sábado, 18 de febrero de 2017

MILES DE PRESOS POLÍTICOS ESPERAN SER LIBERADOS EN ARGENTINA

16 de febrero de 2017 - 20:02  - Por Luis Leonel León

"En Argentina hay más de 3.000 presos políticos, a quienes se les ha violado el derecho de defensa. No se les ha concedido la presunción de inocencia. No se ha respetado el debido proceso legal", denunció el activista cubano Armando Valladares

Los abogados Santiago Sinópoli y Victoria Villarruel, poseen amplia experiencia
en la investigación de los temas vinculados con los presos políticos en Argentina.
CORTESÍA / Wenceslao Cruz
“En la década de los 70’ hubo terrorismo en la Argentina. Se ha dicho y se ha hecho mucho a favor de las víctimas de las fuerzas estatales que tuvieron que recuperar el estado orden en ese país. Pero se ha dicho muy poco de los terroristas que también causaron víctimas”, señaló el destacado abogado y politólogo boliviano Carlos Sánchez Berzaín, en la presentación del coloquio “Derechos humanos y juicios de lesa humanidad en Argentina”, que sesionó en Casa Bacardí, sede del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos (ICCAS) de la Universidad de Miami.

“Hoy en Argentina hay más de 3.000 presos políticos, a quienes se les ha violado el derecho de defensa. No se les ha concedido la presunción de inocencia. No se ha respetado el debido proceso legal. No se les ha permitido tener jueces imparciales. Se ha presumido su culpabilidad como cuestión de Estado. Desde antes de ser detenidos y enjuiciados, ya estaban condenados por decisión política de un régimen tan arbitrario como corrupto”, denunció el intelectual y activista cubano Armando Valladares, al presentar a los dos abogados argentinos protagonistas del evento, Santiago Sinópoli y Victoria Villarruel, con amplia experiencia en la investigación de los temas.

“Estas conferencias tratan de reclamar por los olvidados, por los estigmatizados, por los derrotados, por los sin voz. Esta es una causa en la que yo milito porque fui un día un preso político, un preso de conciencia, un estigmatizado, un sin voz, una víctima de la dictadura castrista”, recordó a los presentes Valladares, quien sufrió en las cárceles cubanas desde experimentos psicológicos y biológicos hasta trabajos forzados y celdas de aislamiento sin luz ni natural ni artificial.

Ser políticamente correctos, a veces es cobardía

“Muchos de los presos políticos que hay en Argentina están enfermos y debían de ser puestos en libertad de inmediato. Pocos periodistas y organizaciones se atreven a denunciar esa situación. Por aquello de ser ‘políticamente correctos’ y a veces esa corrección es una zona reservada a la cobardía. Por suerte una ola de repudio a lo políticamente correcto recorre el mundo en estos días”, expresó Valladares, autor de Contra toda esperanza: 22 años en el Gulag de las Américas (1985), memorias de sus años en presidio.

Miembros del panel que denunció la situación de los presos políticos en Argentina,
en una conferencia en la Universidad de Miami. Miembros del panel que denunció la situación
de los presos políticos en Argentina, en una conferencia en la Universidad de Miami.
CORTESÍA / Wenceslao Cruz





“Este foro tiene el objetivo de escuchar a valientes defensores de las víctimas de ese silencio cómplice y de apoyar a los voceros de los olvidados. Hay presos políticos en las peores condiciones en las cárceles argentinas que han llegado a tal condición por el sólo hecho de que fueron escogidos por los Kirchner para dar un escarmiento, para que ‘nunca jamás’, en lugar de ser una frase de defensa de los derechos humanos, se convierta en una señal de terror para los defensores de la libertad. Los que con la metralla mataron a seres humanos inocentes y llenaron de luto hogares argentinos durante la guerra subversiva, después, desde el gobierno, siguieron llenando de tristeza y lágrimas los hogares argentinos”, concluyó el prisionero de político del castrismo por más de 22 años y luego embajador de Estados Unidos en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

Los que ganaron militarmente la guerra, fueron derrotados políticamente

Berzaín insistió en que la administración de los Kirchner (2003-2016) estuvo absolutamente vinculada al castrismo y el chavismo y formó parte del proceso de desinstitucionalización de la democracia que vive Las Américas, además de la extendida corrupción que los caracterizó y que cada vez se hace más evidente.

“Resulta que en el gobierno de los Kirchner, los vencedores de esa guerra -que se llamó Guerra Sucia de los 70’ en la Argentina y que fue un proceso de sublevación urbana- aunque ganaron militarmente la guerra, fueron derrotados políticamente. Y a través de una serie de procedimientos cuasi legales, cuasi jurídicos, fueron convertidos en presos políticos, que no existen por cientos como los hay en Venezuela, Cuba o Bolivia, sino que son miles de presos políticos los que por estas razones hay en Argentina”, enfatizó Berzaín, creador y director ejecutivo del Interamerican Institute for Democracy (IID), institución que el pasado año, en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, realizó un primer foro sobre los presos políticos en ese país.

El dinero, y no las ideas, lo está manejando todo

“La dictadura militar en la Argentina desapareció, pero luego ocurrió algo que tal vez ha sido peor. Aún hay miles de presos políticos. Muchos de ellos condenados en juicios exagerados y sin garantías”, explicó el Dr. Sinópoli, para quien “El juicio imparcial no existe. La imparcialidad de los jueces no existe. El dinero, y no las ideas, lo está manejando todo. Todos los procesos son caricaturas de procesos. Y más allá del maquillaje de juicios justos, lo que hay es un exterminio. Pues muchos de los presos políticos que hay en Argentina ya tienen 65 años y cuando sufren una enfermedad terminal los mandan a las casas, pues nadie quiere que le carguen esos muertos. Todo esto en Argentina no lo van a escuchar porque el relato oficial histórico es que la culpa de todo es de los militares”, afirmó el destacado abogado, doctor en Ciencias Jurídicas por la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires.

Para la abogada Victoria Villarruel, es importante reconocer que el régimen cubano tuvo gran influencia no sólo en las acciones terroristas en la Argentina de los años 70’, sino también en toda la región, principalmente en los países de Colombia hacia el sur, a donde con más fuerza exportó su Revolución.

Los años 70’s: la etapa más sangrienta de Argentina

“Hay tres elementos importantes en este contexto. El primero es que todo ocurrió en el marco de la Guerra Fría. El segundo, fue la infiltración del marxismo en la Iglesia a través de la llamada Teología de la Liberación. En 1967 se creó en Argentina el Movimiento de sacerdotes para el Tercer Mundo. Un grupo de sacerdotes y religiosas que criticaban la dominación imperialista y el capitalismo. Su consigna era era ‘La violencia de los oprimidos no es violencia, es justicia’. Varios de ellos se adhirieron a la Teología de la Liberación y algunos se convirtieron en terroristas. Estos sacerdotes adoctrinaban jóvenes, escondían armas en los altares. Y el tercer elemento fue el peronismo. Estos tres elementos maduraron y convirtieron la década de los 70’ la etapa más sangrienta de nuestro país”, manifestó Villarruel, vicepresidente de la Comisión de Derechos Humanos del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires.

Un mundo mejor jamás sobrevendría poniendo coches bomba

Villarruel contextualizó y pormenorizó los dos principales grupos terroristas responsables de innumerables crímenes en la Argentina de los años 70, que abiertamente reconocían su inspiración en Cuba: los Montoneros (organización guerrillera nacida en el seno de la Iglesia Católica y del peronismo) y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP, organización armada que fue la estructura militar del Partido Revolucionario de los Trabajadores, que se abrazó al indigenismo y al ateísmo marxista).

Según Villarruel, en el 2003 y hasta 2016, con el gobierno de los Kirchner, se fortaleció el relato parcial de los años 70’ en Argentina, resaltando el supuesto rol histórico de los terroristas bajo la concepción que sólo era jóvenes idealistas en busca de un mundo mejor:

“Un mundo mejor que jamás sobrevendría poniendo coches bomba. Con los Kirchner se reabrieron juicios de lesa humanidad contra los agentes del Estado, pero el Estado omitió cuidadosamente reabrir juicios de lesa humanidad contra los terroristas. Se ha impedido que las víctimas de los terroristas lleven al estrado a sus victimarios. El dolor de los años 70’ es de todo un pueblo que se ha desagrado y debe ser atendido por el Estado con igualdad. No hay muertos de primera o segunda. El Estado no debe fomentar esta visión discriminatoria de los derechos humanos. Las víctimas, a 40 años de los hechos, esperan el reconocimiento de sus derechos a la verdad, la justicia y la reparación”, reclamó la coautora, junto con Carlos Manfroni, de Los otros muertos.

Los militares: material descartable para las nuevas generaciones

En su conferencia, Sinópoli enfatizó en el concepto, desarrollado por de Freud, de la transmisión transgeneracional de la actitud y la creencia, que analiza la “cadena de transmisión de significaciones que se lega de generación en generación, y que abarca ideales, mitos, modelos identificatorios y enunciados discursivos que involucran lo dicho, pero también lo que se omite por efecto de represión. De manera que tales enunciados adquieren la fuerza de mandatos cuya determinación es inconsciente”.

“Las nuevas generaciones ven a los militares como material descartable”, afirmó Sinópoli, quien además ha fungido como abogado mediador, consultor psicológico, especialista en derecho público y docente en la Escuela del Cuerpo de Abogados del Estado y militar, cerró su conferencia con una anécdota simbólica:

“El otro día, fuera de Argentina, entraba al baño en un aeropuerto y aparece un oficial uniformado una persona cuidaba el baño le dice: ‘Gracias por el servicio que me presta’. Yo estuve 35 años en las Fuerzas Armadas de mi país y nunca nadie me dijo gracias por el servicio que presta”.

“Luego de 12 años de un gobierno donde los derechos humanos fueron bastardeados, mantenemos la esperanza en la democracia. Esperamos que con el nuevo gobierno la Argentina sea un ejemplo de los Derechos Humanos y un país donde el terrorismo se ha enseñoreado”, concluyó Villarruel.


viernes, 17 de febrero de 2017

NO NOS VAN A CALLAR


Publicado el 16 feb. 2017

La voz para los ilegalmente presos por los juicios de lesa humanidad, participación en ¨Acá no se rinde nadie¨ de Radio FM de las Américas 89.5 mhz, el impecable testimonio de una hija de un Preso Político.


jueves, 16 de febrero de 2017

¿INCRIMINAR EL REVISIONISMO?






















Luego de los dichos de Juan José Gómez Centurión, Nilda Garré ingresó en la Cámara de Diputados un proyecto para penalizar el negacionismo, buscando incorporar en el Código Penal un artículo que establece que será reprimido con prisión de seis meses a dos años y con multa de 10.000 a 200.000 pesos quien públicamente negara, minimizara, justificara y/o aprobara cualquier forma de genocidio o crímenes contra la humanidad agravando la pena en el caso de que se tratara de un funcionario público. Sin embargo, lejos de asimilarse a las leyes que rigen en Alemania en relación al Holocausto, con las que Garré trató de avalar jurídicamente su propuesta no hace más que restringir ferozmente la libertad de expresión y el debate de ideas sobre una época que, con muchos claroscuros, constituye una herida muy reciente que sigue provocando sentimientos encontrados y exacerbando pasiones en la sociedad. Es que los juicios de Lesa Humanidad no terminaron, y así como aún hay víctimas que buscan una respuesta del Estado, también hay grandes cuestionamientos sobre la legalidad de los procesos y la forma de buscar el esclarecimiento de los hechos. Sobre estos asuntos, no hay una página cerrada.

Todo lo contrario. Hoy, a través de libros, publicaciones web o programas de televisión, se debate la cifra de los desaparecidos, el número de indemnizaciones recibidas, los subsidios a organizaciones de DDHH, el papel de los civiles durante el gobierno de facto o el juicio pendiente a las facciones guerrilleras, de manera que incriminar el hecho de hacerse preguntas que todavía no tienen respuesta o contestar aquellos cuestionamientos que parecían difíciles de resolver.

Todo se contradice con el aval que Garré otorgó durante años a la Secretaría de Coordinación del Pensamiento Nacional y al Instituto Dorrego cuando se propusieron reescribir la historia nacional. Así, me preocupa el alcance que pudiera tener la nueva ley, pues para la exaltación pública de cualquier crimen, como medio idóneo para provocar la comisión de esos delitos, ya existe la figura de la apología del crimen; de forma que crear un tipo penal de la manera en que fue redactado no hace más que incriminar el público debate que pudiera girar en torno de esos polémicos hechos, es decir que, sin una legítima razón, se busca eliminar justamente aquello que le adeudamos los argentinos a nuestra historia nacional: un auténtico juicio de la verdad.


miércoles, 15 de febrero de 2017

SOBRE EL OTRO TERRORISMO DE ESTADO


Por Roberto Cachanosky

12 febrero, 2017

En las últimas semanas, algunas víctimas del terrorismo han transitado por algunos medios exponiendo sus sufrimientos. Se ve a periodistas y juristas escucharlos con atención y decir que lamentan los que les pasó pero que como hubo terrorismo de estado no tienen nada que reclamar. Algo así como: tengo que darte la razón para no quedar mal ante el público, pero me importa un carajo si los terroristas mataron a niños, a gente inocente, si secuestraron o torturaron. Nunca se ve una condena explícita y categórica hacia el terrorismo e inmediatamente remiten a la represión militar a partir del 24 de marzo de 1976 para desviar el eje del debate, no mostrar las atrocidades que cometieron los terroristas y volver a centrar la atención en el golpe militar.

En rigor hacen casi lo mismo que cuando entrevistan a una persona que se defendió de un acto delictivo. ¿Usó el agredido una fuerza excesiva contra el delincuente que lo amenazaba con un arma? ¿No podía defenderse de otra manera? ¿Tenía balas el revólver con que lo amenazaba el delincuente? ¿Estaba seguro que el delincuente le iba a disparar? Nuevamente la víctima del delito pasa a ser sospechosa para muchos periodistas, con lo cual alientan la criminalidad y las muertes de inocentes porque terminan envalentonando a los criminales, cuando no terminan justificándolos.

Volviendo al tema principal, este sistemático comportamiento de buena parte del periodismo demuestra que su supuesta defensa de los derecho humanos es solo una postura y que en última instancia comparten el proyecto autoritario que a sangre y fuego quisieron establecer en Argentina y en buena parte de América Latina organizaciones terroristas entrenadas en Cuba, Libia y con el apoyo de la Unión Soviética.

El grado de cinismo de buena parte del periodismo llega a niveles tales como querer hacer un arbitrario corte el 24 de marzo de 1976. ¿Por qué ese deliberado corte histórico? ¿Es que ese día se levantaron de mal humor una docena de generales y empezaron matar y desaparecer gente? No, el corte se hace deliberadamente el 24 de marzo de 1976 porque durante la época de Perón comienza el terrorismo de estado con la creación de la Triple A. Un grupo que fuera de la ley empezó a combatir al terrorismo.

En rigor desde España, Perón  alentó a los terroristas en sus fechorías y luego, cuando llegó a la Argentina y vio que los terroristas querían coparle el poder, es Perón el que inicia la acción contra los terroristas. El punto de máxima tensión llega el 25 de septiembre de 1973, dos días después de que Perón gana las elecciones de septiembre de 1973, cuando Montoneros asesina al dirigente sindical José Ignacio Rucci, amigo de Perón. El mensaje de Montoneros fue muy claro a Perón, o hacía una revolución al estilo cubano para establecer una dictadura o ellos la iban a hacer por su cuenta desalojando a los tiros y los bombazos al gobierno de Perón.

La realidad es que el periodismo nunca dice que los terroristas atacaron a un gobierno elegido en las urnas, el de Perón. En ese momento no combatían contra el gobierno militar, combatían contra un gobierno elegido por el voto.

Frente a este asesinato y tantos otros, Perón reacciona y lanza todas las fuerzas legales y no legales para combatir a los terroristas, pero por conveniencia política muchos dirigentes políticos y periodistas hacen silencio sobre el período previo al 24 de marzo de 1976. ¿Por qué no hablan de esos años anteriores a marzo de 1976? Tal vez por ignorancia o, lo que es más grave, porque es políticamente incorrecto señalar a Perón como el que inicia la cacería fuera de la ley de los terroristas. Es esa postura la que los hace poco serios como periodistas.

Pero ojo que también fue terrorismo de estado lo que hicieron los terroristas. En efecto, el apoyo logístico, entrenamiento y financiamiento que recibían de Cuba los transforma en una fuerza agresora externa que mediante el terror apoyado en estados extranjeros intentaron tomar por la fuerza el poder en Argentina para establecer una dictadura. En otras palabras, muchos de los terroristas hoy andan dando vueltas por los medios hicieron terrorismo de estado y deberían estar presos. Es más, siendo que el terrorismo de estado de los terroristas se apoyaba en estados extranjeros, es, a mi juicio, mucho más grave que el terrorismo de estado de los militares, porque mediante el terror otro estado quiso tomar el poder en Argentina. En todo caso acá hubo dos terrorismos de estado, pero el más grave fue el de los terroristas apoyados por estados extranjeros.

Cabe aclarar, también, que hay serias sospechas que acciones terroristas utilizaron el apoyo logístico de gobiernos provinciales que simpatizaban con los sectores marxistas, lo cual los hace terroristas de estado, como fue el caso del mencionado asesinato de Rucci.

Luce patético también que algunos periodistas sostengan que si bien la cifra de los 30.000 desaparecidos no es cierta, hay que mantenerla como un emblema nacional. Ninguna mentira puede ser emblema nacional y menos se puede construir un país basándose en la mentira. Eso muestra, una vez más, que mucho periodista y político no tienen realmente interés en los derechos humanos, sino que solo pretenden defender a los terroristas con los que simpatizan forzando el argumento hasta el ridículo para no reconocer que los montoneros, ERP y demás bandas armadas también cometieron crímenes de lesa humanidad.

Ahora que se está levantando el velo de tanta mentira y hechos que tratan de ocultarse de la década del 70, pareciera ser que los falsos defensores de los derechos humanos buscan nuevos argumentos para defender a los terroristas de estado apoyados en estado extranjeros.

Como última reflexión le formulo la siguiente pregunta: ¿cómo llamaría Ud. a un argentino que se levanta en armas contra un gobierno elegido por el voto para establecer una dictadura mediante el terror, siendo apoyado, estimulado e impulsado por un gobierno extranjero?


ESTE 24 DE MARZO...


JUVENTUD MARAVILLOSA


Como argentino nacido en la primera mitad del siglo XX, eximido ya de las pasiones políticas de antaño, me considero con autoridad para aconsejarles a los jóvenes de la generación del 80, hipócrita y falsamente ideologizada con un relato de flagrante adulteración de la historia, que lean la excelente nota de Jorge Fernández Díaz publicada el domingo pasado. Reproduzco una sola frase, del general Perón, a modo de ejemplo: "Pero si no contamos con la Ley, entonces tendremos que salirnos de la Ley y sancionar en forma directa, como hacen ellos... Porque formo una fuerza suficiente, lo voy a buscar a usted y lo mato. Si no tenemos la ley, el camino será otro. Y les aseguro que puestos a enfrentar la violencia con la violencia, nosotros tenemos más medios para aplastarla y lo haremos a cualquier precio".

Durante doce años se creó el mito de que los setentistas eran "la juventud maravillosa".

Reinaldo Machado
DNI 4.194.178


PROYECTO DE GARRÉ


La diputada por el Frente para la Victoria Nilda Garré ha presentado un proyecto de ley para transformar en delito, con pena de prisión, la minimización de cualquier forma de delito de lesa humanidad. O sea de acciones represivas llevadas a cabo en la lucha contra la subversión de los años 70, entre las cuales se cuenta negar que hayan sido 30.000 los desaparecidos, cifra que, así, quedaría erigida en dogma fuera de discusión. Sobre el particular, cabe recordar que Nilda Garré se desempeñó activamente en Montoneros, con el apodo de "Comandante Teresa".

Juan Luis Gallardo
DNI 4.150.383


LA SCJN TIENE LA LLAVE PARA SOLUCIONAR EL PROBLEMA


Impecable carta de lectores publicada en La Nación y escrita por el Dr. Ricardo Saint Jean, abogado que explica con notable sencillez el meollo de la cuestión en los llamados “juicios de lesa humanidad”.

Si el delito de lesa humanidad no estaba en vigor en los ’70 y recién se incorpora a nuestra legislación en el año 2007, no sirve para juzgar a terroristas y tampoco a los militares o ¿la ley no es igual para todos?

La Supremo Corte de Justicia de la Nación tiene la llave  para solucionar este problemas, que se haga cargo.


LESA HUMANIDAD

Coincido con la carta del señor Ayerra en el sentido de que una organización armada no estatal puede cometer delitos de lesa humanidad. Pero no es el caso de Montoneros, ERP, FAR, FAP y otras que operaron en los 70 simplemente porque ese delito no estaba sancionado en la Argentina, que hizo entrar en vigor el Estatuto de Roma para su territorio mediante ley 26.200, del 5-1-2007, y su artículo 13. El propio estatuto, en el artículo 24, y nuestra Constitución, en el 18, impiden su aplicación retroactiva. Para que se entienda bien: lo que mantiene en juzgamiento y presos a agentes penitenciarios, policías, baqueanos, mujeres, ex magistrados, ancianos que eran entonces jóvenes oficiales y hasta a héroes y defensores tanto de Malvinas como de la democracia instaurada en 1983 no existe como ley. Es un criterio jurisprudencial creado por la mayoría de la Corte kirchnerista en los fallos "Arancibia Clavel" y "Simón" -con la disidencia nada menos que de Fayt, Belluscio y Vázquez- seguido obedientemente por los magistrados de instancias inferiores. Si Gil Lavedra y sus colegas no lo conocían cuando condenaron a las juntas, ¿cómo exigir que lo conocieran los suboficiales de nuestras fuerzas armadas y de seguridad? Se renunció a la legalidad para derrotar rápidamente a la subversión, y se vuelve a renunciar a ella para castigar ese acto.

Ricardo Saint Jean
DNI 10.924.885

martes, 14 de febrero de 2017

HISTORIA Y MEMORIA

Tzevan Todorov

Tzevan Todorov, filósofo búlgaro-francés y Philippe Salazar, filósofo marroquí-francés visitaron la Argentina para indagar y comprender el período  de la Guerra interna con apoyo internacional que padecimos los  argentinos. En noviembre de 2010, Todorov criticó el modelo argentino de “búsqueda de la Memoria, Verdad y Justicia” por parcial y sectario agregando que una sociedad necesita conocer la Historia, no solamente tener Memoria para luego señalar que en ninguno de los sitios que visitó vio el menor signo que remitiese al contexto en el cual en 1976 se instauró la Dictadura. Y que la justicia que deriva de esa Memoria parcial es también imperfecta concluyendo que en la búsqueda de la Justicia, la  Memoria puede volverse miope y maniquea.

Philippe Salazar

Salazar, especialista en el  proceso de reconciliación sudafricano, sostuvo en su visita  y asistencia a los juicios llamados de Lesa Humanidad, en marzo de 2014, que el trabajo de la Memoria es anti político, porque es parcial y subjetiva e impide avanzar hacia el futuro. Agregando  que la Justicia derivada de la Memoria parcial y subjetiva, es una forma codificada de la Venganza. Comentó que en Sudáfrica hubo muy poco trabajo de la Memoria y que gracias a la reconstrucción descarnada de la Historia sin consecuencias penales, el pasado fue enterrado y avanzaron hacia la pacificación y unión de todos los sudafricanos.
A pocos días de un nuevo aniversario del 24 de marzo, de 1976, es conveniente que los argentinos reflexionemos acerca de las enseñanzas de tan  prestigiosos filósofos y humanistas, quienes iluminando el escenario de ese período trágico de nuestra Historia, nos señalan el camino para encontrar el sendero de la verdadera Historia, y su fruto natural: la Pacificación, la Concordia y la UNION NACIONAL.

Juan Miguel Giuliano
General (R)
Presidente del Foro de Generales Retirados
DNI 4866846

STREAMING - CONFERENCIA: DERECHOS HUMANOS Y JUICIOS DE LESA HUMANIDAD EN ARGENTINA

 


Emitido en directo el 13 feb. 2017

INTERAMERICAN INSTITUTE FOR DEMOCRACY Y DEMOS OF THE AMERICAS

Invita a Ud(s) a la Conferencia: "Derechos Humanos y Juicios de Lesa Humanidad en Argentina"

Programa:

Presentación por el Embajador - Armando Valladares.
Dr. Santiago Sinópoli - Los juicios de Lesa Humanidad en Argentina.
Dra. Victoria Villarruel - DDHH y terrorismo en Argentina.

El lunes 13 de Febrero, 2017 a las 06:00 pm
En Universidad de Miami Institute for Cuban and Cuban-American Studies (ICCAS Miami - Casa Bacardí),1531 Brescia Avenue Coral Gables, FL 33124 Tel: 305 284-CUBA (2822)



ENTREVISTA A VICTORIA VILLARRUEL EN LA TELEVISIÓN DE ESTADOS UNIDOS


Publicado el 14 dic. 2013

Entrevista, el jueves 12 de diciembre de 2013, a la presidente de CELTYV, la abogada Victoria Villarruel, en el programa "A mano limpia" conducido por el reconocido periodista Félix Guillermo, que se transmite diariamente por América Teve de la ciudad de Miami, USA con grandes índices de audiencia.



"MENTIRÁS TUS MUERTOS", OBRA DE JOSÉ D'ANGELO


Publicado el 14 abr. 2015

José D'Angelo, militar, investigador, periodista, escritor, autor de la obra "Mentiras tus muertos, falsedades y millones detrás del mito de los 30.000 desaparecidos". Detalla muchos tramos de su obra sobre el mítico emblema de los 30.000, pero el gran negocio que encierra los truchos "desaparecidos" vivos que fueron parte de las indemnizaciones que el Estado compenso.



lunes, 13 de febrero de 2017

VOS… ¿QUÉ LE DIRÍAS A HÉCTOR CÁCERES?


Por David Rey

Mírenlo bien. Qué dicen esos ojos. Qué dicen… Miren su peinado, sencillo, masculino, la juventud se resiste arrogante como un tallo fuerte en ese pelo negro. Y, claro, 29 años…

Miren su piel. Trigueña, tersa, limpia, impecable. No es un héroe cinematográfico de ojos azules, piel blanca brillante, ojos azules… Quizás la genética le haya depositado un lunar sobre el labio, quizás sea un defecto de la foto, no lo sabemos. No está en las películas. Está en tu país.

Su rostro, rectilíneo, firme, discreto… ¿Quién podría pensar mal de esa mirada, quién podría desconfiar?

Se llamaba Héctor Cáceres y nació en Río Negro en 1946. No murió de viejo, no se lo llevó alguna enfermedad ni su último suspiro fue… en algún accidente.

Amigos… se lo llevó la guerra. Sí, justamente… la puta guerra se lo llevó.

La puta guerra que hoy muchos se dan el gusto de negar, de disfrazar, de mentir y de ocultar (pero hoy, hoy no vamos a hablar de ellos. No valen la pena).

El Teniente 1° Héctor Cáceres, con especialidad en Comando y Paracaidismo, nació al sur del país y su último chorro de sangre lo vertió en el corazón de “su” país, Tucumán.

Murió en la guerra, sí. Murió por lo mismo que el General San Martín habría deseado morir: su Patria. Murió soñando. Murió con un quejido. Murió, quizás, queriendo decir algo.

Murió en la guerra, sí. Murió porque tenía un deber, y su deber estaba en sus ojos, en su mente, murió porque su terrible corazón pensó que no importaba morir.

Murió en la guerra, sí. Murió porque había algo más importante. Murió porque el hombre camina, sí… el hombre camina… pero primero hay otro que va marcando los pasos. Y él murió porque eso era lo que importaba.

Murió en la guerra, sí. ¡Por supuesto que murió en la guerra! Murió con un tiro traicionero. Murió acribillado por la espalda. Murió queriendo explicar algo.

Murió en la guerra, sí. Murió porque, ¡carajo!, alguien pidió ayuda… Y cuando alguien pide ayuda, ¿qué es lo que hace un argentino bien nacido?

¿Mirar para otro lado?

Murió en la guerra, sí. Pero no murió matando.

El Teniente Coronel Adolfo Richter nos cuenta que, tras haber sido herido en la espalda en el combate de “Pueblo Viejo” [1], en Tucumán, durante el Operativo Independencia, gritó:

“¡Cáceres, estoy herido!”.

Richter se habrá imaginado que Cáceres habría, entonces, de mitigar la acción del enemigo (soldados del terrorista Ejército Revolucionario del Pueblo) disparando desde su lugar, más como intimidación que para dar en el blanco.

Pero resulta que Cáceres vio en RichterCáceres vio a su propio país. A su Patria. Ahí, tirado, con un disparo en la espalda, estaba, quizás, su infancia en Río Negro, vio – lo tuvo vívido y sangrante – aquella concepción del mundo que nos enseña a ser hombres… cuando niño, vio a su madre reprendiéndolo con cariño, vio, quizás, los ojos orgullosos de su padre ante un logro eventual. Tal vez Cáceres vio lo que él quería ser cuando decidió hacerse militar.

Lo único que podemos asegurar es que Cáceres sintió que había algo MÁS IMPORTANTE.

Y resulta que Cáceres, entonces, no quiso disuadir al enemigo. Cáceres quiso abrazar aquello que veía… y que se estaba perdiendo.

Nos ha dicho el Coronel Richter que, una vez que Cáceres se arrojó sobre él, sola y exclusivamente para protegerlo del fuego enemigo, le espetó:

“Pero… ¡teniente! ¡Qué hace!”.

Las últimas palabras de Cáceres fueron:

“Tranquilo, ya te saco”.

El Coronel Richter, entonces, habría de pasar el resto de su vida en silla de ruedas, precisamente por aquel disparo enemigo. El resto de los disparos dieron todos de lleno contra el Teniente 1° Héctor Cáceres, muerto en combate como soldado del Ejército Argentino en plena democracia (1975).

Y dicen… que no hubo una guerra.

Héctor Cáceres tenía 29 años cuando murió. Cuando murió en la guerra. Cuando murió en la guerra donde no fue a matar, porque no murió matando sino que murió viviendo. Murió salvando una vida, nada menos. Murió para salvar una vida.

29 años, tenía.

¿Cuántos hombres hay, hoy, de esa edad que no tienen ni idea de que Héctor Cáceres murió por ellos? Sí, sí… murió por ellos. Porque el país por donde hoy la juventud transita, el país donde hoy cada uno de nosotros puede pensar y decir lo que se le antoje, el país donde HOY uno puede soñar y forjar un destino… ¡Sí, carajo! ¡Es el mismo país que defendió con su vida el Teniente 1° Héctor Cáceres! ¿O se piensan que le deben este país al Hada Madrina? ¿O se piensan que hoy ha sido “gratis”?

¿Se han puesto a pensar, alguna vez, qué sería de nuestro país (que no sería nuestro) si los ejércitos terroristas hubieran tomado el poder tal cual se lo propusieron?

Solamente les voy a decir una cosa: Mario Roberto Santucho, el máximo jerarca del ERP (el mismo ejército terrorista que hirió de muerte a Cáceres y dejó lisiado a Richter), decía que en Argentina había que matar a un millón de personas.

¿Te parece que hoy vos podrías pensar como pensás si Santucho hubiera logrado vencer al Ejército Argentino?

Y te digo una cosa más, para que te quede claro…

Héctor Cáceres también era argentino, y murió en la guerra. Se lo llevó la guerra.

¡Hoy nos hablan contra los militares… y se llevaron a los mejores! ¡Mataron a los mejores!

¡Murió en la guerra, sí! ¡Murió, carajo, porque a este país no lo toca nadie y porque por este país uno da la vida!

¡Murió en la guerra, sí! ¡Murió por lo que lo más importante que existe en la vida es vivir en libertad!

¡Murió en la guerra, sí! ¡Murió porque no pensó lo que vos ibas a pensar cuarenta años después, murió para que absolutamente nadie te diga cómo carajo tenés que pensar!

¡Murió en la guerra, sí! ¡Murió porque el Teniente 1° Cáceres quiso ser como vos, COMO VOS!

¡Murió en la guerra, sí! ¡Murió porque el General San Martín marcó los pasos y alguien se los quiso borrar!

¡Murió en la guerra, sí! ¡Murió queriendo decir algo, murió queriendo…!

¡Murió en la guerra, sí! ¡Murió porque quien dio la vida por su Patria, murió con su sangre calentándole la piel del lado de afuera, MURIÓ PORQUE VOS SOS EL ENCARGADO DE DECIR SI MURIÓ COMO UN PERRO O MURIÓ COMO UN HÉROE!

Nos dice Richter:

“Le encajaron un balazo. Escuché un pequeño quejido y se quedó inmóvil. Había muerto“.

Murió en la guerra, sí. Y murió de dolor. Pero quizás, quiso decir algo.

Lo último que dijo el Teniente 1° Héctor Cáceres, antes de morir, fue:

“Tranquilo, ya te saco”.

Murió acribillado a balazos. Salvó, de este modo, la vida de un camarada.

Y no está en las películas. Está en tu país. Igual que vos.

Si hoy Héctor Cáceres viviera quizás estaría detenido, como lo están 2 mil Presos Políticos Argentinos en distintas cárceles de este país.

Héctor Cáceres dio su vida porque no miró para otro lado. Había algo más importante. Quería ser como vos.

Vos… a los Presos Políticos Argentinos, ¿les esquivás la mirada o, con fuego en tu corazón, te animás a decirles…?:

“Tranquilo, ya te saco”.




[1] El primer enfrentamiento con el ERP tuvo lugar en Río Pueblo Viejo el 14 de Febrero de 1975.

SINCRONÍA Y COHERENCIA


Mientras buena parte del mundo se desangraba en la feroz contienda que se recuerda como la Segunda Guerra Mundial, la Argentina se mantuvo en una oportuna neutralidad que le permitió nutrir sus arcas de valiosas divisas pero que le valió la animadversión de los EUA y muchos de sus aliados. Ya cuando la guerra estaba definida se le declaró la guerra a Alemania para no quedar afuera de los últimos lugares en el festín de los vencedores.

La sincronía, esa condición en que los fenómenos  o circunstancias coinciden en el tiempo y en el ritmo, no ha sido precisamente  una virtud de la política exterior argentina en nuestra historia. Nuestro país enfrentó la guerra sucia de la subversión justo cuando el gobierno estadounidense de James  Carter había hecho una política de estado de la cuestión de los derechos humanos  y designado  a la activista Patricia Murphy Derian en la Secretaría que trataba esas cuestiones. La guerra de  Malvinas estalló durante la presidencia de Ronald Reagan, cuya prioridad era el enfrentamiento con la Unión Soviética para lo cual contaba como principal aliado con Gran Bretaña, nuestro oponente en el campo de batalla.

La presidente Cristina Fernández eligió una política de aislamiento en el momento de mayor auge de la globalización y concedió un enorme poder en su gobierno a los resabios de las organizaciones terroristas  del ERP y Montoneros, mientras el mundo occidental asumía al terrorismo como su principal flagelo. Su sucesor, el presidente Mauricio Macri, intentó ponernos en sincronía con el mundo globalizado pero a pocos meses de iniciar su mandato asumió el gobierno de los EUA el empresario Donald Trump que llegó postulando políticas de cierre de fronteras y proteccionismo comercial. Simultáneamente, partidos con ideología nacionalista han comenzado a proliferar en Europa y una inédita  ola de recelo amenaza con debilitar a la Unión Europea de la que recientemente  se retiró el Reino Unido (Brexit).

Nuestra falta de sincronía puede ser originada en la mala suerte, en nuestra posición geográfica excéntrica o en el proverbial desprecio de nuestros gobiernos por  los estudios estratégicos y los análisis proyectivos y prospectivos de largo plazo. Cualquiera sea el origen, lo cierto es que el actual gobierno trata de adaptarse a la nueva situación intentando aprovechar las oportunidades que abre el renovado panorama internacional pero al costo de tener que cambiar la política prevista y planeada  para adoptar políticas oportunistas. Como en muchas otras áreas.

Si en el ámbito exterior hay problemas de sincronía, en el interno los obstáculos surgen por el lado de la coherencia. Ser coherente implica lograr una relación lógica entre las políticas o sus partes, de modo que no haya  contradicción ni oposición entre ellas. El actual gobierno tiene el pecado original de jactarse de no tener ideología. Probablemente supone  que ello lo eximirá de ser acusado de contradictorio o que así no aleja “a priori” a ningún potencial votante, pero el precio que paga es presentar un perfil errático, impredecible y jalonado cada vez con más frecuencia por renuncios y retrocesos al ser confrontado, que hacen dudar de su firmeza y de su convicción.

Cuando llegamos a este punto en que el análisis nos lleva a la crítica tenemos siempre la obligación de mencionar que la alianza Cambiemos, liderada  por Mauricio Macri,  tuvo la enorme virtud de estructurar un poder capaz de derrotar al oficialismo “kirchnerista” que  nos llevaba por un camino de destrucción nacional e institucional. Una corrupción rampante, una desembozada tendencia a empujarnos por los oscuros terrenos del socialismo chavista del siglo XXI, alentado desde el Foro de San Pablo y una siembra de odio y de enfrentamiento entre argentinos que  nos conducía por un camino de violencia, eran parte de los peligros que se cernían en el horizonte si lograban la continuidad de su perverso proyecto. Pero reconocido esto, ahora llegó el momento de los ganadores de gobernar bien y, mientras tanto, cada ciudadano tiene  el deber de comprometerse, los medios tienen la obligación de criticar y denunciar lo que corresponda y quienes participamos en política tenemos además el mandato de proponer alternativas y modelos superadores para evitar la repetición de errores.  En eso estamos.

En materia económica la falta de coherencia es uno de los factores claves que dificulta la recuperación esperada. El gobierno propone simultáneamente medidas que restringen y que incentivan el consumo, que ponen dinero en el bolsillo de unos mientras lo quita de otros, sea intentando limitar las paritarias o sosteniendo esquemas de  impuestos al ingreso personal.

Se fija una pauta ambiciosa de inflación presupuestaria del 17 por ciento pero en todo lo que depende del gobierno nacional y los gobernadores de Cambiemos, sean servicios, peajes o impuestos, los aumentos tienen un piso superior al 30 por ciento. El ciudadano común se pregunta lícitamente porque si el gobierno produce aumentos de más del 30 por ciento, las paritarias  no deben superar el 20. Si la pauta de  inflación era del 17, este número debería ser sostenido como un mantra por  toda la administración pública o aceptar el escepticismo y el descreimiento.

Las contradicciones en materia económica llevan a hacer dudar de que realmente exista  un plan integral y para nada ayuda la inexistencia de una figura en el área económica que tenga representatividad. El gobierno expulsó quirúrgicamente del gabinete  a los economistas que tenían un perfil propio. Ahora el gabinete se ha transformado en un conjunto de funcionarios  de bajo perfil y poca expresión pública, formando un equipo que tiene un único jugador, el presidente Mauricio Macri, lo cual constituye una nueva contradicción  entre la palabra y la acción.

También nos disgusta la postura gubernamental en las cuestiones referidas a la soberanía, Malvinas y la defensa nacional, así como la falta de voluntad para asumir la necesidad de acabar con las injusticias y los abusos en los temas vinculados a los derechos humanos y el terrorismo de la década del setenta.

Cuando los asesores gubernamentales de mirada estrecha se sorprendieron con las repercusiones populares del desfile de las Fuerzas Armadas y de los veteranos de Malvinas en la festividad del bicentenario, supusimos que además de llamar de  apuro al presidente para que no quedara afuera del festejo habrían tomado nota del peso que para el argentino medio tienen las cuestiones vinculadas  a la soberanía y los sentimientos patrióticos. Sin embargo, la política de concesiones unilaterales al Reino Unido que no contempla la discusión de la soberanía en el tema Malvinas sigue inalterable, consolidando el “status quo” británico, abaratando los costos de explotación de los recursos usurpados y llevando a suponer que existen intereses superiores y desconocidos que están por encima del sentido común y de la voluntad popular de los argentinos.

Los planes integrales  de reequipamiento de las debilitadas FFAA brillan por su ausencia y las compras aisladas que se anuncian y no se concretan, apuntan a  buques auxiliares, aeronaves de entrenamiento y unidades logísticas y de transporte. Todo ello es útil pero la defensa de la nación, que es la función primaria de esas  fuerzas, requiere de medios de combate y de proyección del poder militar, de  misiles, torpedos y munición. Esto no es agresividad. Es citar lo  necesario para ponernos a la altura de los países de la región y recuperar las capacidades perdidas. Lo demás, todo lo demás, es subsidiario.

Finalmente, corresponde citar la conmoción que produjeron las declaraciones del funcionario Gómez Centurión, militar retirado y veterano de Malvinas que al ser preguntado sobre el tema de los desaparecidos durante el gobierno militar expresó sinceramente su verdad.  Una parte de sus expresiones resulta irrefutable aun para sus más estridentes críticos y es la referida a la falsedad del número de 30.000 desaparecidos, mentira cuyo propio autor reconoció y explicó en la necesidad de conseguir fondos y motivar a la opinión pública internacional. La sinrazón de pretender mantener la mentira con el argumento de que es un número “simbólico” ha sido sostenida hasta por funcionarios como el Secretario de Derechos Humanos, Claudio Bernardo Avruj, avergonzando y denigrando al estado de derecho que debe apoyarse en pilares como la transparencia y la verdad. Lo positivo de las declaraciones de Gómez Centurión es que desencadenaron un debate oculto y prohibido por el poder de la izquierda y sus cómplices mediáticos. Se pudo hablar de las víctimas del terrorismo, negadas por décadas, de los crímenes de las bandas terroristas y de la guerra que impusieron al Estado. Es un debate que recién ha comenzado y que debe darse en toda su amplitud. Mientras tanto, el gobierno es cada día más responsable por la violación de los derechos humanos de los militares detenidos por tiempos que quintuplican lo normado en los códigos procesales y mantenidos en prisión en edades y en condiciones de salud que  los llevan  a muertes anticipadas e inexorables. Estos no son temas menores. La muerte nunca lo es. Y un  Estado que  viola los derechos humanos de los acusados por violar derechos humanos constituye el colmo de la contradicción. Un verdadero oxímoron.

Las próximas elecciones serán presumiblemente en Agosto. Estamos trabajando para tratar de conformar un frente independiente de centro-centroderecha que esté por encima de la antinomia “kirchnerismo-antikirchnerismo” y desde el que se discutan los grandes problemas nacionales  con una visión patriótica y republicana que anteponga los grandes intereses nacionales a los requerimientos coyunturales, con la firmeza que la difícil situación nacional exige y con una visión sincrónica y coherente. El tiempo dirá si lo lograremos pero la voluntad  y el esfuerzo están ya en acción, pensando en el futuro y en nuestros hijos y nietos.

Juan Carlos Neves
Secretario
Nueva Unión Ciudadana