sábado, 19 de agosto de 2017

TERROR EN BARCELONA

Víctimas del terrorismo en Argentina

Con enorme pena y dolor vivo los sucesivos atentados terroristas en diferentes ciudades de Europa, con gran cantidad de muertos y heridos. El jueves le tocó a Barcelona. Sé perfectamente cómo se viven esos espantosos episodios, dado que yo los viví en los años 70 en mi país. Fui testigo. Vi gente despanzurrada en la calle por cobardes bombas colocadas en diferentes partes de la ciudad por algunos de los que hoy se postulan a cargos legislativos. También vi morir gente acribillada a balazos por seres humanos que habían perdido la razón. Lástima que en aquellos sangrientos años la vieja Europa nos dio la espalda. Vaya a saber por qué. No importa ya. Como los argentinos que vivimos aquella tragedia sabemos bien de qué se trata, acompañemos sin resquemores a los que hoy padecen lo que nosotros padecimos hace más de cuarenta años.

Cristián A. Bengolea



NOTA: Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.

POR QUÉ NOS MATAN EN BARCELONA

por Ricardo Angoso
@ricardoangoso

Las matanzas contra los ciudadanos occidentales, que comenzaron en Nueva York en el 2001 y que continuaron con su estela sangrienta en Madrid, Londres, París, Bruselas, Berlín, Niza, Manchester y tantos otros lugares, tienen un hilo conductor: el odio de los islamistas más radicales hacia Occidente. Hoy fue Barcelona, mañana quién sabe dónde atacará el terrorismo islamista.


“¡Welcome refugees!”, colocaban en sus balcones los ayuntamientos de extrema izquierda en Barcelona y Madrid. Abrieron sus puertas sin mirar a quien entraba y acogieron con los brazos abiertos a miles de integristas islámicos. Las consecuencias a la vista están. Ahora millones de ciudadanos inocentes pagamos por sus errores, por sus demenciales políticas de acoger en nuestras casas a auténticos asesinos. Los que ayer atentaron en Barcelona y causaron varios muertos y decenas de heridos son nuestros vecinos, no busquen lejos de sus fronteras, los tenemos dentro. Son la quinta columna del odio a Europa y sus valores: los integristas musulmanes. Nos odian y nos odiarán siempre. Somos sus enemigos, ni más ni menos.

Barcelona, atentado terrorista

En definitiva, la inquina y el desprecio del Islam más brutal, con todas sus arcaicas ideas y retrógrados principios, es hacia la Europa de las libertades, el progreso y los Derechos Humanos. Nos matan porque nos odian, nos odian porque no pueden aceptarnos libres y viviendo en armonía pacífica con nuestros vecinos. Es una guerra santa declarada del integrismo más intransigente, racista y vetusto contra la Europa de las luces y la razón, pero también contra aquellos que en otras latitudes del mundo se inspiraron en estas ideas para construir sociedades libres y abiertas. Tienen un rencor de siglos que alimentan con su miseria intelectual y moral.

El terrorismo islámico no tiene límites

No aceptarán nunca que vivamos en sociedades libres, dónde las mujeres pueden votar, pasear libremente sin llevar un burkah y sin pedir permiso a sus maridos; no aceptarán nunca que hombres y mujeres de todas las condiciones y colores sean iguales y pueden tener los mismos derechos. No nos perdonarán nunca que no colguemos a los gays en grúas, tal como hacen en la progresista Irán que, por cierto, financia a grupos de izquierda como Podemos y regímenes abyectos como el de Nicolás Maduro. O, simplemente, que no arrojemos a las adulteras o a los homosexuales desde un quinto piso para que después una turba –no merece otro nombre- de buenos musulmanes los remate a pedradas, siguiendo las rancias tradiciones islámicas que en nombre del Profeta se “instalaron” en los territorios bajo la férula del autodenominado Estado Islámico.

Nos matan porque bebemos alcohol, porque no aceptamos quedarnos en la Edad Media, porque nos gusta la música, porque bailamos, tocamos el piano y porque nos negamos a aceptar vivir en regímenes teocráticos que viven anclados en la prehistoria. Ellos queman los vinilos, destruyen las radios, queman los libros prohibidos, casi todos, todo hay que decirlo, y se irritan con cualquier cosa que huela a tolerancia, progreso y libertad. Son los nuevos nazis, los bárbaros del siglo XXI que matan a los cristianos, degüellan a los infieles y miran hacia la Meca sin olvidar que su objetivo final es destruir esta Europa democrática, plural, libre pensante y sustentada en esos valores fundamentales de la revolución francesa que se ganaban a sangre y fuego en las calles al grito de “¡Libertad, Igualdad y Fraternidad!”. Eso, a esos miserables asesinos, les suena a chino y alimentan su odio con nuestra sangra, muerte y dolor.

Odian a Occidente

Oriana Falacci

Este odio y este rechazo hacia nosotros, porque por eso nos están matando, ya lo definía muy gráficamente hace años la fallecida periodista italiana Oriana Falacci: “Para comprenderlo -el odio- basta mirar las imágenes que encontramos cada día en la televisión. Las multitudes que abarrotan las calles de Islamabad, las plazas de Nairobi, las mezquitas de Teherán. Los rostros enfurecidos, los puños amenazadores, las pancartas con el retrato de Bin Laden, las hogueras que queman la bandera americana y el monigote de George Bush. Quien en Occidente cierra los ojos, quien escucha los berridos Allah-akbar, Allah-akbar".

Nos matan porque somos seres impuros ante sus ojos. Nos matan porque nos consideran inferiores, pecadores, merecedores de la muerte y porque no somos dignos de pertenecer a su fanática secta. Nos matan porque somos hombres de bien que aceptamos a las mujeres como son y porque no tenemos problemas en tener amigos gays. A sus ojos, claro, somos impuros y lo seremos de por vida, tal como bien explica la ya citada Fallaci: “En cuanto a los que se arrojaron contra las Torres y el Pentágono, los juzgo particularmente odiosos. Se ha descubierto que su jefe Muhammad Atta dejó dos testamentos. Uno que dice: “En mis funerales no quiero seres impuros, es decir, animales y mujeres”. Otro que dice: “Ni siquiera cerca de mi tumba quiero seres impuros. Sobre todo los más impuros de todos: las mujeres embarazadas”.

¿Se puede estar más locos, se pueden abrazar ideas más medievales que las que abrigan estas gentes en su interior? Realmente los que estamos locos somos nosotros por haber aceptado y tolerado este pensamiento aborrecible en nombre de una supuesta moral democrática y unas ideas de tolerancia que nada tienen que ver con la defensa firme de las libertades y los valores fundamentales del hombre. Pero la peor parte se la lleva la izquierda, que siempre calla, asiente y pide respeto a estos energúmenos, a estos asesinos sin piedad, mientras consiente y tolera que miles de cristianos sean asesinados en el mundo árabe y África por esta gentuza sin escrúpulos. Los musulmanes de Europa exigirán cada vez más, pues ellos no piden ni negocian sino que exigen e imponen. “Pues negociar con ellos es imposible. Razonar con ellos, impensable. Tratarlos con indulgencia o tolerancia o esperanza, un suicidio. Y cualquiera que piense lo contrario es un pobre tonto”, resumía muy atinadamente Fallaci.

Nos matan, y voy concluyendo, porque nuestra democracia es débil frente a esta nueva amenaza que ya está aquí y que cada día que pasa, como una gran bola de nieve, nos va sumiendo a todos en una pesadilla infernal de sangre y fuego, destrucción y horror. Nos matan porque al igual que en la década de los treinta del siglo pasado, cuando los fascistas se conjuraron para destruir las democracias en Europa y casi lo consiguen, los demócratas somos (y fuimos entonces) débiles y no hicimos nada para detenerlos. Luego para pararles tuvimos que recurrir a la guerra y las consecuencias son la ya consabidas: sesenta millones de muertos, el continente hundido física y moralmente y media Europa en manos de la tiranía comunista. Hoy, si no reaccionamos con fuerza, si no nos unimos frente a estos bárbaros, el día que seamos conscientes del peligro que se cierne sobre nosotros, será demasiado tarde y ya nada podremos hacer más que aceptar nuestro propio suicidio. Nuestra agonía. Y la larga noche, quizá, caerá para siempre sobre toda la humanidad. Nos matan porque no somos capaces de reaccionar y tenemos miedo, sobre todo por eso último nos matan y, lo más triste del caso, es que lo saben. Y nos matan porque algunos los reciben, no olvidemos el lema de Manuel Carmena en Madrid: “¡Welcome refugees!”. Bienvenidos a casa, criminales.


VOLVIMOS AL FUTURO


"Cuantas veces a un envido con un cuatro dije ¡Quiero!...
y otra vez me fui a baraja teniendo las treinta y tres"

Celedonio Flores.

Léase como se quiera, el domingo pasado Esteban Bullrich y Gladys González, de Cambiemos, casi dos desconocidos, dos "cuatro de copas" en la política de la Provincia de Buenos Aires le ganaron nada menos que al mayor cuco de la Argentina, Cristina Elisabet Fernández quien, acompañada por el terrorista montonero Jorge Taiana, obtuvo menos votos que Daniel Scioli o Anímal Fernández. El escrutinio oficial, que comenzó esta semana, carece de importancia pues se trató sólo de primarias.

A ese resultado de Cambiemos se sumó el triunfo en los bastiones opositores de Córdoba, Entre Ríos, Santa Cruz y San Luis, y el empate en Santa Fe; este dramático hecho que, con absoluta certeza, se consolidará el 24 de octubre en las verdaderas elecciones de medio término, pero permite ya a nuestro país volver a pensar en una agenda de futuro.

Uno de los primeros efectos se percibe en los Tribunales Federales de Comodoro Py, con la llegada de los efluvios de una nueva realidad a la extremadamente sensible nariz de los magistrados. Hasta entonces, muchos habían esperado cobardemente antes de acelerar la marcha de expedientes en los que se investiga la gigantesca corrupción del pasado gobierno, ignorando el masivo reclamo que, en las marchas del 20 de junio y del 3 de agosto, les formuló la sociedad. Pero ahora, con el ladrón de Eduardo Freiler suspendido como miembro de la Cámara Federal y varios más en capilla, la velocidad es otra y nada menos que Julio de Vido irá a juicio oral a partir de septiembre; con este nuevo ritmo, las probabilidades de que recalen en prisión grandes personajes del kirchnerismo durante lo que resta de la campaña electoral se han incrementado exponencialmente.

Espero que se empiece a corregir, también, la situación que afecta a los dos mil presos políticos, ancianos cuyas vidas se extinguen miserablemente en cárceles de todo el país por falta de atención médica y la violación de todas las garantías constitucionales.

Al respecto, mi habitual indignación superó todo lo anterior cuando, el miércoles, le fue concedida la prisión domiciliaria -aún no efectivizada- a Milagro Sala, una mujer que llegó a constituir un estado mafioso dentro del Estado, procesada ahora en muchas causas por corrupción, amenazas, defraudación al Estado, lesiones, usurpación, etc.. Esta "señora" no tiene la edad para acceder a ese beneficio y, además, es obvio que puede poner en riesgo las investigaciones o fugarse, ya que su organización -la Tupac Amaru- continúa siendo poderosa, pero la presión de los organismos de derechos humanos tuertos, incluyendo los internacionales, parece ser demasiada para los maleables integrantes de la Justicia argentina.

Y no pude menos que indignarme porque, el mes pasado, al igual que había sucedido hace poco con el Cnel. Hugo Delmé, de 83 años y con más de cuatrocientos militares, murió en cautiverio el Tte. Coronel Julio César Meroi, imputado en la causa armada en relación con el Operativo Independencia, mediante el cual y bajo un gobierno constitucional, el Ejército combatió para impedir que el ERP declarara un estado independiente; contemporáneamente, falleció su mujer. Tres días después, harta de un Tribunal compuesto por asesinos togados que nunca había siquiera escuchado a su padre, su hija Sandra se suicidó. 

A la luz de los dolorosos sucesos de Barcelona, una ciudad entrañable para todos nosotros, resurgió una vieja polémica: la calificación de los terroristas en función de su servicio a la "causa". En Cataluña, actuaron sin duda los malos, y merecieron la unánime condena social; aquí, sin embargo, como se ve, a quienes intentaron asaltar el poder a sangre y fuego en los 70's y que dejaron casi veinte mil víctimas civiles nunca reconocidas, se los reivindica como "jóvenes idealistas" y aún hoy se los premia con suculentas indemnizaciones, cargos y canonjías.

Volviendo al título de esta nota, los ítems que debieran componer la agenda del futuro los conocemos todos, pero es necesario enumerarlos para que los políticos de todos los colores los incorporen a las suyas y los transformen en políticas de estado. La conformación que tendrán las cámaras del Congreso a partir de diciembre, en las cuales nadie dispondrá de mayorías propias, obligará a la permanente negociación, una de las bases fundamentales de la democracia. El Frente para la Qué?, mutado ahora en Unión Ciudadana, protagonista de la más cerril y cínica oposición, quedará muy deshilachado y perderá peso, pero el justicialismo más racional, en todas sus formas, ha probado en estos dos años ser capaz de colaborar con la gobernabilidad.

Creo que el primero en la lista de grandes temas tiene que ser la educación en todos sus niveles, en especial el terciario, al cual me he referido en varias notas anteriores con propuestas concretas (vgr: http://egavogadro.blogspot.com.ar/2011/03/estupida-universidad.html). Es absurdo y suicida que sigamos enseñando con métodos del siglo XIX y maestros y profesores del siglo XX en esta época, marcada por la informática, la competitividad y el desarrollo de los servicios como industria; también lo es que el Estado no intervenga para decidir qué carreras universitarias debe privilegiar e incentivar para cubrir las necesidades de un país que pretende reinsertarse en el mundo.

Pero también deben formar parte de las prioridades las reformas tributaria y laboral, la responsabilidad fiscal, el financiamiento de los partidos políticos, la modificación del sistema electoral, el federalismo, la limitación en los mandatos, la división de la Provincia de Buenos Aires, la modificación en los códigos procesales penales, la composición del Consejo de la Magistratura, la introducción del voto para los jueces de menor cuantía y los jefes policiales de las pequeñas comunidades, la lucha contra el narcotráfico, la renovación de las fuerzas armadas y la seguridad de nuestro territorio y sus fronteras, la política migratoria, la responsabilidad penal empresaria, la extinción del dominio en los casos de corrupción.

El Gobierno, que hoy se encuentra en un inmejorable escenario político, debe ponerse al hombro esa agenda, porque ella será la que determine el verdadero cambio que la ciudadanía escogió hace dos años y, como se ve, pretende seguir apoyando y eligiendo. Significa una enorme responsabilidad y un gigantesco desafío para el Presidente Mauricio Macri, la Gobernadora María Eugenia Vidal y todo el equipo que se encuentra en el puente de mando de esta complicada nave que es nuestro impaciente y extraño país. Si consigue enmendar el rumbo de decadencia e insignificancia que hemos mantenido férreamente durante tantas décadas, su éxito será de y para todos, pero también nos pertenecerá el fracaso si no lo logra.

Esa responsabilidad es compartida con todos aquellos a los cuales el trabajo, el ingenio o la mera suerte puso en condiciones de ocupar un lugar preponderante en la sociedad, un rol del cual abdicaron también hace muchos años, cuanto entregaron la administración de nuestro bien más preciado, la propia Argentina, a verdaderos cafres. Ahora es el momento de apostar al futuro, invirtiendo para crear trabajo, para producir y exportar y, con ello, devolver a la sociedad en su conjunto un merecido bienestar.

Espero que Dios recuerde que, alguna vez, fue argentino.

Bs.As., 19 Ago 17

Enrique Guillermo Avogadro
Abogado

LOS DEMONIOS FUERON LEGIÓN


Los tres evangelios sinópticos recogieron un episodio impresionante de la vida de Jesús: la liberación de un endemoniado. Ocurrió en Gerasa o Gádara, un pueblo de la Transjordania. Mateo, en una variante más breve del mismo relato menciona a dos endemoniados. Marcos habla de un hombre poseído por un espíritu impuro; Lucas, por su parte, anota que se trata de un varón que tenía demonios. Estos últimos textos lo describen como un loco furioso, incapaz de vivir en sociedad. Mientras Jesús silenciosamente está expulsando al mal espíritu, éste reacciona, suplicante, porque sufre al abandonar su presa. El Señor le preguntó su nombre. La respuesta fue: mi nombre es Legión, porque somos muchos (Mc. 5, 9). El nombre "Legión" designaba una unidad militar de más de 6000 hombres; es un término técnico propio del latín, que pasó al uso del griego y del arameo. En el caso, da a entender que era un entero ejército diabólico, como un poder organizado, el que se había apoderado de aquella criatura y la había deshumanizado.


Demonio es el diablo, Satanás, en el pasaje evangélico, pero en nuestra lengua el sustantivo se aplica en sentido figurado a una persona perversa y maligna. Valga la divagación para introducir un asunto delicado y discutido. ¿Cuántos demonios poseyeron a la Argentina en la sangrienta década del 70 del siglo pasado? Aquellos fantasmas nos siguen obsesionando y dividiendo. Como el lector ya habrá advertido, estoy aludiendo a la "teoría de los dos demonios". Se ha inculpado al escritor Ernesto Sabato de ser su autor; la izquierda se ensañó con él criticando un pasaje del prólogo de "Nunca más", el informe de la Conadep: "Durante la década del 70 la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto desde la extrema derecha como desde la extrema izquierda. A los delitos de los terroristas, las Fuerzas Armadas respondieron con un terrorismo infinitamente peor que el combatido, porque desde el 24 de marzo de 1976 contaron con el poderío y la impunidad del Estado absoluto, secuestrando, torturando y asesinando a miles de seres humanos". Recordemos la accidentada secuencia de la cantidad de víctimas de la dictadura; mejor dicho, del atroz invento de esa gente, los desaparecidos: 7380 según el recuento de la Conadep; luego 8961; según otros informes, 13.000; después 22.000, hasta llegar a la cifra mítica de los 30.000, obligatoria de sostener según es ley en la provincia de Buenos Aires. Aunque una sola persona hubiera corrido esa suerte, se trataría siempre de una atrocidad.


En 2006 los impugnadores de Sabato y de los demás investigadores de aquel primer intento lograron reformular las expresiones del insigne escritor. Se impuso entonces este párrafo: "Es preciso dejar claramente establecido, porque lo requiere la construcción del futuro sobre bases firmes, que es inaceptable pretender justificar al terrorismo de Estado como una suerte de juego de violencias contrapuestas como si fuera posible buscar una simetría justificatoria en la acción de particulares frente al apartamiento de los fines propios de la Nación y del Estado, que son irrenunciables". Según tales revisionistas, hubo un solo demonio: el Estado. Ellos no parecen ser historiadores científicos, objetivos, ya que olvidan los miles de crímenes de los "jóvenes idealistas", escalonados con frecuencia y furia crecientes desde el asesinato del general Aramburu: secuestros extorsivos con ganancias de millones de dólares para invertir en armas, ataques a unidades militares cuyas mayores víctimas fueron los jóvenes "colimbas"; cientos de atentados, ubicuos, con el fin de ostentar un poder cada vez mayor; intento de "liberar" un territorio con el propósito de hacerse reconocer internacionalmente; y un largo etcétera, en el que pueden incluirse las delaciones internas en los grupos y los tratos subrepticios con sectores de las Fuerzas Armadas.


Fueron peligrosos delincuentes esos "angelitos". Sin justificar lo injustificable, es posible afirmar, según las declaraciones de ambas partes, que existió una cierta simetría, aunque variable a través de las peripecias de los enfrentamientos. ¿Con qué derecho los diversos agrupamientos subversivos se arrogaban la representación del pueblo, aun en el período en que regía una precaria democracia? Conviene recordar que los Montoneros surgieron del seno de la Iglesia: nacionalismo católico, Acción Católica, Pastoral Universitaria, con el aliento de los Sacerdotes para el Tercer Mundo y el horizonte ideológico de la teología de la liberación, el presunto mensaje de Medellín y un supuesto "espíritu del Concilio". En el otro frente, la policía y las Fuerzas Armadas contaban con los respectivos capellanes, que podían haber alertado a sus autores, con riesgo, por cierto, acerca de las atrocidades que estaban cometiendo.


No hubo un solo demonio suelto en aquellos años. Tampoco, en mi opinión, fueron solamente dos. Fueron Legión. Durante su tercera presidencia el general Perón dio órdenes de "aniquilar a la subversión" y determinó los instrumentos policiales que debían ejecutarla; continuaron obrando mientras gobernaba su esposa; guiado por artes brujeriles se destacó aquel escuadrón de nombre que se hizo célebre: Triple A. La Legión poseyó a mucha gente, de un lado, del otro y del medio; como explicó San Lucas en el caso de Gádara (8, 27): muchos demonios entraron en él, en el cuerpo y el alma de la Argentina de entonces.

Sin juzgar las intenciones, estimo que quienes militan contra la teoría de los dos demonios no quieren la reconciliación nacional; están abroquelados en el resentimiento y el rencor. Se alborozan porque 40 años después de aquellos sucesos la Justicia envía a la cárcel a antiguos oficiales jóvenes apelando al discutible concepto de "lesa humanidad". Laesus-a-um significa ofendido, herido, dañado. ¿No serán de lesa humanidad los delitos cometidos desde el Estado y contra todo el pueblo por personajes recientes que se han beneficiado de una distracción judicial de más de diez años? No hay futuro para la sociedad argentina sin perdón recíproco, sin olvido, que es lo contrario de la venganza camuflada como memoria. La historia bíblica de José concluye con este mandato que le dirige su padre Jacob: "Perdona el crimen y el pecado de tus hermanos, que te hicieron tanto mal" (Gén. 50, 17). El relator anota: "Al oír estas palabras, José se puso a llorar". El perdón, como realidad superior a la justicia, es el exorcismo que puede liberarnos de la sombra de la Legión. Aquel endemoniado de Gerasa que "vagaba entre los sepulcros, dando alaridos e hiriéndose con piedras", una vez sanado quedó sentado a los pies de Jesús, "vestido y en su sano juicio". Ése podría ser nuestro futuro.

Héctor Aguer[1]

NOTA: Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.




[1] Arzobispo de La Plata, miembro de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas

jueves, 17 de agosto de 2017

¿QUIÉN SERÍA HOY EL PRESIDENTE?


Sr. Director,

Acabo de volver de la visita que hago frecuentemente a los penales de CABA y suburbano para visitar a los presos políticos. Hoy fuí al Penal de Campo de Mayo. Allí encontré, junto a más de cien presos políticos miembros de las fuerzas armadas y de seguridad, muchos con más de 70 años  y más de tres años sin sentencia firme y acusados por la prevaricatisima figura de "lesa humanidad" al heroe de Malvinas y de la Tablada Cnel. Emilio Nani. Tuve el honor de darle un fuerte abrazo. Esos hombres, cumpliendo las órdenes de un gobierno constitucional lucharon contra el terrorismo apátrida entrenado en Cuba. Al llegar a casa me entero del envío a prisión domiciliaria de la delincuente Milagros Sala que robó los fondos que para las viviendas le enviaba el Gobierno Nacional del corrupto kirchnerismo y que cuando las construía las asignaba sin escritura para poder echar a la calle a aquellos que no le obedecían las ordenes de la gobernación paralela que había establecido. Debo informarle al Presidente Mauricio Macri que muchos los venimos votando incluso el domingo 13 y lo votaremos en octubre pero que si bien no puede ni debe inmiscuirse en el Poder Judicial tanto el cómo los miembros de su equipo, entre otros me refiero a Avruj y a Marcos Peña, deben abstenerse de hacer comentarios y declaraciones enojosos y perversas sobre el tema de los DDHH. Asimismo prometió que iba a terminar con el curro de los DDHH pero no veo que haya movido un solo dedo a ese efecto. Si lo hizo que por favor nos lo informe a quienes lo hemos votado en parte por ese tema.  Le sugiero que en sus reuniones de gabinete analicen si las fuerzas armadas y de seguridad no hubieran reprimido al terrorismo quien sería hoy el presidente de la República Argentina Macri, Firmenich o Santucho.

Saludos cordiales

Dr. José Brunetta

DNI 4180958

LA CARTA A LILITA CARRIO... QUE NUNCA HUBIESE QUERIDO ESCRIBIR


Estimada Lilita,

Soy Guadalupe Jones, hija de un Preso Político por los mal llamados Juicios de Lesa Humanidad... hoy los hijos de los Presos Políticos estamos triste; dolidos e indignados. El 3 de julio murió el Tte. Coronel Julio Cesar Meroi; imputado en Operativo Independencia. Tres días después de su muerte tenía que hacer su descargo, defenderse... Y no llegó!!! Su silla quedó vacía... ni siquiera permitieron hacer un minuto de silencio. Ayer; un mes y medio después; su hija Sandra; se quitó la vida. No pudo más. Otra víctima de esta política k que sin estar sigue presente,... de estos juicios injustos... Sandra Meroi y su hermano fueron al juicio con un cartel con la foto de su padre. Nadie lo nombró... y tal fue la indiferencia hacia la muerte de este Señor que asistía al juicio impecable con su saco sport y su pañuelo al cuello; que la última semana la abogada querellante Liliana Molinari; pidió 25 años de castigo para el imputado Meroi... ¡¡¡25 años para alguien que había muerto!!! ...Lilita, así como a nuestros viejos les inventan desaparecidos a Uds. ahora también... ¿qué van hacer al respecto? ¿van a permitir que dentro de unos años los juzguen por "lesa"? ...Nosotros, los hijos, familiares y amigos no vamos a bajar los brazos, y teníamos esperanza en Cambiemos... pero para nosotros nada cambio, todo sigue igual, nuestros viejos presos, la edad promedio es de 74 años, muchos (la mayoría) enfermos, sin juicios, ni condenas y los dejan morir en las cárceles como el Tte. Coronel Meroi, o el Coronel Delme que se pasó una semana diciendo que le dolía el brazo y lo encontraron muerto en su celda con su rosario en la mano a los 83 años!... mientras tanto le dan domiciliaria a la korrupta de Milagro Sala ...hasta cuando Lilita van a estar "pasivos" con nuestros viejos... hay más de 2000 Presos Políticos, 418 muertos en Cautiverio de los cuales 77 son desde que comenzó el Gobierno de Cambiemos, no queremos más Sandras ni Meroi, ni Delme en nuestras vidas... no queremos más injusticias en Nombre de los Derechos Humanos que definitivamente nuestros viejos no los tienen... ni "Derechos" ni "humanos".


María Guadalupe Jones

martes, 15 de agosto de 2017

LA DEMOCRACIA ABUSADA


Los infundados reclamos y las violentas acciones de la Resistencia Ancestral Mapuche constituyen actos de sedición.

"Mandó Calvain traer la criatura que criaba de pechos la mujer de Painé y se la hizo entregar a la madre diciéndole: «Dale de mamar por última vez al niñito».  Llegó la hora, quítanle la criatura del seno, tómanla á ella y de un solo bolazo en el cráneo en la parte superior, fue lo suficiente para que dejase de existir, colocándola al lado izquierdo de su marido."

Así relataba el cautivo Santiago Avendaño el asesinato cruel, a golpes de boleadoras, de treinta y dos mujeres como ritual en las exequias del cacique ranquel Painé (1844) ... "Todas se atropellan topándose unas sobre las otras para no ser designadas como una res en una majada, cayendo algunas para no levantarse sino todas pisoteadas y contusas. Ni más ni menos tal era el aspecto de aquel espantoso drama con todos sus horrores."

Painé había formado la gran nación ranquel en el centro de nuestro país, oponiéndose a Rosas y separándose de Calfucurá, quien lo apoyaba. Como otros "pampas antiguos", los ranqueles fueron "araucanizados" y adoptaron las costumbres mapuches.

Sacrificios aztecas

Esos rituales son comprensibles en el contexto de su tiempo, al igual que los sacrificios aztecas o los niños ofrendados por los incas en el volcán Llullaillaco. También es entendible que el general Eduardo Racedo hubiera desenterrado los restos del cacique Mariano Rosas para entregarlos a Estanislao Zeballos como piezas de investigación.

Esos contrastes reflejan el progreso moral ocurrido desde entonces. Hoy está aceptado que cada persona es un fin en sí misma y no un medio para los fines del grupo, de la familia o de la tribu. La dignidad humana es el valor por excelencia, con prescindencia del lugar de nacimiento, de las características étnicas, religión o credo político. La adopción de esos valores otorga sustento ético al Estado argentino para reivindicar su soberanía sobre el territorio de la nación: es una democracia republicana, pluralista e inclusiva.

Sin embargo, en los años setenta grupos violentos rechazaron esos valores, usando el terror para subvertir la democracia en nombre del "socialismo nacional". Y, ahora, la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) llama a la "resistencia ancestral" para reivindicar derechos territoriales, mediante agresiones también aterradoras, a personas que viven en paz en el ámbito de la República.

Facundo Jones Huala

Se trata de la RAM, liderada por Facundo Jones Huala, detenido en la Unidad Penitenciaria 14 de Esquel y de la Coordinadora Arauco Muleco (CAM), su contraparte en Chile. En Chubut, el activista está acusado por ocupar campos y provocar incendios, daños, amenazas, privaciones ilegítimas de la libertad, destrucción de maquinarias, abigeato y robo de mercaderías, entre otros delitos. Su causa más grave es en Chile, que reclama su extradición por terrorismo, tenencia de arma de fuego, incendio de propiedad con habitantes adentro y violación de la ley de extranjería.

Jones Huala manifestó su "orgullo" por el accionar de la RAM, que se adjudicó el incendio del refugio San Martín (conocido como Jakob); daños en la línea eléctrica de Cholila a la ruta 40 y la destrucción de la estación Bruno Thomae del emblemático tren turístico cordillerano La Trochita.

Encapuchados de RAM destrozaron la Casa de la Provincia de Chubut

La violencia de la RAM se extendió a la ciudad de Buenos Aires, donde varios encapuchados destrozaron la Casa de la Provincia de Chubut en una movilización frente al Congreso de la Nación para pedir la aparición de un artesano, cuyo paradero se desconoce, donde activistas con las caras tapadas atacaron a policías y periodistas, pintaron móviles e incendiaron motos policiales.

La RAM niega la soberanía nacional sobre el territorio que ocupa, sosteniendo que allí no rigen las instituciones argentinas, sino las del pueblo mapuche. Hasta conforma "tribunales multiculturales" para juzgar y condenar a quienes los enfrenten, como ocurrió con una notificadora judicial hace unos años.


En la cultura que reivindica la RAM nadie podría haber hecho reclamos territoriales, ni alzarse contra la autoridad tribal. Hubieran sido muertos a lanzazos o con bolazos en el cráneo pues allí sólo regía el arbitrio del cacique. Bastante similar a Cuba, Corea del Norte o Venezuela, donde se fusila o encarcela sin debido proceso legal.

Ésa es la gloriosa debilidad de la democracia: rige el Estado de Derecho, aun frente a quienes lo repudian. Aunque se abuse de esa debilidad, como siempre lo han hecho los terroristas en Occidente, reclamando juicios justos y las garantías de los tratados de derechos humanos.

Jones Huala ha expandido su reclamo comarcal, para ampliarlo a la liberación universal: "Proletarios del mundo, uníos". Como un refrito del Manifiesto de 1848, arenga a luchar contra "dos Estados colonialistas y capitalistas" (la Argentina y Chile) mediante la rebelión popular "a través de la Dirección Estratégica de La Vanguardia de Weichafes (guerreros)".

Para la RAM "todas las formas de lucha son válidas", pues considera que la Justicia y las fuerzas del orden son formas de represión arbitraria y no instrumentos legales del poder público. Para legitimarse, la RAM encuadra su accionar en la "legítima defensa" ante el "Estado opresor", intentando así cambiar los roles para victimizarse. Como aquel apotegma de la guerrilla setentista: "La violencia de arriba engendra la violencia de abajo".

Con un discurso ideológico y bien distante de la mansedumbre de su pueblo, Jones Huala denuncia "el tramposo juego de la burocracia y la hipócrita legalidad burguesa, leyes que no dudan en romper cuando el rico lo ordena; allí los jueces se olvidan el Estado de Derecho convirtiéndose en secuestradores y lacayos de terratenientes y empresarios". Consignas rancias, derruidas como el Muro de Berlín y torpes como los dichos del norcoreano Kim Jong-un.

Como hemos señalado desde estas columnas, nadie es realmente un pueblo originario de ningún lugar, pues la evolución humana incluye desplazamientos, dominaciones, extinciones, connubios e himeneos. En ese desarrollo siempre agónico, siempre incierto, existe un avance ético al reconocerse ahora valores universales e inalienables de la persona humana.

Se ha recordado numerosas veces que el pueblo mapuche, cuya lengua era el mapudungun, no es originario de nuestro territorio, pues irrumpió desde el Arauco (Chile) cuando los españoles introdujeron ganado, para arrearlo desde las pampas y venderlo tras la Cordillera. Fueron llamados araucanos y lograron someter a las tribus locales, hasta imponerles sus costumbres.

Pero sea cual fuere su historia, hayan sido los primeros o los segundos habitantes, ningún ciudadano tiene facultad para atribuirse los derechos del pueblo y peticionar en nombre de éste, sin cometer delito de sedición. El principio de igualdad suprime los fueros personales. Los reclamos de cualquier grupo o colectivo deben canalizarse en el marco de la ley y no por fuera, con actos de terror.

Desconocen Jones Huala y sus seguidores que en la Argentina hemos tenido 34 años de democracia, con gobiernos populares, ajenos a la caricatura neoliberal y capitalista que pretenden pintar y que, en 1994, cuando él tendría 8 años, se reformó la Constitución nacional e incluyó el artículo 75, inciso 17, sobre los pueblos indígenas, único grupo poblacional al que le otorga un tratamiento diferenciado.

La Constitución argentina es un pacto de convivencia entre personas distintas, con ideas diferentes y, muchas veces, en conflicto entre ellas. Personas que han optado por respetar esas reglas, olvidando el origen de cada uno para construir un futuro en común. Todos han renunciado al ejercicio de la fuerza para ganar de mano a los demás y aceptan el rigor de las instituciones, aunque frustren deseos individuales.

Los infundados reclamos de la RAM y sus violentas acciones ofenden a nuestros obreros y empleados, estudiantes y jubilados; a quienes buscan empleo o que necesitan doble empleo. A los médicos de guardia, a las maestras rurales, a los inmigrantes recientes y los nietos de inmigrantes; a los pacíficos obreros que trabajan por su sueldo; a quienes viven en asentamientos urbanos o en campamentos patagónicos; a los abanderados y repitentes; a las viudas y madres solteras sin ayuda; a los huérfanos y personas con discapacidad; a los incluidos y a los excluidos.

Todos ellos sienten que nadie debe lograr ventajas abusando de la frágil y noble democracia con capuchas, palos y bombas. Postergando a los demás en su provecho, invocando derechos que no existen, valores que no se comparten y privilegios que no se justifican.

FUENTE: http://www.lanacion.com.ar/2052583-la-democracia-abusada y la publicación periódica
*1810 – BICENTENARIO – 2010* Año 9  Nº 325


NOTA: Las imágenes y video no corresponden a la nota original.

NOMBRE DE GUERRA



El letrado Pablo Gargiulo, querellante por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, y en nombre propio, por la desaparición de Héctor Hugo Gargiulo (su padre), en la megacausa judicial Operativo Independencia que se sustancia en la ciudad de Tucumán, realizó un extenso alegato con la pretensión de probar que dicho operativo fue un genocidio contra civiles y no una guerra contra el Ejército Revolucionario del Pueblo y el Ejército Montonero. Entre otras cosas, dijo que él lleva el nombre de "Pablo" porque, precisamente, "Pablo" fue el alias que su padre eligió como nombre de guerra en la "no guerra" de Tucumán.

Mauricio Ortín



BAJEMOS DE LA PALMERA


No hay argentino carente de “fueros” -en tanto y cuanto esto remita a la idea de que los fueros los da la izquierda, como decía el finado- que no piense, con una dolorosa candidez, que Venezuela volverá a ser, más temprano que tarde, un país democrático, chévere y corrupto como tradicionalmente lo fue. Porque, y de esto nos hemos olvidado, la Venezuela de hoy, hambreada y lastimosa, es la consecuencia rabiosa de la Venezuela de años atrás. Nos rasgamos las vestiduras y nos tiramos cenizas en la cabeza con las muertes de hoy pero nadie recuerda los 390 o 2.500 muertos, según quien sea el cronista, del “caracazo” de 1989 “obra maestra” de Carlos Andrés Pérez, demócrata y corrupto.

Entonces, lamento pincharles el globo, sea éste amarillo o de otro color, el socialismo siglo XXI o como quieran llamar a esa mezcla de muerte, hambre, falacias y planificación estalinista de la nada, llegó para quedarse.

Obviamente, siempre hay un margen de error cuando uno hace estas aseveraciones, pero la historia, más allá de quien sea el que la prostituya, nos indica que seguramente será así. ¿Por qué sucede esto?, no es difícil entenderlo; ya que, como alguien dijo: “¡es la economía, estúpido!”. Si USA, más allá de Bahía de Cochinos, jamás hizo nada para quitar del medio a Castro, ¿va a hacer algo ahora, teniendo una fuente de petróleo a 3.200 kms. con flete barato?.
Creen los americanos, o quieren hacernos creer, que se arregla el problema venezolano interviniendo las cuentas que los jerarcas chavistas tienen en bancos americanos como si los paraísos fiscales a pocas millas de las costas norteamericanas no existieran.

Siguiendo con lo del petróleo -¿Qué es Venezuela sin petróleo?- es menester tener en cuenta algunas cosas: el 60% del petróleo venezolano va a China para pagar créditos y a su vez, como Venezuela le regala el petróleo necesario a Cuba, es seguro que las dos brigadas del ejército cubano estacionadas entre Barquisimeto, Barinas y El Vigía se encargarán que este chorro de regalo no se corte.

Es decir que en Venezuela -más allá de que su pueblo, excepto los integrantes del PSUV, de la Policía, Guardia Nacional y Fuerzas Armadas, no tenga comida ni medicamentos- la connivencia del “chavismo” con Rusia, China e Irán, les ha permitido a estas naciones utilizarla como plataforma desde la cual hacen sentir su presencia en América del Sur por lo que pensar que permitirán un cambio de gobierno es una ilusión.

Por otra parte el régimen chavista tiene de su lado al aparato propagandístico de la izquierda que ha sabido manejar, mediante una dialéctica esmerada pero simple en la que los “compañeros de ruta” o “idiotas útiles”, generalmente periodistas u oportunistas políticos, han ocupado un lugar más que importante en todo lo que tiene que ver con desinformación y uso de las mentiras que la ideología izquierdista conlleva.


Tan fuerte ha sido el manejo cultural y propagandístico de la izquierda que somos capaces de evocar permanentemente como un asesino serial a Hitler, y está bien que así lo recordemos, pero hemos borrado de la memoria colectiva los 100 millones de masacrados que el comunismo -a manos de sus jerarcas: Lenin, Stalin, Mao, Pol Pot et alts- no ha regalado desde 1917.

A tanto ha llegado esta penetración cultural, que una vieja loca que festeja la caída de las Torres Gemelas con sus tres mil muertos es vista con simpática conmiseración y que un premio nobel de la paz, argentino, sin siquiera sonrojarse, pueda pedir la libertad y el mismo premio para un criminal palestino.

Hemos transitado este camino de adoctrinamiento sin darnos cuenta o, al menos, sin rebelarnos. Hoy hay gente que no se aburre de repetir que Macri nos salvó de ser Venezuela, al menos en el primer round, no sabemos cómo saldrá el próximo. Pero olvidamos - gracias a que la izquierda se apropió del “curro de los derechos humanos” y metió en la cabeza de algunos estúpidos o interesados la idea de lo “políticamente correcto”- que hubo tipos que cuarenta años antes nos salvaron de ser Cuba y que hoy están presos por haber cometido ese “crimen”.

Bajemos de la palmera o, al menos, seamos realistas. Hay dos frases de Talleyrand que, aunque nos repugnen siguen teniendo una vigencia desvergonzada; la primera: “…Con las bayonetas, todo es posible. Menos sentarse encima.”, es el principio que la izquierda utiliza en Venezuela; la segunda: “…Conozco a alguien que tiene más espíritu que Napoleón, que Voltaire, que todos los ministros presentes y futuros: la opinión pública.”, y a ésta, no hay como la izquierda y sus alcahuetes políticamente correctos para manejarla.

Jose Luis Milia

lunes, 14 de agosto de 2017

CUBA Y VENEZUELA, UNA RELACIÓN ESTRATÉGICA PARA APUNTALAR A DOS DICTADURAS

Nadie lo dice (salvo honrosas excepciones)… pero lo saben todos: en la década de los años ΄70 nuestro país no cayó bajo la esfera del castro-comunismo gracias a la decidida acción de las Fuerzas Armadas, de Seguridad, Policiales y otros organismos del estado, que en forma conjunta derrotaron al sangriento terrorismo desatado por las organizaciones político-militares tan de moda en Latino América. O ¿se olvidaron lo cerca que estuvimos?

Lo mismo pasó con la aventura de la revolución bolivariana, que los Kirchner “casi” le compran a Chávez. En esa oportunidad, la sociedad argentina reaccionó a tiempo y mediante las elecciones de 2015 se decidió por un cambio en la hoja de ruta que CFK y sus cómplices habían trazado.

En la elección del 13 de agosto de 2017, esa misma sociedad acaba de asestar un fuerte golpe a la aventura del retorno cristinista… para que esa “señora” entienda que es hora de devolver y no de volver.

También es hora que la sociedad devuelva su libertad a los injustamente detenidos por los llamados “juicios de lesa humanidad”, fue una guerra… Nadie lo puede poner en duda, excepto aquellos que abrieron la Caja de Pandora en los años ΄70. En toda guerra hay mucha violencia y también errores... también es hora de pacificar los ánimos y buscar la concordia. No se puede continuar castigando injustamente a quienes salvaron al país de la dictadura del comunismo, solo se pretende que esos juicios se ajusten a derecho.


Si se cometieron errores jurídicos este es el momento de corregirlos, ya llevamos la triste suma de 718 fallecidos en prisión, la mayoría se encuentra en prisión preventiva excedida en el tiempo y algunos han recibido condenas en juicios  sin poder gozar del debido proceso, sin garantías mínimas, tendientes a asegurar un resultado justo y equitativo. Los jueces lo saben mejor que nadie.


CUBA Y VENEZUELA, UNA RELACIÓN ESTRATÉGICA PARA APUNTALAR A DOS DICTADURAS

Por Ricardo Angoso

Desde el año 1994, en que el futuro presidente de Venezuela y máximo líder de la revolución bolivariana Hugo Chávez visitara Cuba, quedó sellada la gran alianza estratégica que ya dura casi un cuarto de siglo. Chávez, que acababa de intentar derribar mediante un golpe de Estado a la frágil democracia venezolana, fue recibido por Fidel Castro con honores de Jefe de Estado, agasajado en las máximas instancias institucionales  y señalado como el único interlocutor válido para las relaciones entre Cuba y Venezuela en el futuro. Castro pasaba uno de los peores momentos de su historia, la dictadura parecía llegar a su fin tras el derrumbe de la Unión Soviética y la caída del Muro de Berlín. El régimen estaba más aislado que nunca en la escena internacional, estaba desahuciado políticamente en el mundo,


La llegada de Chávez, un golpista elevado a la categoría de héroe revolucionario por el decrépito régimen cubano, dio esperanzas a Castro de que podía continuar con su fallida lucha en todo el continente por expandir el comunismo. Castro siempre desdeñó la vía electoral y  trató de acelerar ese proceso apoyando a numerosos grupos terroristas que empleaban la violencia y la lucha armada para llegar al poder por la fuerza. Fracasó siempre -a excepción de Nicaragua, donde los errores de Somoza llevaron a su caída- pero el proyecto nunca se abandonó y siguió su curso hasta hoy.

Chávez, que ya apuntaba maneras de dictador pese a que había comprendido que su futuro político pasaba por las urnas y no por las armas, vio en Castro a su mentor político y en el modelo cubano -si se le puede llamar así a esa colección de fracasos en todos los órdenes- el camino a seguir en el futuro si finalmente llegaba al poder en Venezuela, algo que conseguiría más a tenor de los deméritos de una clase política tradicional incapaz de ver los peligros que se cernían sobre el país que por méritos propios. Chávez fracasó en el golpe de Estado de 1992, que provocó decenas de muertos todo hay que decirlo, pero tuvo éxito en el 1999 a merced de los votos que le llevaron al poder.

El pecado capital del chavismo en sus orígenes es que nunca se miró en los modelos exitosos de la izquierda europea de corte socialdemócrata y en los procesos de reforma y ajuste llevados a cabo por otros socialismos, como el chino y el vietnamita, sino que integró en su corpus ideológico las fracasadas y trasnochadas ideas del socialismo imperante en la isla-prisión de Cuba y del difunto bloque ex comunista de Europa del Este. Este conjunto de prácticas políticas y sobre todo económicas en lo que se refiere al manejo del país son las que, una vez puestas en prácticas tras la llegada al poder de Chávez en 1999, han llevado al colapso total de la economía venezolana y un desastre social inimaginable hace años en Venezuela y de unas magnitudes desconocidas en todo el continente.


No hay una “guerra económica” del mundo contra Venezuela, como argumenta el régimen chavista que ahora lidera el sátrapa Nicolás Maduro, sino el fracaso continuado durante estos dieciocho años de “revolución bolivariana” en la aplicación de una serie de medidas económicas absolutamente inútiles que han llevado al desabastecimiento, a la fuga de capitales al exterior, al abandono de la producción en el campo y en la industria, a la falta de iniciativa privada tanto nacional como foránea y a una caos predecible porque en economía sin confianza no hay nada.  Y, precisamente, lo que menos han generado Chávez y Maduro en estos años de desgobierno, corrupción, inseguridad, represión cuartelera e improvisación manifiesta, ha sido confianza. El lema de los tres millones de venezolanos que ya han huido del naufragio socialista en que se ve inmerso el país es ¡sálvese quien pueda! Los resultados del experimento eran predecibles pues ya habían sido probados con consecuencias parecidas en el extinto bloque ex comunista y en la difunta patria soviética fundada por Lenin. También en Cuba, cuya economía se sustentó durante varias décadas a merced de las ayudas, la energía y las dádivas entregadas por Moscú generosamente para un régimen incapaz de producir nada y generar riqueza, bienestar y prosperidad para los millones de cubanos presos en esa gran ergástula en la que se convirtió la isla.

LA DEPENDENCIA ECONÓMICA DE CUBA CON RESPECTO A VENEZUELA

Así las cosas, y cuando Cuba se precipitaba hacia el abismo y la situación era más crítica tras haber cerrado Castro el grifo de la reformas, la llegada de Chávez al poder de una forma inesperada en unas elecciones en Venezuela se convirtió en la gran esperanza para el régimen de los hermanos Castro. El país, sin duda, no era Nicaragua, uno de los países más pobres y atrasados del continente, sino que albergaba las mayores reservas petroleras del mundo y era uno de los más adelantados del continente. Producía cuatro millones de barriles de petróleo diarios y tenía ingentes reservas financieras en divisas internacionales, justamente lo que más necesitaba en esos momentos la agónica dictadura de los Castro.


Nada más llegar Chávez al poder, visitó La Habana y comenzó la profunda relación entre ambos regímenes. Se firmaron abundantes acuerdos de cooperación, tratados y se pusieron en marcha numerosas iniciativas, pero el punto fundamental de esta estrecha relación sellada por los dos líderes -Castro y Chávez- pasaba por el envío directo a Cuba de entre 60.000 y 100.000 barriles de petróleo diarios a precios de risa en el mercado internacional. Con este envío, aparte de suplir las acuciantes necesidades energéticas de la isla, el régimen cubano se garantizaba su supervivencia a través de la venta a precios ya del mercado internacional de una parte de esos miles de barriles entregados casi gratis por parte de Venezuela. Vendían una parte de esa entrega sin ni siquiera pagarla cuando el barril llegó a estar por encima de los cien dólares. El negocio, desde luego, era redondo para Cuba, pero un desastre para la economía venezolana tal como se reveló más tarde. Cuba sobrevivió a duras penas, mientras Venezuela se sumió en la oscuridad más profunda.


A cambio de ese petróleo, tan generosamente entregado por Chávez a Cuba y otras países del continente a cambio de su apoyo político en todas las instancias internacionales, el régimen cubano aportaría a la isla un contingente médico formado por unos 35.000 profesionales, un aparato de seguridad y militar permanente para apuntalar a la ya incipiente dictadura venezolana -el número de sus miembros se calcula entre los 5.000 y los 6.000, cubriendo la protección personal de Maduro y otros líderes del corrupto ejecutivo “bolivariano”- y el apoyo  y asesoramiento para crear un servicio de inteligencia (y represión de la oposición) siguiendo el modelo cubano, tan exitoso y eficaz durante estos largos 58 años en la persecución de los disidentes políticos y en la desactivación de cualquier movimiento político que surgiera en la isla de corte democrático.

Muy pronto, ambos países, pero muy especialmente la Cuba comunista, cuyo futuro estaba ligado a la supervivencia de Maduro tras recibir la herencia envenenada de Chávez tras su muerte, comprendieron que sin la supervivencia de este modelo estratégico sucumbirían y sería el final. Venezuela, por obra y gracia primero de Chávez y luego de Maduro, se acabó convirtiendo en una colonia cubana y calcó fielmente su régimen cuartelero y represivo para mantener en el poder a una casta ligada al narcotráfico a través del Cartel de los Soles -ya con dos sobrinos del dictador Maduro detenidos en Florida- y otros turbios negocios.

MADURO YA NO TIENE QUIEN LE ESCRIBA A EXCEPCIÓN DE CASTRO

Los desastrosos resultados obtenidos a la vista están y son constatables en todos los órdenes. Venezuela se ha acabado convirtiendo en una dictadura brutal y criminal, que ya ha asesinado en las calles a más de un centenar de ciudadanos desarmados que protestaban por el actual estado de cosas que vive el país, la economía es una calamidad en todos los órdenes y los indicadores del país -800% de inflación este año y un decrecimiento económico cifrado entre el 7 y el 10%- son los peores del mundo y, finalmente, no se atisban señales de esperanza en el horizonte, toda vez que ya el régimen de Maduro ha abandonado toda posibilidad del retorno a la normalidad democrática y está dispuesto a usar las armas contra sus ciudadanos para mantenerse contra toda lógica política en el poder.



Por suerte, algunos cosas han cambiado en el continente y en el mundo y ya una buena parte de la izquierda no cree en Maduro, al que consideran un vulgar dictador y el representante genuino de tiranía absurda, responsable de incontables crímenes y absolutamente fracasada. Maduro ya no tiene a nadie quien le escriba en el continente a excepción de Castro y, claro está, algunos ilusos e hipócritas de Europa que se creen todavía los cuentos del régimen sobre la “guerra del Imperio” contra Venezuela y la conspiración internacional tejida por Madrid, Bogotá y Miami (¿?). Se trata, en definitiva, de justificar la perfidia a su pueblo con los más inauditos argumentos y de defender lo indefendible a estas alturas de la película, mientras en las calles de Caracas se sigue regando la sangre de decenas de jóvenes que se resignan a vivir el resto de sus vidas en un país sin esperanza ni libertad. Ni vida.