a ingresar ante nuestra indignación. Nos metimos junto con ellos,  sólo detectaron a Inés y la siguieron. Al alcanzarla “¡vos no estás acreditada!”; “ellos tampoco” le contestó y se quedó. Subimos por una escalera, nos perdimos, la otra Inés se cayó. Llegamos a una sala extensa llena de gente, muchos con micrófonos y cámaras de fotos. Eran periodistas. ¿Será la sala de periodistas?


Pensamos que sí, en eso nos dimos cuenta de que no era la sala de periodistas sino el hall previo a la sala de audiencias cuya puerta estaba fuertemente custodiada.

Pensamos que eso era lo más lejos que podríamos llegar. Nadie nos reconoció ni nos detectó. Ni siquiera a Cecilia Pando que es la más conocida. Planeábamos quedarnos allí toda la lectura de la sentencia porque, al menos, la veríamos por pantalla gigante.

En eso llegó Estela de Carlotto y antes de que pudiéramos reaccionar Cecilia se dirigió a ella y le pidió en alta voz que defienda la verdad completa, que recuerde a las otras víctimas. El periodismo escuchó gritos, se acercó y captó el momento. Carlotto dijo que sus hijos eran las víctimas y Cecilia le retrucó que no eran víctimas ni jóvenes idealistas, que eran terroristas.

Nos colgamos los carteles con los rostros de las víctimas del terrorismo.


El periodismo le hizo notas, confirmamos la forma de actuar de algunos  operadores  que se hacen pasar por periodistas, atacaban, agredían, repetían consignas. No preguntaban sino que afirmaban sus consignas. Estos operadores están para controlar a sus supuestos colegas y bajar línea. Igual contestamos, mostramos los carteles. Algún operador le gritó a Cecilia “¡sos una provocadora!”. Típica acusación genérica cuando no tienen de qué acusar. Empezaron: “treinta mil compañeros detenidos- desaparecidos!” y se contestaban: “PRE-SEN-TE”.  Repetían: “treinta mil…” y entonces Cecilia gritó “Coronel Argentino del Valle Larrabure!” “PRE-SEN-TE”  contestamos. “Cristina Viola… PRE-SEN-TE!” Y una a una las víctimas del terrorismo. Se quedaron un poco sorprendidos y peor cuando uno ensayó un insulto: “TORTURADORES” y el corito de autómatas respondió “¡PRE-SEN-TE!”. Se dieron cuenta del pifie  y avergonzados  no hablaron más. Nos quedamos allí y vino un policía “a ver… las que están con Pando…”. Pensamos que nos iban a echar pero no, nos condujeron a la sala de audiencias bajo  la firme promesa de comportarnos durante la lectura. “Si” dijimos “durante la lectura”. Supongo que pensaron que haríamos menos escándalo en la sala de audiencias.

Llegó Schiaretti pomposamente  para hacerse notar . Le había dado asueto a la administración pública y a los colegios el día libre para que fueran a la sentencia.

Antes de la lectura de sentencia rezamos una oración. María tenía a la Virgen de la Eucaristía en sus brazos.


Ingresaron los jueces y un ujier gritó “¡de pie!”. Mis compañeras, las que pudieron ingresar, tuvieron un momento de vacilación. Ponerse de pie… quedarse sentadas… unas se pararon y se volvieron a sentar. Otras se pararon sin vacilar por respeto a la institución justicia. Yo las comprendo, la institución es respetable pero yo no me puse de pie, aun a riesgo de que me expulsaran de la sala. No siento respeto por esos jueces y la institución justicia no son los monigotes bien vestidos que ingresaron en esa sala.

Estuvimos todo el tiempo sobrecustodiadas, mujeres policías, personas de civil, hombres y mujeres, uno o dos por cada una de nosotras. Desplegamos los carteles, querían que los bajemos “que ellos bajen sus carteles entonces”. Cecilia tenía un cartel que decía “NUNCA MÁS terroristas y Montoneros”. Una pañueluda se acercó y le dijo a una mujer policía que tenía que hacer que Cecilia baje el cartel. La policía le contestó  que su función no era controlar lo que dicen los carteles.

Entraron los periodistas por tandas para fotografiar a los que iban a ser condenados. El último acto de escarnio. El My Barreiro dio vuelta la cara para no salir en la foto. Mirta Anton hizo lo mismo. Tienen cientos de fotos de ellos pero dieron esa pequeña batalla para demostrar su negativa a participar del circo. En una de esas tandas entró Luz García Hamilton. “Quién es esa?” se preguntaban entre ellos, no están acostumbrados a periodistas que no sean de izquierda.

La lectura fue lo de siempre, perpetuas para todos y todas, hasta para Mirta Antón que tenía 19 años cuando ocurrieron los hechos que le atribuyen. Los jueces hicieron bien la tarea, estaba el gobernador y la prensa, no podían defraudar.

Terminó la lectura y Cecilia Pando se paró de repente “Nunca más terroristas en la Argentina!” llegó a decir y los que estaban de civil la agarraron con violencia del cuello y la tiraron al suelo como si llevara una bomba. Nos agarraron a todas, a mí me tironeaban de un brazo, a Ana la tomaron con fuerza de los dos brazos. Fue bastante violento pero estábamos pasadas de indignación y peleamos, gritamos.

Cecilia se liberó, se incorporó y desplegó un cartel con la bandera Argentina y la Virgen de la Eucaristía. No llegó a desplegarlo que se lo rompieron a tirones los civiles de custodia. Los policías casi no se metieron, podría decir que en cierta forma nos querían proteger de esos civiles que, después supimos, eran la custodia del gobernador.

“Se van a tener que ir” nos anunciaron. Como si no lo supiéramos. Pero lo gracioso es que no podían sacarnos por la salida tradicional porque estaba colmada de gente sino que tuvieron que sacarnos por alcaidía, por donde salen y entran los imputados. El juzgado es, en toda su acepción, un escenario teatral en donde los actores salen y entran entre bambalinas que se encuentran tras el escenario. Nos convertimos en actrices de esa representación y nos llevaron por todo el recorrido largo hasta el escenario. Si lo hubiéramos planeado no podía haber salido mejor. En su afán por escondernos nos sentaron al final del salón y para sacarnos debíamos recorrer todo el perímetro. Tuvimos mucho tiempo para manifestar nuestra posición sobre el juicio, sobre los “caretas” que venían a sacarse la foto de los Derechos Humanos, sobre el gobernador. Cecilia gritó “Schiaretti ¿qué hacés acá?¿ por qué no vas a hacer las cloacas?” los custodios de civil estaban para proteger al gobernador y no podían callarla. “Te vamos a tener que llevar presa porque agrediste al gobernador” le dijeron para que se calle. Cecilia seguía. María estaba desbordada. Los autómatas gritaban “a donde vayan los iremos a buscar” y María les respondía “vení ahora! Acá!” “Carlotto sos una conchuda!” “Acá tienen sus derechos humanos” y les tiró como si fueran papelitos del mundial unos dólares de utilería. Cecilia les tiró los dólares a los jueces;  se sobresaltaron, pensaron que eran algún objeto contundente. El recorrido desde el fondo del salón hasta el escenario teatral fue largo así que les gritamos toda clase de cosas. Nos pusimos las naricitas de payaso que habíamos llevado y gritábamos que todo esto era un circo, que de juicio no tenía nada. Finalmente pasamos junto al secretario de cara naranja y apellido ilustre. Yo, con una sonrisa triunfante le dije “¿viste que entramos igual? A nosotras no nos para nadie”. Estaba sorprendido  sin capacidad de reacción. Entramos por las bambalinas del escenario teatral y tras de nosotras los acusados que se sumaron al fervor de nuestra manifestación gritando su propia indignación.

Los pudimos visitar en un cuartito minúsculo. Para nuestra sorpresa no se encontraban abatidos, todo lo contrario, estaban sonrientes y felices. Nos dijeron que les habíamos dado una alegría muy grande con este escándalo, todos comentaban esto o aquello, que fulanita se pasó con tal cosa, o menganita tal otra. Se sintieron defendidos y reivindicados. Hubo lágrimas de emoción, gratitud y abrazos cariñosos.  Nos encontramos con viejos amigos, presos durante años, conocimos a familiares con quienes tenemos contacto por correo. Cambiamos teléfonos, direcciones, invitaciones. Fue casi un festejo.

Si pudimos darles alegría a nuestros presos políticos, aunque sólo fuera por un momento, todo el esfuerzo valió la pena.

HASTA TODOS LIBRES.