sábado, 1 de octubre de 2016

NO A UNA EXTRADICIÓN


El 23 del corriente la agencia de noticias española EFE informó sobre la negativa de la Audiencia Nacional en conceder la extradición solicitada por la Argentina del ex militar Pedro Wagner -acusado de supuestos delitos de "lesa humanidad"- en razón de la prescripción legal para los hechos que se le adjudican ocurridos muy anteriormente a la vigencia (2004) del Estatuto de Roma, que creó la figura de este tipo de delitos. Esta negativa fundada en el universal y básico principio de la irretroactividad de la ley penal, sumada a la denegación similar en el caso del ex médico naval Gori en enero de 2016, representa un ejemplo de seguridad jurídica que si bien no será del agrado de los sectores ocupados en consumar la venganza del terrorismo, merece ser imitado por la justicia argentina.

Antonio Mascardi


PAZ EN COLOMBIA

Más incertidumbres que certezas

Una vez que parece que las dos partes implicadas en el conflicto colombiano han escenificado lo que parece el final del mismo tras más de medio siglo de guerra y el comienzo de una nueva era basada en una paz duradera, hay dudas razonables acerca del desenlace. Tanto el gobierno colombiano, que preside el camaleónico Juan Manuel Santos, y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), alzadas en armas desde el año 1964, parece que esta vez van en serio y que hay voluntad para llegar a un punto y final a esta larga sangría que ha provocado ocho millones de víctimas, de las cuales seis millones son desplazados, y que la violencia sea un recuerdo del pasado en este país. Aun así, sobre la mesa hay más incertidumbres que certezas.

FIRMAR EL ACUERDO DEFINITIVO


La reciente rubrica de La Habana, tras años de negociaciones entre las partes, no es definitiva y el acuerdo final que ponga fin a la violencia en Colombia se firmará en territorio nacional. Para ello, obviamente, tendrán que levantarse las órdenes de búsqueda y captura a los máximos cabecillas de las FARC -ahora negociadores en Cuba- y la sociedad colombiana tendrá que aceptar que muchos de los crímenes perpetrados  quedarán impunes.

¿Aceptarán los colombianos esta paz de Santos a cambio de cerrar los ojos y tolerar una cierta impunidad? ¿Será ese el precio a pagar por la paz?

CONCENTRACIÓN DE LAS FARC EN VARIAS ZONAS

En total, según ha transcendido a algunos medios   bien informados -El Espectador, por ejemplo-, los guerrilleros de las FARC tendrán que agruparse en 23 zonas del país denominadas de “concentración”. Los antiguos  guerrilleros, ahora ya aceptados como actores del proceso político, se incorporarán sin armas y de civil a dichas áreas. ¿Se respetará la vida de los antiguos guerrilleros por parte de algunos grupos contrarios al proceso de paz? ¿Pasarán los antiguos terroristas, hasta hace unos días matando, secuestrando y extorsionado,  a la vida civil sin ocasionar más daños al país?

TRANSFORMAR ACUERDOS EN LEYES

Este aspecto es fundamental para las FARC,  ya que dotaría al nuevo Estado colombiano de una parte ideológica más cercana a sus intereses, mientras que el gobierno lo asume como una parte táctica. Sin embargo, para un país que es una democracia de opereta y donde los derechos fundamentales no fueron respetados nunca, ¿qué valor pueden tener estas palabras? Además, hacer concesiones a las FARC, ante el escepticismo de la sociedad y la mala imagen del proceso de paz, sería un precio demasiado alto a pagar y es más que seguro que se generarían controversias no exentas, seguramente, de violencia.

Pero, ¿cómo explicarían las FARC a la sociedad colombiana más de medio siglo de violencia sin apenas arrancar concesiones políticas a sus adversarios? Sería una renuncia histórica, en términos políticos, que las FARC abandonasen las armas sin haber conseguido ninguno de sus objetivos.

NARCOTRÁFICO

“Las FARC se consolidan como el primer cartel del narcotráfico del país”, aseguraba el diario El Espectador hace apenas un año. Las cosas no han cambiado al día de hoy y la ligazón entre el narcotráfico y la guerrilla más antigua de América es un hecho. Se calcula que el 60% del tráfico de drogas de Colombia hacia el exterior está controlado por las FARC y en los últimos años se ha detectado un aumento del número de hectáreas cultivadas de coca, habiendo llegado ya a las 160.000 en el 2015.

Numerosos cabecillas de las FARC están implicados en el negocio y no lo abandonarán fácilmente. ¿Cómo abordará este asunto el Estado colombiano, cómo se recuperarán los miles de millones de dólares depositados en el exterior por las FARC procedentes de este ilícito negocio?

RATIFICACIÓN POPULAR

El presidente Santos ha dicho siempre y lo ha repetido en todas las instancias nacionales e internacionales, incluso hasta las Naciones Unidas, que los acuerdos rubricados con las FARC serán refrendados por el pueblo colombiano en una consulta popular. El reto tiene sus riesgos, toda vez que la oposición política, pero especialmente el expresidente Álvaro Uribe que lidera al Centro Democrático, ya ha dicho que dará la batalla contra esta “paz” firmada por Santos, que según  él legitima la impunidad y la venta del país al terrorismo.


Pero también podría ocurrir que los colombianos  den la espalda a los acuerdos tras demasiados años de negociaciones. Podrían llegar a votar en contra de los  acuerdos, simplemente, o convertir a la abstención en un voto masivo de protesta contra la forma en que se ha conducido tan largo y barroco proceso.

REINSERCIÓN DE ANTIGUOS TERRORISTAS

Según las fuentes, las FARC tienen entre 8.000 y 10.000 alzados en armas al día hoy y repartidos en varios frentes a lo largo y ancho de este país agreste, montañoso, extenso y selvático. Garantizar que dejen las armas, se integren en la vida civil y política y abandonen toda actividad delictiva, tras años en la selva y un camino hacia la reintegración social realmente difícil, parecen unos objetivos, al día de hoy, imposibles de lograr. ¿Cómo conseguir que un antiguo guerrillero que hasta hace unos días volaba puentes o colocaba minas se integre en la sociedad colombiana? ¿Qué recursos se destinarán y de dónde procederán para pagar a los miles de guerrilleros que (seguramente) dejen de matar y retornen a la vida civil?

DEJACIÓN DE LAS ARMAS DEFINITIVA POR LAS
FARC


Este es uno de los aspectos más controvertidos y  complejos del proceso de paz, que no en vano se ha dejado para el final por las dificultades que entraña. Ese punto, de cumplirse, tal como está estipulado, sería el desarme de la guerrilla –u organización terrorista para el Departamento de Estado norteamericano y la Unión Europea– y el final de la utilización de la violencia como forma de hacer política, dando un paso hacia adelante histórico y poniendo fin a la pesadilla. Pero hay muchas dudas.
¿Entregarán todas las armas las FARC? ¿Harán         dejación de las armas todos los frentes de esta organización que ahora están fuera de control de la cúpula y actúan de una forma más o menos autónoma en varias zonas ignotas de Colombia? ¿Cómo controlar ese proceso si las FARC es una organización irregular sin apenas un listado de sus armas y pertrechos militares?

PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA GUERRILLA

Ya se ha dicho durante el proceso que las FARC se acabarán convirtiendo en un partido político y su máximo líder en las negociaciones, ‘Timochenko’, así lo anunció en La Habana de una forma clara: “Claro que las FARC haremos política, si esa es nuestra razón de ser, pero por medios legales y pacíficos, con los mismos derechos y garantías de los demás partidos”. Sin embargo, el gobierno colombiano todavía no ha definido, al menos públicamente, cómo se formalizará esa participación de las FARC en las instituciones y si, finalmente, se les adjudicará un cupo a los guerrilleros en el poder legislativo y en la administración local.


Este asunto, por cierto muy impopular en determinados sectores colombianos, es crucial para el éxito de la paz de Santos, pues es evidente que las FARC dejarán las armas a cambio de que el Estado ceda en algunas de sus demandas. ¿Serán capaces las FARC de participar en el juego político como un partido en igualdad de condiciones que el resto de las formaciones colombianas?

¿Cómo se podrá realizar esa reinserción política sin apoyo social y sin haberse concretado todavía los términos de la misma?

Balance desolador del conflicto. Tras más de cincuenta años de guerra entre la organización comunista Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Estado colombiano, que destinó ingentes recursos para derrotarla y no pudo, hay millones de víctimas que todavía padecen el conflicto y otros casi cuatrocientos mil colombianos  que no han vivido para contarlo. Algunos desaparecidos sin ni siquiera una tumba que los recuerde. Hay también entre seis y siete millones de desplazados –casi el 16% de población del país–, más de 3.000 desaparecidos que seguramente no aparecerán nunca y varios centenares de secuestrados en manos de las FARC de los nunca más se supo y nadie da fe de que puedan estar con vida.

@ricardoangoso

HARTO DE MESSI

El hijo del recordado escritor no se conmueve con la tristeza de un millonario futbolista. Lo sensibiliza los malabares que hace una maestra para llegar a fin de mes.

El llanto de Messi conmovió a la mayoría de los argentinos pero no a todos


Escribe Mario Sábato

Quiero felicitar al alumno Marito porque no le ha robado los útiles a su compañero de banco. Jamás ninguna de mis maestras de mi escuela en Santos Lugares me dijo algo así. No me enseñaron a ser honesto. Lo predicaron con su ejemplo y dedicación. No era un mérito, sino una obligación.

Este país, mi país, devastado por los corruptos que, como los nuevos ricos, son torpes y ridículos, y que perdona a los elegantes corruptores de siempre, se me hace como los parques de diversiones, con sus espejos deformantes que causaban gracia a los visitantes. Se veían grotescos, alargados y empequeñecidos. Y eso provocaba sus carcajadas.

Lo mismo, creo, nos pasa ahora. Solo que los espejos no son deformantes, nos reflejan cómo somos, cómicos para los demás, patéticos para nosotros.

Si fuimos grandes, alguna vez, fue por la excelencia de nuestra educación pública. Todos éramos iguales, pobres y ricos, y los guardapolvos blancos nos indicaban, sin necesidad de discursos, que teníamos los mismos derechos.

Recuerdo que la directora vivía enfrente de la escuela, y su casa era una de las más importantes del barrio. No era una gran cosa, pero tampoco era menos que la del médico, en mi modesto lugar en el mundo.

Crecí de esa manera, sabiendo algo que hoy parece olvidado. Que una maestra es tan importante como un médico. Más todavía, porque a la maestra la necesitábamos todos los días, y al médico solo nos llevaban cuando teníamos fiebre.

Nos pasó lo que nos pasó, y no nos damos cuenta de que la peor enfermedad, la de la ignorancia, es crónica y nos persigue todos los días.

Creo que me estoy quedando solo, como tantas veces me ha pasado. No me conmueve la tristeza de un jugador de fútbol, aunque sea argentino y el mejor del mundo.

Me gusta verlo jugar, y hasta me simpatiza. Pero no le agradezco su esfuerzo ni su pasión, ni me enternecen sus lágrimas, aunque sean sinceras. Este muchacho cobra 27 millones de pesos por mes por patear una pelota.

Y una maestra, como la que me enseñó a leer y escribir y, mucho más que eso, a centenares de chicos de mi barrio nos hizo saber que es bueno ser una buena persona, debe sobrevivir con algo así como 8.000 pesos mensuales. Eso sí que me hace lagrimear, y estar seguro de que vuelva Messi a la selección es mucho menos trascendente a que retorne la dignidad para los maestros que nos hicieron mejores.

Me parece infame que discutamos el valor del “Fútbol para todos” si no entendemos que es infinitamente más importante una buena educación para todos.

Sé que voy a contramano. Pero no me habitúo a los espejos que nos deforman, que nos hacen creer que lo que vale es tener el río más ancho del mundo, la avenida más larga del planeta, o un equipo de fútbol que gana una copa de no sé dónde.

Sé también que es una obviedad lo que voy a escribir: no es un seleccionado de fútbol el que nos va a salvar del país de los espejos deformantes.

Es la educación. Será una obviedad, pero pocas cosas son tan peligrosas como olvidar lo que debería ser obvio.


EL MITO DE LOS 30.000 DESAPARECIDOS

El debate sobre las víctimas de la violencia política y del terrorismo de Estado forma parte de la investigación histórica y la construcción de la democracia.

Luis Alberto Romero

"Treinta mil desaparecidos". Se nos dice que se trata de una cifra simbólica; de un adjetivo que indica la desmesura del horror.


No busquemos precisiones, pues en la redondez inalterable de la cifra está la clave que sostiene todo el arco de los derechos humanos. En suma, se nos dice que se trata de un mito.

Los mitos ocupan un lugar fundamental en cualquier CULTURA, pasada y presente. Explican lo inexplicable para la razón y sostienen las creencias y los valores. No se trata sólo de los viejos mitos, de Osiris o de Edipo. En el secularizado y desencantado mundo moderno los mitos cívicos o políticos ocupan el lugar dejado vacante por la religión.

Nuestra nacionalidad, por ejemplo, reposa sobre el mito fundador del 25 DE MAYO de 1810; la clásica narración del nacimiento de la Patria viene acompañada por otros mitos menores, como el sargento Cabral, el tambor de Tacuarí o las niñas de Ayohuma, y algunos mayores, como el de los héroes fundadores.

Es tarea de los historiadores examinar y desarmar estos mitos y presentar verdades menos cómodas. Por ejemplo, explicar que la nación no surgió un día sino que fue el resultado de una lenta CONSTRUCCIÓN, sólo madurada a fines del siglo XIX. Para el historiador preocupado por cuestiones públicas, como la educación escolar, las cosas son más complicadas. Es difícil conmover a un niño con algo tan abstracto como la patria sin la ayuda de un relato mítico. Sólo cabe discutir a qué edad el niño madura como para saber que la nación es una creación histórica, o que los héroes fueron personas notables, pero con todas las características de los restantes humanos.

¿Qué hace un historiador con la cifra de los 30.000 desaparecidos? Comienza constatando que, después de más de treinta años, sólo se han reunido referencias positivas sobre unos 9.000. Nadie reclamó ni dio precisiones sobre los 21.000 restantes; ni padres ni amigos ni familiares. Y ya no vale el argumento del miedo y el silencio.

Luego conjetura sobre el origen de esa cifra y sobre la escasa posibilidad que tuvieron en ese momento -plena dictadura- las organizaciones de derechos humanos para reunir una información precisa.

Finalmente recuerda las excelentes razones que las mismas tuvieron entonces para lanzar una hipérbole contundente y útil sobre la que, en definitiva, se fundaría la democracia.

Habría razones para mantener ese mito. Si estamos convencidos de que la democracia sigue amenazada por las oscuras fuerzas de la dictadura. Si tenemos poca confianza sobre las capacidades de intelección o la solidez de las convicciones de nuestros ciudadanos. Si, en suma, los seguimos considerando como niños. Pero no es éste el caso.

Además, aceptarla sin más supone otro conflicto para quienes nos sentimos comprometidos con la defensa de la democracia y los derechos humanos. El mito de los 30.000 desaparecidos, importante para el deber de "memoria", entra en colisión con otro deber: la "verdad".

LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD

No se puede construir la democracia sobre la falsedad. Nadie podría decidir que la búsqueda de la verdad deba detenerse ante un mito. No es admisible descalificar la búsqueda esgrimiendo la sacralidad del mito. Esto se le puede pedir a una comunidad religiosa pero no a la ciudadanía madura. Quienes la buscan no deberían conformarse con murmurar, como Galileo después de su obligada retractación, "y sin embargo se mueve".

¿Por qué debemos seguir adelante, indagando sobre el número real de desaparecidos? La pregunta sobre el funcionamiento preciso del Estado represor no es banal. Debemos saber a quiénes se mató desde el Estado, y cómo se los eligió. ¿Hubo un criterio unificado o bastó con figurar en una libreta de direcciones o estar en el lugar y el momento inapropiados? Eso creímos, por ejemplo, con las víctimas de "la noche de los lápices", antes de saber que fueron seleccionados según objetivos precisos.


Necesitamos un recto conocimiento de lo ocurrido en esos años para entender la anatomía y la fisiología del mal.

La aspiración a la verdad debe llevarnos más allá de ajustar las cifras. Tenemos que discutir y cuestionar los criterios con los que hemos confeccionado, entre tantos muertos, la lista de las víctimas que deben ser conmemoradas.

Es una cuestión que atañe a la democracia en su conjunto y que, por eso, debe ser hecha con una perspectiva más amplia que la de los familiares, comprensiblemente subjetiva.

¿Por qué se computan sólo los muertos a partir de marzo de 1976 y no los de años anteriores, ya fueran víctimas de la Triple A o de las organizaciones armadas? ¿Por qué están en la lista los que asaltaron el Regimiento de Monte, en Formosa, y no los soldados conscriptos que murieron defendiéndolo? ¿Por qué se reconoce oficialmente sólo a quienes estaban vinculados de algún modo con las organizaciones armadas, y no a las víctimas de esas organizaciones, muchas de ellas casuales?

EL PASADO, LA MEMORIA Y LA HISTORIA

No se trata aquí de una cuestión judicial sino de comprensión del pasado, de memoria y de historia. Dejemos para otra ocasión las urticantes cuestiones de la manipulación del mito con fines espurios o las oscuras derivas de algunos de sus custodios.

Aun así, la democracia requiere que -sin desvalorar lo hecho por las organizaciones de derechos humanos- superemos una mirada sectorial y examinemos lo ocurrido como una tragedia que le sucedió al país, que nos sucedió a todos.

Requiere que, además de deslindar responsabilidades, examinemos el pasado desde una perspectiva humanista a la que las organizaciones de derechos humanos parecen renunciar cuando se embarcan en el camino sectario.

Quizás lo mejor sea que la ciudadanía recuerde a todos los muertos en la tragedia, reunidos sin distinciones en un memorial común, como lo propuso el recordado Héctor Leis.

Superar el trauma requiere conocerlo, iluminarlo con la verdad. La búsqueda de la verdad no puede clausurarse ni con el epíteto de "negacionista" ni con la condena social o política de quienes, con espíritu libre, plantean el debate. La cifra de 30.000 desaparecidos tuvo su razón de ser, y es probable que aún la tenga para un grupo sensible.

Admitamos que quizá no sea éste el momento de abordar la cuestión, aunque la exigencia de la verdad nos acucie. Pero sepamos que en algún momento deberemos haber crecido lo suficiente como para mirar el pasado de frente.

* (Publicado en el diario Los Andes 04-09-2016)

viernes, 30 de septiembre de 2016

FALLECIÓ OTRO PRESO POLÍTICO


Estimados Amigos:

A través de la Unión de Promociones hemos tomado conocimiento que el viernes 30 de Septiembre de 2016 falleció  el señor Teniente Coronel ( R ) Educación Física Walter Amadeo Mello (Ejército Argentino), injustamente detenido como Preso Político.

Consecuentemente, ya son 381 (trescientos ochenta y uno) los fallecidos, pertenecientes a todas las Fuerzas Armadas, Fuerzas de Seguridad, Fuerzas Policiales, Fuerzas Penitenciarias y Civiles; en el marco de este proceso de persecución, venganza y exterminio, donde SE CONTINÚAN REPITIENDO en forma sistemática infinidad de irregularidades jurídicas, instrumentadas en el ámbito de una justicia prevaricadora.

Debe destacarse que del total de Presos Políticos que han fallecido, 41 (cuarenta y un) decesos se han producido desde el día 10 de Diciembre de 2015.

Reiteramos nuestra solicitud a todos los integrantes de las FFAA, Fuerzas de Seguridad, Fuerzas Policiales y Fuerzas Penitenciarias, a las distintas ONG e Instituciones, a familiares, amigos y allegados en general, a continuar sumándose en apoyo de todos quienes deben enfrentar esta injusta situación, a fin de afirmar, fortalecer e incrementar el planteo de los justos reclamos por acceder a una justicia verdaderamente independiente, imparcial y objetiva, a través del irrestricto respeto por la Constitución Nacional. La continuación de la ardua lucha en su apoyo, por la recuperación plena del estado de derecho y por la reparación del respeto y la credibilidad de las Instituciones de la República, así lo exige.

Expresamos nuestras sentidas condolencias a todos sus familiares, allegados, compañeros y amigos, rogándole al Señor, les conceda pronta y cristiana resignación.

Dadas las avanzadas edades y estados de salud de los Presos Políticos en la Argentina, estas lamentables noticias son cada vez más seguidas. Una vez más levantamos nuestra voz hacia el poder de turno, no pueden continuar con esta matanza selectiva… es su obligación como presidente de todos los argentinos garantizar el debido proceso, la igualdad ante la ley, brindar asistencia sanitaria adecuada y por sobre todo lograr la unión de la sociedad para superar las antinomias que después de 205 años aún nos mantienen divididos. Es hora de sin odios, ni venganzas, es hora de una mirada superadora. ¡BASTA!

Sinceramente,

Pacificación Nacional Definitiva

por una Nueva Década en Paz y para Siempre

AMENAZAN DE MUERTE A HIJA DE MILITAR: “SABEMOS DÓNDE PASEÁS CON TUS HIJOS”

La víctima asegura estar en peligro real y que no cuenta con ninguna garantía: "Yo sé que son capaces de matar". Hace más de diez días que debe esconderse en distintos lugares. No es el único caso en su entorno.


Sep 29, 2016

Escribe: David Rey

Lo que faltaba.

A la interminable secuencia de atropellos, persecuciones y hostigamiento por parte de la “justicia” argentina hacia los miembros de las fuerzas de seguridad que en la época de los 70 combatieron contra las organizaciones terroristas, se suma un hecho no menos aberrante y, por cierto, más preocupante aún: acaban de amenazar de muerte a la hija de un militar procesado por delitos de Lesa Humanidad. Lo mismo se da en el contexto de recientes reveses judiciales que parecen exasperar a quienes más se han beneficiado con el clima de venganza y revanchismo que durante más de diez años alentó el gobierno kirchnerista.

Este redactor acaso se hace eco de las desesperadas declaraciones de una persona que, mientras que aporta todos los pormenores, aterrorizada ruega que no sean consignados su nombre, ni el de su padre, ni mucho menos el de los jueces de la causa en la que está implicado. Aquello que un día comenzó por ser un insulto a través de redes sociales, hoy llega al penoso extremo de involucrar la vida de quienes nada tienen que ver con esta historia. “Me amenazaron con matarme. Me dijeron que me calle porque iba a terminar muerta…”, confió. Acto seguido, le aseguraron: “Sabemos dónde paseás con tus hijos. Vas a tener que cuidarlos cuando andes con ellos por la calle”.

De hecho, la persona con la que se contactó DAVID REY.com.ar afirmó que hace días que se siente perseguida. Y que sabe quiénes, cómo y dónde la han estado observando. En fin, sabe perfectamente de dónde provienen las amenazas, pero de la misma manera en que no puede permitir que la prensa difunda con nombres y apellidos (con esta condición brindó su alarmante testimonio) tampoco puede denunciarlos ante la Justicia, y precisamente porque ellos, hoy, son la Justicia. “Estoy en peligro real”, confió a este medio, “fueron terroristas. Yo sé que son capaces de matar”.

“Están cebados de furia, y el foco, en este momento, soy yo. Son capaces de cualquier cosa con tal de seguir teniendo el poder”, dijo la persona amenazada. “Yo no tengo nada que ver con nada. Lo único que hice fue intentar defender a mi papá. Yo, hoy, no estoy segura en mi ciudad. Estoy muy insegura. Y vivo movilizándome de aquí para allá con mis hijos. Estamos muy solos. Soy hija de un militar y sé, más o menos, cómo manejarme en ciertas circunstancias. Pero no sé… hasta cuándo voy a poder seguir así. No hay ninguna garantía tanto para mí como para la vida de mis hijos. Es muy peligrosa esta situación. Ellos están perdiendo poder, y no hay nada más peligroso que un terrorista perdiendo poder. Son capaces de cualquier cosa. El terrorista, para sembrar pánico en la población, mata a uno. Y estas personas no tienen ningún drama en seguir matando”.

A todo esto, agrega dos angustiosos precedentes: “A mi papá ya intentaron matarlo. Somos varios los testigos de que quisieron matarlo. Yo sé que hoy me quieren hacer daño a mí para dejarle un mensaje encubierto a la sociedad. Hoy no me animo a salir de esta habitación, y mañana ya sé que me tengo que cambiar de lugar”.

“Están cebados de furia y el foco, en este momento, soy yo”.

Por otra parte, confió a DAVIDREY.com.ar que entre los tantos allegados que fueron perseguidos y amenazados, como ella, hubo quien –por temor– incluso tuvo que irse de este país. “Le habían puesto un matón para que lo siguiera a todos lados, igual que a mí”, añadió.

Este humilde redactor lamenta no sólo la necesariamente escueta información aquí ofrecida sino que además se excusa ante el lector por la inusual práctica de referir entidades sin nombres y hechos más bien imprecisos. Acaso estas cuestiones configuran la condición sine qua non para poder reflejar el calvario de una persona que hoy no sólo teme por su vida sino además por las de sus hijos, El hecho también sirve para ilustrar el “costado oscuro” de los juicios de Lesa Humanidad que se llevan a cabo en Argentina.

Testimonios falsos, memoria “construida” (léase inventada, falseada), fiscales militantes, jueces con pasado terrorista, indemnizaciones que prácticamente las víctimas pagan a sus victimarios, ya casi 400 Presos Políticos muertos en cautiverio… son apenas algunos de los “ítems” que completan toda esta grosera farsa que propone retrotraernos cuarenta años en el tiempo y a la que ahora se suma una no menos significativa cuestión: la amenaza de muerte.

En fin: es cierto que con el advenimiento del macrismo no se han visto grandes cambios en materia de terminar con los “circos judiciales” en torno a los años 70, pero al menos sí podría deducirse el poco interés oficial en lo que respecta a involucrarse en la cuestión (más allá de alguna impostura estrictamente “protocolar”, “correctista”). Ya no se presiona tanto a los jueces como antes, lo cual es suficiente para que al menos algunas causas adquieran virajes repentinos que, en definitiva, desnudan la tan capciosa como enfermiza naturaleza de los llamados “juicios de lesa”.

Están perdiendo poder, efectivamente… pero no por otra cosa que por la propia inercia de un entremés corrupto que ya no cuenta con tanto apoyo oficial. Están perdiendo poder porque antes se relamían encerrando, torturando y matando generales… ahora tienen que satisfacer esa misma psicosis homicida amenazando a simples ciudadanos: “Callate porque te vamos a matar (…). Sabemos dónde paseás con tus hijos. Vas a tener que cuidarlos cuando andes con ellos por la calle”.

Claramente, son psicópatas: no les basta con la amenaza propiamente dicha, acaso ni les satisfaría la concreción de la misma sino que necesitan tocar donde más duele. Disfrutan del hecho de provocar indefensión en el objetivo, en la víctima. Es su modo de ser en la vida: saben lo que hacen, abrazan la firme decisión de dañar. Perversos así, durante mucho más de doce años ocuparon cargos públicos y han sido nada menos que reivindicados por todo el arco político, toda la prensa nacional y buena parte de la ciudadanía argentina, la que sin embargo votó un cambio de escenario hace poco.

A esta última, dadas las circunstancias, resta apelar en función de hacer primar el sentido común por sobre todo resabio político e ideológico. Mientras usted, lector, termina de leer este artículo, la persona que me concedió esta entrevista y que, por precaución, no puede dar su nombre, está cambiando de domicilio para seguir escapando de los matones que la amenazaron con matarla a ella y a sus hijos. ¿Y si fuera usted, lector…? ¿Qué esperaría de los argentinos?

Ojalá, gracias al sentido común de los argentinos, dentro de poco sea posible contar esta misma historia… con nombres y apellidos. Y que, por cierto, sea la última historia de estas características.

Por precaución, DAVIDREY.com.ar no subscribe el material documental que cerciora la validez de la información brindada.


CAMINO DE CONCORDIA


Vergüenza, rabia, impotencia, es lo que siento frente a la noticia de que, con diferencia de cinco horas, han muerto en Santiago del Estero dos imputados en la Megacausa III, causa suspendida el viernes último, debido a las múltiples denuncias y quejas de defensores que son de público conocimiento, ya que el tribunal estaba integrado por dos ex miembros del ERP y un juez que fue querellante en causas de la APDH. Antes del inicio del juicio y desde que comenzó, esto fue advertido por los medios de prensa de todo el país, a los cuales, parece, se hicieron oídos sordos y lecturas ciegas. El coronel Cayetano Fiorini, con 87 años, estaba ciego, con graves problemas renales y cardíacos y su informe médico era lapidario. Su abogado, Facundo Maggio, advirtió una y otra vez públicamente "que su defendido se moría, rogando sea separado del juicio". El ex juez federal Arturo Horacio Liendo Roca, de 80 años, estaba con muy serios problemas de corazón y en ambos casos los médicos dijeron que no soportarían las presiones de un juicio, ni siquiera asistiendo por videoconferencia. No hubo piedad ni derechos humanos para ellos. En el país del cambio, ésta sigue siendo una deuda pendiente y alguien tendrá que hacerse cargo de los ancianos que están muriendo presos (en los últimos diez días han fallecido diez presos políticos, según informa UP), y de las más de 2000 familias que hoy todavía tienen a sus padres, maridos, abuelos, privados de su libertad por haber defendido a la patria. Esto genera que miles de nietos no conozcan a sus abuelos y que mujeres valientes cumplan roles de papá, abuelos, etc. Y que se siga dividiendo a los argentinos.

Al presidente Macri, al Poder Judicial, a la Iglesia, a las Fuerzas Armadas y de seguridad, a la prensa, a los ciudadanos todos, nos cabe la enorme responsabilidad de encontrar el camino de la concordia y la paz porque nuestros hijos y nietos así lo merecen. No podemos permitir más atropellos a la dignidad humana, como estos dos fallecimientos en Santiago del Estero, que nos deben llenar de vergüenza.

El año de la Misericordia está por terminar... demos el gran paso. Argentinos, unámonos para hacer de ésta la gran nación que supo ser.

Luz García Hamilton
DNI 12.870.132


ROBERTO SANTUCHO, JURISTA

Por Mauricio Ortín

En los juicios sustanciados durante la presidencia de los Kirchner y  la actual del presidente Macri contra policías, militares, empresarios, jueces y sacerdotes, calificados con la figura de delito de lesa humanidad, lo que se les atribuye es la responsabilidad por los actos cometidos a la subversión durante la represión estatal  en la década de 1970. El sambenito de criminal de lesa humanidad le cabe le cabe a todo aquel, civil o militar, que reprimió, colaboró o no denunció a los represores. El disparate jurídico-moral que oficia de axioma de la “política de derechos humanos” del gobierno anterior y del actual es que el acto de reprimir a la guerrilla, más allá de la forma, es criminal en sí mismo. De allí, que los jueces (incluidos los de la Corte Suprema), los fiscales, los secretarios de derechos humanos de la nación y de las provincias confunden ex profeso a la represión estatal con la patraña de que se trató de un genocidio perpetrado por las FF.AA en connivencia con los empresarios, la oligarquía y el gobierno de los EE.UU; “un plan sistemático de persecución y aniquilamiento de un sector de la población civil”. Esa es la figura penal en la que se incluye a todos aquellos que participaron, o no (se condena sin pruebas), de la reacción natural, patriótica, defensiva, obvia, legal e inexcusable (del gobierno constitucional, primero y del militar, después) de reprimir a los terroristas del ERP y Montoneros que a fuerza de asesinatos pretendían pavimentar su camino al poder e instaurar un Estado totalitario. Claro que para hacer encajar los hechos históricos en tan estrecho molde, jueces y fiscales hubieron de amputarlos mediante  hachazo limpio. Llamar, por ejemplo, “población civil” a sujetos que se reivindican todavía como soldados de un ejército que mataron, asaltaron cuarteles, secuestraron, extorsionaron, robaron y que pretendieron provocar la secesión de parte del territorio es la mentira más  torpe y desmañada de la que se tenga memoria en la historia del derecho. La niña judía Ana Frank, asesinada por los nazis, era “población civil”. Lo mismo la pequeña María Fernanda Viola, asesinada por el ERP. ¿Acaso existen jueces que sostengan que  los asesinos de María Fernanda son más víctimas que la propia niña? Pues, de hecho, que sí. Allí está la madre, Maby Picón, pidiendo la justicia que le niegan mientras  los asesinos declaran como testigos víctimas en la causa por el Operativo Independencia. Y para los políticos aquí no pasa nada. Al gobernador de Tucumán o al presidente Macri no se les mueve un pelo.  Sarlo escribió en esa línea a propósito del carnicero que mató al delincuente que lo asaltó. Se refirió al fascismo que anida en todos los que justifican ese tipo de acciones. También atribuyó responsabilidades por dicho fascismo a la última dictadura militar. Nada dijo, sin embargo, de los que asesinan policías o de los subversivos con sus inumerables  asesinatos. Tal vez, porque como dice Gerardo Romano, los montoneros “mataban con respeto”. Está claro que no se juzga el, cómo, se reprimió sino el hecho de reprimir. El “cómo” se juzgó en la causa 13 del Juicio a las Juntas. Allí los jueces (que no eran los naturales) expresamente fallaron a favor de que existía la necesidad imperiosa de reprimir; mas, condenaron la forma en que se reprimió. Dicho fallo, también, afirma  que se trató de guerra declarada e iniciada por las bandas terroristas. En modo alguno sostiene la patraña ridícula de un “plan sistemático de exterminio de la población civil”. Mote, este último, que de ningún modo le cabe a la Compañía de Monte “Ramón Rosa Giménez”, la banda terrorista que actuaba en Tucumán. El rosario de hechos incontrovertibles, como accesibles a cualquiera con un mínimo de voluntad, son campanas de palo para los oídos de jueces y de funcionarios de derechos humanos. Para estos, “El Operativo Independencia” les resulta  como esa película de terror donde un grupo de cándidos Boy Scouts, durante un  picnic, es sorprendido por militares psicópatas y sedientos de sangre.

El 30 de junio de 1973, el jefe del ERP, Roberto Santucho, en conferencia de prensa anuncia su teoría (hito actual de la “jurisprudencia” argentina) según la cual reprimir a la guerrilla es un crimen. Textualmente, advierte al gobierno constitucional de entonces: “Mientras se abraza con los militares contrarrevolucionarios se prepara a atacar, junto con ellos, a la guerrilla… si se atreve a hacerlo, cediendo a las presiones reaccionarias, se colocará sin duda en completa ilegalidad”



He ahí la fuente del derecho argentino sobre  lesa humanidad.

“TODO ES IGUAL, NADA ES MEJOR”…

Buenos Aires, 26 de septiembre de 2016

Sr. Director:

“Todo es igual, nada es mejor”…


Tratándose de la democracia y de los partidos políticos argentinos, la sabia frase del inefable filósofo creador del famoso tango “cambalache”, viene como anillo al dedo. En efecto, la descripción que Enrique Santos Discépolo hacía del mundo allá por los años treinta y tantos, es una genialidad que ha traspasado el tiempo y nos enfrenta con la realidad de la condición humana.


¿Quién puede decir que en materia de política y gobierno, desde 1983 a la fecha, tal o cual partido se han distinguido por su afán de perseguir el Bien Común?... La respuesta es ninguno. Es decir que en la política democrática moderna de la Argentina, “todo es igual, nada es mejor”. Y por favor, para rebatir estos dichos, no vengan los aludidos con el “relato” que cada partido tiene para hacerle creer a la gente que, efectivamente, se preocupan por el prójimo y que luchan por alcanzar el bien común, porque está hartamente demostrado que en esta democracia la única lucha que importa es la lucha por el poder.

En diciembre del año pasado a poco de que el actual partido gobernante ganara las elecciones, en un acto conmemorativo por un nuevo aniversario del 3 de Diciembre de 1990, pronuncié un discurso en el que me encargué de señalar cómo los gobiernos de los Kirchner, formando parte de la revolución anticristiana habían destruido a nuestro país a lo largo de doce penosos años.

Luego agregué:

“En síntesis, así como la revolución anticristiana ha avanzado a pasos agigantados en todo el mundo, también en nuestro país de la mano de gobiernos democráticos alejados de los valores cristianos, la contracultura ha logrado objetivos enormemente dañinos para la salud mental de nuestros conciudadanos.”

"Al tiempo real que describimos este proceso revolucionario, hace apenas unos días, nuestro país ha participado de un proceso electoralista que permite aventurar algunas conclusiones respecto de lo que acabamos de señalar. En tal sentido, decimos que más del 50% de nuestra población fue a votar convencida de que:

  • Se recuperará en la Argentina la institución de la Justicia que fue mancillada por largos años.
  • Se recuperará en la Argentina la cultura del trabajo.
  • Se recuperará la Argentina de los valores éticos y morales subvertidos en los años del último gobierno.
  • Se recuperarán las instituciones armadas de la Nación y una política de Defensa Nacional soberana.
  • Se recuperará en la Argentina la seguridad de sus habitantes.
  • Se recuperará la Argentina del liderazgo intelectual que la caracterizó a lo largo de su existencia y que se dilapidó en los últimos años.
  • Se recuperará la soberanía de sus fronteras entregadas a manos extranjeras con fines electoralistas.
  • Se recuperará la Argentina del sentido común y del valor de la Justicia que permite castigar al culpable y premiar al trabajador".

“Muchos de nuestros compatriotas que aún creen en el sistema, piensan que estamos transitando un momento de cambio histórico que permitirá concretar una respuesta positiva a cada uno de los interrogantes planteados. Sin ánimos de querer tirar por tierra las expectativas de quienes así piensan, incluyendo familiares, amigos, y gente cercana, quienes descreemos del sistema electoralista y de la democracia alejada de los valores cristianos, estandarte principal de la revolución anticristiana, de la cual participan tanto oficialistas como “supuestamente opositores”, no vamos a decir nada nuevo si afirmamos en esta ocasión que nada que venga del sistema réprobo electoralista, puede transformarse en algo virtuoso y así alcanzar el bien común de los argentinos en su sentido más estricto”…

Pasaron nueve meses desde entonces y conforme con aquellas expectativas de muchos argentinos, hoy podemos decir que sólo hemos recuperado para la Argentina, una cuestión formal, de mejores modales, buen trato y de menor corrupción. En materia de políticas de fondo, la Argentina sigue inexorablemente la huella del camino que la conduce a ser un estado fallido. Aquella promesa incumplida de “voy a terminar con el curro de los derechos humanos” y que, sin dudas, le aportó al actual gobierno el voto masivo de la clase media, resultó más que un botón de muestra.


El nuevo presidente, intentando como política fundamental de su gobierno, “diferenciarse” de su antecesora, se refugia permanentemente en el funcionamiento de las instituciones. Pero lo grave es que, previamente, no genera los mecanismos constitucionales para depurarlas de quienes a lo largo de doce años se encargaron de corromperlas, desvirtuarlas y desnaturalizarlas. Y así avala a todos los jueces que con su conducta prevaricadora le han quitado su esencia a la República. Que el ex guerrillero y terrorista Eduardo Anguita (condenado a 18 años de prisión no cumplidos por el asesinato del teniente coronel Raúl Duarte Hardoy), presente un libro sobre derechos humanos del presidente de la Corte Suprema de Justicia, me exime de mayores comentarios. Sólo habría que agregar que así se entiende más porque la delincuencia no recibe castigo o porque tantos militares que combatieron al terrorismo mueren en las cárceles o son sometidos al escarnio público.


Por supuesto, Macri no es Néstor ni tampoco Cristina, pero no nos quedemos con los últimos gobiernos, tampoco es Alfonsín, ni Menem, ni Duhalde ni De La Rúa. Todos ellos son distintos entre sí y buscan diferenciarse. Pero si los juzgamos por lo que han hecho por el bien común, no hay dudas que: “Todo es igual, nada es mejor”…

¡Por Dios y por la Patria!

Hugo Reinaldo Abete
Ex Mayor E.A.

NOTA: Las imágenes no corresponden a la nota original. 

JAIME-LÓPEZ Y LA PARTUZA CON MINAS EN EL MÓDULO 1 DE EZEIZA

por Guillermo Cherashny • 29/09/2016


















Lejos en el tiempo quedaron esos días en los cuales José López estaba en una profunda depresión por su escandalosa excursión al convento entrando bolsos llenos de 9 millones de dólares, cuando había designado defensora a la abogada hot. Unas semanas se hizo el loco y tenía visiones y delirios místicos hasta que encontró a un viejo vecino y compañero de gabinete como fue Ricardo Jaime, el ex secretario de transporte, quien le levantó el ánimo con una frase que retumbó en sus oídos: “Si aguantamos al furia y a la loca durante doce años en Santa Cruz, Ezeiza es un paraíso”, lo que provocó que se rieran a carcajadas los dos, que estaban en módulos distintos y finalmente se reunieron en el módulo 1, y los restantes 28 presos empezaron a almorzar y cenar muy bien, gracias a las generosas donaciones de los dos ex secretarios, quienes aportan una comida que en la cárcel no hay.

Pero no sólo eso, sino que ambos reciben tres veces por semana visitas higiénicas de jóvenes que en mercado valen 500 dólares pero por visitarlos y satisfacerlos en el penal suben sus estipendios a 1000 dólares cada vez.

Además de todo esto, ven la televisión, aunque no programas políticos, y están convencidos de que en dos años, bien en las prórrogas de seis meses, estarán libres, por lo cual, aunque algunos crean que se van a quebrar y convertirse en arrepentidos para delatar su ex jefa, a ellos no les pasa por la cabeza convertirse en buchones. Fuentes bien informadas señalan que Julio de Vido y su ex secretario privado José María Olazagasti se encargan de los gastos y placeres personales de los hoy reclusos.

Guillermo Cherashny


jueves, 29 de septiembre de 2016

FALLECIERON MAS PRESOS POLÍTICOS


Estimados Amigos:

A través de la Unión de Promociones hemos tomado conocimiento que el lunes el 26 de septiembre de 2016 falleció  el señor Comisario (R) Antonio Filiz (Policía de la Provincia de Córdoba), Preso Político que fue juzgado en el "juicio" por la llamada "Megacausa de La Perla" y a quien recientemente el Tribunal Oral Federal 1 (TOF 1) de la Ciudad de Córdoba le había dictado su Absolución.

Asimismo, a través del presente Mensaje y luego del chequeo y ratificación de información que continúa siendo recibida, lamenta tener que confirmar -con carácter retroactivo- el fallecimiento del señor Comisario (R) Germán Américo Montenegro (Policía de la Provincia de Buenos Aires), acaecido el día 31 de diciembre de 2015.

En otro orden, SE RECTIFICA la información acerca del presunto fallecimiento (se encontraba en el listado con "fecha a confirmar") del señor Suboficial Principal (R) Miguel Ángel LUCERO (Policía de la Provincia de Buenos Aires), quien fuera oportunamente condenado y posteriormente se dictara su excarcelación.

Consecuentemente, ya son 380 (trescientos ochenta) los fallecidos, pertenecientes a todas las Fuerzas Armadas, Fuerzas de Seguridad, Fuerzas Policiales, Fuerzas Penitenciarias y Civiles; en el marco de este proceso de persecución, venganza y exterminio, donde SE CONTINÚAN REPITIENDO en forma sistemática, infinidad de irregularidades jurídicas, instrumentadas en el ámbito de una justicia prevaricadora.

Se destaca que del total de Presos Políticos que han fallecido, ya son 40 (cuarenta) los decesos que se han producido desde el día 10 de Diciembre de 2015.

Reiteramos nuestra solicitud a todos los integrantes de las FFAA, Fuerzas de Seguridad, Fuerzas Policiales y Fuerzas Penitenciarias, a las distintas ONG e Instituciones, a familiares, amigos y allegados en general, a continuar sumándose en apoyo de todos quienes deben enfrentar esta injusta situación, a fin de afirmar, fortalecer e incrementar el planteo de los justos reclamos por acceder a una justicia verdaderamente independiente, imparcial y objetiva, a través del irrestricto respeto por la Constitución Nacional. La continuación de la ardua lucha en su apoyo, por la recuperación plena del estado de derecho y por la reparación del respeto y la credibilidad de las Instituciones de la República, así lo exige.

Expresamos nuestras sentidas condolencias a todos sus familiares, allegados, compañeros y amigos, rogándole al Señor, les conceda pronta y cristiana resignación.

Dadas las avanzadas edades y estados de salud de los Presos Políticos en la Argentina, estas lamentables noticias son cada vez más seguidas. Una vez más levantamos nuestra voz hacia el poder de turno, no pueden continuar con esta matanza selectiva… es su obligación como presidente de todos los argentinos garantizar el debido proceso, la igualdad ante la ley, brindar asistencia sanitaria adecuada y por sobre todo lograr la unión de la sociedad para superar las antinomias que después de 205 años aún nos mantienen divididos. Es hora de sin odios, ni venganzas, es hora de una mirada superadora. ¡BASTA!

Sinceramente,

Pacificación Nacional Definitiva

por una Nueva Década en Paz y para Siempre